miércoles, 28 de diciembre de 2011

La circulación de Walker


Sabemos que hay una circulación atmosférica que varía según la latitud, y que da lugar a las células llamadas de Hadley (la más cercana al ecuador), de Ferrell (que se encuentra el latitudes intermedias) y polar (la más cercana a los polos).


También existen unas células de circulación que varían según la longitud. La más importante es la circulación de Walker, que se produce en el ecuador, sobre el océano Pacífico. El agua del Pacífico de Indonesia y del norte de Australia  está normalmente más caliente que la del otro lado del océano, en las costas americanas, razón por la cual el aire tiende a elevarse en la zona australiana, creando una depresión que induce una corriente de aire superficial que va de América a Indonesia, llevando consigo grandes cantidades de humedad, que dejan importantes lluvias cuando suben. En altura se crea una contracorriente de aire más seco en sentido contrario en altura, que desciende conforme se enfría y se acerca a las costas americanas.



Una vista esquemática en tres dimensiones de la célula de circulación de Walker, que consiste en vientos superficiales que soplan de este a oeste a lo largo del Pacífico tropical (flecha azul), llevando aire húmedo hacia el oeste. Al llegar al Pacifico oeste, el aire húmedo se eleva, formando nubes. El aire ascendente se va secando, al desprenderse de una gran parte de su humedad en forma de lluvia. Este viento, al llegar a unos 10 o 12.000 metros de altura se dirige del oeste al este, moviendo el aire seco hacia América del Sur. El aire desciende de nuevo hacia la superficie al este del Pacífico tropical, seco y relativamente libre de nubes, completando el circuito. Las presiones al nivel del mar son más altas bajo el aire seco descendente en el Pacífico este que en el oeste, más cálido y más húmedo.

Los vientos correspondientes a la parte inferior de la circulación de Walker arrastran el agua superficial cálida desde las costas americanas hasta las de Australia, ocasionando una surgencia en las costas de Perú. Esta surgencia de agua fría y muy rica en alimentos hace que, en condiciones normales, estas aguas sean muy ricas en pesca.



Cuando las condiciones del océano varían, la circulación de Walker se modifica.



La circulación de Walker está, por tanto, íntimamente relacionada con los ciclos de El Niño y La Niña.

La teoría sugiere que el aumento de gases de efecto invernadero debería debilitar la circulación tridimensional de la atmósfera en los trópicos, incluyendo la circulación de Walker. A medida que aumentan las temperaturas y se evapora más agua de los océanos, la cantidad de vapor de agua en la atmósfera inferior se incrementa rápidamente. Sin embargo, los procesos físicos impiden que la precipitación aumente tan rápidamente como aumenta el contenido en vapor de agua de la atmósfera tropical. Por tanto, con el paso del tiempo, la cantidad de vapor de agua transportado a la atmósfera superior debe permanecer en equilibrio con la precipitación, el ritmo al que se eleva el aire húmedo se ralentiza para compensar. Esto debe conducir a una disminución general de la Circulación de Walker.


En un clima más cálido, (A) la evaporación desde el cálido tropical del Océano Pacífico aumenta fuertemente y humedece la atmósfera inferior. Al este Los vientos del este hacia el oeste transportan el aire caliente de superficie cargado de humedad hacia el Pacífico del oeste (C), donde el aire húmedo se eleva y alimenta la lluvia, pero la precipitación aumenta más lentamente que el contenido de humedad atmosférica. Para compensar el desequilibrio de la humedad, los vientos alisios (B) se ralentizan, al igual que todo el circuito de circulación Walker, incluyendo los vientos de nivel superior (D).

De hecho, en el artículo Weakening of tropical Pacific atmospheric circulation due to anthropogenic forcing, de Vecchi y otros, publicado el año 2006, se afirma que la circulación de Walker ha disminuido un 3,5 % en los últimos 150 años, lo que confirmaría, de ser cierto, la teoría de que el aumento de las temperaturas ralentizan las circulaciones de las células atmosféricas que varían según la longitud. En cambio, esta teoría aplicada a la célula de Hadley también debería conducir a su debilitación con el calentamiento global, cosa que no se ha podido observar.

