Temperaturas y extinciones masivas

No es fácil estimar correctamente la temperatura global del planeta de los períodos anteriores al actual. Probablemente una de las estimaciones más solventes que existen es la de Veizer. La base de datos de Veizer contiene más de 16.600 puntos individuales de datos de isótopos dO18 que se remontan a 526,5 millones años. No hay suficiente resolución en toda la base de datos para que podamos estar razonablemente seguros de todos los períodos específicos. El gráfico se ha construido utilizando los datos de Veizer con dos parámetros diferentes de tendencia, uno más corto (ajuste gaussiano) que conserva más detalle y otro más largo (ajuste polinómico) que permite ver mejor la tendencia, aún en los períodos antiguos, donde hay menos resolución.

Podemos correlacionar estas temperaturas con las grandes extinciones masivas.


Hace 488 millones de años ocurrieron una serie de extinciones masivas del Cámbrico-Ordovícico llamadas así por haber ocurrido entre el final del período Cámbrico y el principio del Ordovícico. Durante ese evento desaparecieron muchos braquiópodos, también se redujo significativamente el número de especies de trilobites. En el gráfico no se observa ninguna variación importante de temperatura en esta época.


Hace aproximadamente 440 y 450 millones de años, en la transición entre los períodos Ordovícico y Silúrico, ocurrieron dos extinciones masivas llamadas extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico. Si se cuentan juntas, las dos extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico fueron la segunda más grande extinción masiva que ha ocurrido en la historia de la vida en la Tierra. La única más grande fue la Extinción masiva del Pérmico-Triásico. Su causa probable fue el período glaciar. El primer evento ocurrió cuando los hábitats marinos cambiaron drásticamente al descender el nivel del mar. El segundo ocurrió entre quinientos mil y un millón de años más tarde, al crecer el nivel del mar rápidamente. En el gráfico se puede ver que hay una caída muy importante en la temperatura.

La teoría más aceptada es que la primera extinción masiva fue causada al inicio de una larga edad de hielo que afectó la mayoría de las zonas costeras donde vivían la mayoría de los organismos extintos. El supercontinente Gondwana se desplazó hacia el polo sur y sobre él se formaron enormes glaciares que hicieron bajar el nivel del mar en todo el mundo. Esto causó cambios profundos en las corrientes marinas que afectaron la composición de nutrientes y la oxigenación de los mares. Las especies que sobrevivieron se adaptaron a las nuevas condiciones y a los nichos que dejaron las especies extintas. La segunda extinción masiva ocurrió al final de esta edad de hielo. El supercontinente se desplazó nuevamente hacia el sur, fundiendo los glaciales y causando nuevamente la subida del nivel del mar.

Hace 360 millones de años se produjo la extinción masiva del Devónico, en la transición entre los períodos Devónico y Carbonífero, en el cual el 70% de las especies desaparecieron. Este fue un acontecimiento que probablemente duró unos tres millones de años. En el gráfico vemos evidencias de una importante era glacial, originada probablemente por la enorme difusión vegetal del Devónico. Las plantas habrían fijado el dióxido de carbono, reduciendo su efecto invernadero y contribuyendo a un enfriamiento global. Además, parece que no se trató de una única extinción masiva, sino de una serie de acontecimientos relacionados, por lo que ambas teorías pueden ser ciertas a la vez. De hecho, parece tratarse de 3 extinciones masivas a lo largo de un periodo de 3 millones de años.

Hace de 250 a 251millones años atrás se produjo la extinción del Pérmico en los cuales el 96% de las especies marinas y el 70% de los grandes animales terrestres murieron en un período de tiempo muy breve. Tras la catástrofe sólo sobreviviría un 10% de las especies presentes a finales del Pérmico. Con tan poca biodiversidad resultante la vida tardó mucho tiempo en recuperarse. Durante largo tiempo la Tierra sólo fue un páramo desértico cuyas especies dominantes en tierra fueron los hongos.

En el gráfico se puede ver que las temperaturas disminuyeron alrededor de 5 ºC en un período muy corto de tiempo. Este descenso de la temperatura coincide exactamente con la datación de los acontecimientos volcánicos de Siberia desde 251 hasta 250 millones de años, que es la más grande serie de fenómenos volcánicos conocidos en la historia. Un área casi del tamaño de Australia puede haber sido cubierta por flujos de magma volcánico de cientos de metros de profundidad (en algunos lugares se han medido a 4 kms de profundidad). Este período volcánico se prolongó cerca de 1 millón de años y, como es lógico, las temperaturas cayeron.


Hace 65 millones de años en la extinción masiva del Cretácico-Terciario desaparecieron más del 50 % de todas las especies, incluyendo los dinosaurios. Se han propuesto muchas explicaciones a este fenómeno; la más aceptada es que fue el resultado del impacto de un meteoro sobre la Tierra de un objeto proveniente del espacio.


Finalizaremos con un apunte de ciencia ficción. Algunos sugieren que las extinciones sólo han logrado interrumpir temporalmente la tendencia general de la evolución, que no es otra que aumentar la complejidad de la conducta de los seres vivos. Sabemos por ejemplo que la proporción entre el tamaño del cerebro y el tamaño general del cuerpo ha llevado a los mamíferos a evolucionar hasta la conciencia humana. Se ha observado que esta tendencia a aumentar esta proporción cerebro / cuerpo con el tiempo geológico, también ha existido en los dinosaurios y, de hecho, los mamíferos no han hecho otra cosa que continuar esta evolución. A finales del Cretácico existía un pequeño dinosaurio bípedo que poseía unas "manos" prensiles y un gran cerebro (proporción cerebro / cuerpo por encima de la media de sus compañeros). Extrapolando a partir de la curva del aumento de la proporción cerebro / cuerpo de los mamíferos, podemos decir que si no hubiera habido la extinción masiva del Cretácico - Terciario, un dinosaurio habría alcanzado a día de hoy (o tal vez incluso antes que lo hicieron los primates) la relación cerebro / cuerpo de los seres humanos.