viernes, 31 de octubre de 2014

Los precios de la electricidad en Europa


Según publica Eurostat, los precios de la electricidad españoles figuran entre los más elevados de Europa, tanto los precios para la industria media (las industrias grandes consumidoras de energía, como la fabricación de aluminio, de acero, etc., tienen precios especiales) como los precios para usos domésticos. Sólo el Reino Unido e Irlanda, dos islas, tienen unos precios más elevados que los españoles. Esto no contribuye en nada a que tengamos una industria competitiva.



 Como es natural, los precios para la industria son más económicos, tanto por razones técnicas (muchas industrias se alimentan en alta tensión) como por razones de competitividad.

Y lo peor del caso es que el llamado déficit de tarifa, es decir, la diferencia entre lo que paga el consumidor y lo que cuesta producir la electricidad sigue existiendo, a pesar de que el único objetivo importante del gobierno de PP, por lo que se refiere a la energía, era de eliminarlo. Si tuviéramos que pagar la electricidad al precio que realmente cuesta, la pagaríamos más cara que en el Reino Unido o que en Irlanda.

Con un precio así, no es extraño que la industria española esté ahogada. Y los consumidores, también. Y todo es por falta de una política energética planeada a largo plazo, lo que no han hecho ni los gobiernos del PSOE ni los del PP.

Lo que sí debemos decir es que el precio de la electricidad no aumenta en España desde hace tres años. Pero esto no tiene mucho mérito, ya que pasa lo mismo en casi todos los países europeos importantes, con la excepción del Reino Unido.


 La pregunta de moda sería la de si una Cataluña independiente tendría una electricidad más cara o más barata que actualmente. En principio, como Cataluña tiene un porcentaje más elevado que España de energía nuclear, podríamos decir que sí, pero este es un tema en el que no parece haber demasiados estudios publicados.

sábado, 11 de octubre de 2014

El océano profundo no se calienta


Las aguas frías del océano profundo de la Tierra no se han calentado perceptiblemente desde 2005, según un nuevo estudio titulado Deep-ocean contribution to sea level and energy budget not detectable over the past decade, dejando sin resolver el misterio de por qué el calentamiento global parece haber disminuido en los últimos años.

 Los científicos del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California, han analizado datos de temperatura del mar, tanto de satélites como de observación directa desde 2005 hasta 2013 y han encontrado que el océano profundo por debajo de los 2.000 metros no se ha calentado de manera perceptible. En el siglo XXI, los gases de invernadero han seguido acumulando en la atmósfera, tal como lo hicieron en el siglo XX, pero la temperatura global media del aire superficial ha dejado de subir a la par con el aumento de la concentración de los gases de efecto invernadero. La temperatura de la mitad superior de los océanos del mundo, por encima del nivel de los 2.000 metros ha seguido subiendo, pero no lo suficientemente rápido como para poder explicar el estancamiento de la temperatura del aire. Se han invocado muchos procesos tanto en tierra como en el mar y en el aire para explicar lo que está pasando con la cantidad de calor "desaparecido". Una de las ideas más importantes es que la mitad inferior del océano está tomando el relevo, pero hay pocas evidencias de que esto sea así.

 El estudio citado es el primero en utilizar las observaciones por satélite, así como mediciones directas de temperatura de la capa superior del océano. Los científicos han estado tomando la temperatura de la mitad superior del océano directamente desde el año 2005, utilizando una red de 3.000 sondas de temperatura flotantes llamadas la red Argo. Pero las temperaturas de las zonas profundas del océano son más difíciles de medir. El estudio tiene en cuenta del hecho de que el agua se expande cuando se calienta. El nivel del mar aumenta a causa de esta expansión térmica por un lado, y del agua añadida por los glaciares y por la fusión de las capas glaciares por otra. Para llegar a su conclusión, los autores del estudio hicieron el cálculo de una sencilla resta, utilizando datos de 2005-2013 de las boyas Argo, de los satélites Jason-1 y Jason-2 y de los satélites de Recuperación de Gravedad y Experimento Climático (GRACE). De la cantidad total de aumento del nivel del mar, restan la cantidad debida a la expansión en la parte superior del océano a causa del aumento de su temperatura, y la cantidad de aumento procedente del agua de deshielo. El resto representa la cantidad de aumento del nivel del mar causado por el calentamiento en el océano profundo.

 Este resto es esencialmente cero. El calentamiento del océano profundo no ha aportado prácticamente nada a la subida del nivel del mar durante este período. Los resultados son que la variación del nivel del mar debido a la zona inferior a los 2.000 metros es de -0,13 ± 0,72 mm/año, y su contribución al balance energético planetario es de -0,08 ± 0,043 W/m2.


Contribuciones medias globales del cambio del nivel del mar de diferentes capas del océano: 0-2.000m (rojo), 0-700m (verde), 700-2.000m (azul). La curva de negro de trazos muestra una estimación para el resto del océano por debajo de 2.000 m calculada mediante la eliminación de la estimación 0-2.000m de lo observado por el satélite GRACE. Todas las curvas son desestacionalizadas. El sombreado, donde se muestra, denota una incertidumbre de 1σ de las estimaciones respectivas.



jueves, 2 de octubre de 2014

Extensión máxima del hielo marino antártico


Según datos de la Universidad de Colorado Boulder, la extensión máxima de hielo marino antártico se alcanzó el 21 de setiembre, con una extensión de 20,1 millones de km2. Este máximo es el mayor desde que se tienen datos por satélite, siguiendo a los dos años anteriores en los que también se batió el récord.


Comparado con las medidas promedio de los 22 años comprendidos entre 1979 y 2000 o los 30 del período 1981-2010, en el máximo se ha ganado una extensión helada de unos 1,2 millones de km2.

Contrariamente a lo que pasa con el hielo ártico, al hielo marino antártico está aumentando, tanto en sus valores máximos como en sus valores mínimos.