En el artículo Global warming and the weakening of tropical circulation, deVecchi y Soden, publicado en el 2007, dicen que “con los escenarios futuros de emisiones de gases de efecto invernadero y de aerosoles se puede pronosticar un debilitamiento de la circulación de Walker de un 10 a un 15 % durante el siglo XXI”.

En caso de que ocurriera un debilitamiento del 10 al 15 % de la circulación de Walker, se producirían cambios significativos en los patrones de precipitación, de vientos y de corrientes marinas en amplias zonas. Por ejemplo, la reducción del flujo ascendente de agua rica en nutrientes el la costa americana podría tener un gran impacto en su ecosistema. Un debilitamiento de la circulación de Walker también podría causar un aumento del gradiente del viento en el Atlántico tropical, lo que sería menos favorable para que se desarrollasen ciclones tropicales, ya que el desarrollo de estos ciclones requiere valores relativamente bajos del gradiente vertical del viento, de manera que su núcleo más caliente pueda mantenerse encima de su centro de circulación superficial (los ciclones con un gradiente vertical de vientos importante se debilitan al ser arrastrada la zona superior del ciclón lejos del núcleo).

Sin embargo, estas previsiones a largo plazo son poco fiables, tanto por nuestro desconocimiento de cómo cambiará en el futuro la composición de la atmósfera, como por las imperfecciones de los modelos utilizados.




lunes, 26 de diciembre de 2011

¿Qué pasaría si la concentración de gases de efecto invernadero pasara por cero?


Un experimento climático numérico demuestra el papel fundamental del forzamiento radiativo de los gases de efecto invernadero que no condensan (CO2, CH4, etc), a pesar de que, en cuanto a efecto invernadero, el vapor de agua es la sustancia dominante, responsable de aproximadamente el 50% de la absorción de calor, las nubes son responsables de alrededor del 25%, y el CO2 es responsable del 20% del efecto. El resto corresponde a los gases de efecto invernadero menores, como la capa de ozono y el metano, por ejemplo, y una pequeña cantidad de partículas en el aire (polvo y otros "aerosoles").

Esto demostraría que el papel del vapor de agua y nubes es únicamente de retroalimentación.

Este experimento se ha realizado mediante el modelo climático GISS ModelE de circulación general acoplada atmósfera-océano, reduciendo a cero la concentración de todos los gases de efecto invernadero que no condensan. Al hacer esto se elimina el forzamiento radiativo que sustenta el apoyo para las retroalimentaciones del vapor de agua y las nubes, causando una rápida condensación y precipitación del vapor de agua de la atmósfera, produciendo el colapso del efecto invernadero terrestre, y la caída de la Tierra en un estado de congelación.

Evolución en el tiempo de la temperatura global, del flujo neto en la cima de la atmósfera (TOA – top of atmosphere), la columna de vapor de agua, el albedo del planeta, la superficie de hielo marino y la cobertura de nubes, después de pasar a cero la concentracción de gases de efecto invernadero que no condensan (CO2, CH4, etc.)
Para el flujo neto en la cima de la atmósfera y para la temperatura global, utilizar la ordenada de la izquierda.

En la figura se ve que el alcance del impacto climático del hecho de reducir a cero la concentración de los gases de efecto invernadero que no condensan se hace evidente al cabo de tan sólo 10 años.

Durante el primer año, la temperatura media de la superficie cae 4,6 ° C.

Pasados 50 años, la temperatura global se sitúa en -21 ° C, una disminución de 34,8 ° C. El vapor de agua atmosférico se encuentra alrededor del 10% del valor inicial (pasa de 22,6 a 2,2 mm). El aumento global de la cubierta de nubes pasa de su valor inicial de 58% a más del 75%, la fracción del hielo marino global aumenta del 4,6% al 46,7%, haciendo que el albedo planetario de la Tierra aumente del ~ 29% al 41,8%. Esto tiene como efecto reducir la energía solar absorbida y exacerbar aún más el enfriamiento global.

Al cabo de 50 años, un tercio de la superficie del océano sigue estando libre de hielo, a pesar de que la temperatura global de la superficie está por debajo de -21 ° C.

En las latitudes tropicales, la radiación solar incidente es suficiente para que el mar no se congele. Si bien este oasis dentro de una Tierra cubierto de hielo parece ser estable, al menos en el corto plazo de tiempo del gráfico, son necesarios más cálculos con un océano interactivo para verificar su potencial para la estabilidad a largo plazo.



Promedio anual de la temparatura global según la latitud a pasar por cero la concentración de gases de efecto invernadero no condensables


CO2: The Thermostat that Controls Earth's Temperature


domingo, 25 de diciembre de 2011

El precio de la electricidad del primer trimestre 2012


Los resultados de la XVII subasta TUR (tarifa de Último Recurso) de electricidad para el primer trimestre de 2012 son:



Los precios des esta subasta representan una bajada del 8,6 % con respecto a los de la anterior del 27 de setiembre, por lo que, en teoría, el precio que pagamos por la electricidad debería bajar el próximo 1 de enero. Pero, teniendo en cuenta que en la subasta anterior el precio no aumentó a pesar de que el de la subasta lo había hecho en un 9 % (el gobierno prefirió bajar la otra parte de la componente del precio, para no alarmar al personal, a pesar de que con ello se aumentaba considerablemente el déficit de tarifa), lo más probable es que el gobierno tampoco modifique el precio del kWh esta vez.


Para centrarnos con algunos datos: el coste de acceso del año 2011 previsto en la Orden ITC/3353/2010 era de 16.571 millones de euros, de los que 6.019 correspondían a primas para el régimen especial (fundamentalmente energías renovables). El consumo previsto era de 255.075 GWh y la tarifa de acceso media de 0,511 €/kWh, lo que supone una recaudación de 13.036 millones de euros, a la que se deben añadir otros ingresos (energía reactiva, excesos de potencia, etc.) por un valor de 528 millones de euros. El déficit previsto para el año 2011 era, pues, de 16.571 – 13.036 - 528 = 3.047 millones de euros.

La previsión de la CNE (Comisión Nacional de la Energía) de setiembre de 2011, es de un coste de acceso para el año 2011 de 16.985 millones de euros, de los que 6.602 corresponden a las primas del régimen especial. El consumo anual previsto se reduce a 250.789 GWh, y la recaudación prevista es de 12.651 millones de euros (correspondiente a una tarifa de peaje de 0,504 €/kWh, que ha bajado a causa de la bajada del tercer trimestre), a la que hay que añadir otros ingresos por un valor de 528 millones de euros. El déficit previsto es de 16.985 – 12.561 – 528 = 3.772 millones de euros, un 24 % superior al inicial.

Es decir, para equilibrar las cuentas de la tarifa de acceso habría que ponerlas a 16.985.000/250.789 = 67,7 €/MWh = 0,677 €/kWh, un aumento de más del 30 %. Y no digamos si, además, se quiere compensar el déficit acumulado, que ya supera los 22.000 millones de euros.

Recordemos que el objetivo del Gobierno, fijado por normativa, era que para este año 2011 el déficit no superara los 3.000 millones, el año que viene los 1.500 millones y dejase de generarse en 2013.


domingo, 18 de diciembre de 2011

La presidencia danesa de la Unión Europea

La nueva primera ministra danesa Helle Thorning-Schmidt

El hecho de que Dinamarca se hará cargo de la Presidencia de la Unión Europea el próximo 1 de enero, sustituyendo a Polonia dará, sin duda, un impulso a las políticas de energía "verde" en la UE, que desde Varsovia no se han visto como una prioridad, pero que con toda seguridad si lo serán para Copenhague.

El nuevo gobierno de centro izquierda danés ya ha indicado que se promoverá la Hoja de Ruta Climática 2050 que publicó la Comisión a principios de este año y la Hoja de Ruta de la Energía 2050, que se acaba de publicar el 13 de diciembre. También ha dicho que va a promover la adopción de la Directiva de Eficiencia Energética de la UE, y que tratará de encontrar el modo de limitar la cantidad de cuotas de emisiones de CO2 en el Sistema de Comercio de Emisiones Europeo (ETS), para ayudar a impulsar el precio del CO2. Por supuesto, con el danés Connie Hedegaard como Comisario del Clima, Dinamarca ya tiene una figura verde con poder en Bruselas.

Pero hay mucho más que eso. Cuando se trata de energía verde y de políticas climáticas, los daneses también están tratando de predicar con el ejemplo. El mes pasado, el Gobierno danés presentó un plan de energía, "Nuestra Energía del Futuro", que pondrá a Dinamarca en lo que bien puede llamarse como una carrera radical hacia la descarbonización.

El gobierno ha declarado que quiere eliminar todo el uso de combustibles fósiles para el año 2050. Eso es revolucionario, si se tiene en cuenta que los combustibles fósiles suministraron el 79% del consumo bruto de energía en Dinamarca el año pasado. Y que quiere hacerlo sin energía nuclear y sin captura y almacenamiento de carbono (CCS).

¿Cómo? Eso es ciertamente una pregunta muy interesante a la que el resto de Europa espera ver cual será la respuesta danesa. En ese sentido, Dinamarca puede ser considerada como un campo de pruebas fascinante para las políticas de descarbonización de ámbito europeo. Muy brevemente, el plan de Copenhague consiste en ampliar el uso de la energía eólica (pasar del 22 % actual de la producción total de electricidad a la friolera de 50 % en 2020), así como el uso de la biomasa, y con una fuerte inversión en redes inteligentes, en movilidad eléctrica y en más interconexiones con países vecinos.

Este plan plantea algunas preguntas interesantes, tales como:

- ¿Puede el sistema eléctrico hacer frente a un porcentaje tan elevado de energía eólica?
- ¿Cuál será su efecto sobre el sistema eléctrico europeo, dado que prácticamente todos los países vecinos de Dinamarca también están tratando de ampliar grandemente su capacidad de energía eólica?
- ¿Puede la biomasa ser producida de manera "sostenible" y rentable en las grandes cantidades que van a ser necesarias?
- ¿Con qué rapidez se implementarán las redes inteligentes y los vehículos eléctricos y cuáles serán sus efectos en el sistema eléctrico?
- ¿Puede crear los daneses las innovaciones tecnológicas que la revolución verde necesitará para ser económicamente sostenible?

Estas son preguntas que los daneses apenas están empezando a hacerse a sí mismos. Para ellos lo más importante parece haber sido establecer los objetivos primero y preocuparse después. Tampoco parecen estar muy preocupados por los costos de todo esto. Por lo menos, todavía no.

En resumen, nos espera un semestre de presidencia danesa muy interesante desde el punto de vista de la energía.

Para más información: Danes decline oil, gas, coal and nuclear, publicado en European Energy Review del 12 de diciembre.



jueves, 15 de diciembre de 2011

Una posible explicación de la actual desaceleración del calentamiento global


El calentamiento global experimentado en el siglo XX ha tenido un período en el que parece haberse detenido: hablamos del período entre 1950 y 1979. Esta parada se ha vuelto a repetir en los últimos 10 años. En el hemisferio sur, sin embargo, no se nota la desaceleración del calentamiento durante el período 1950-1979, ya que la tendencia de este período es muy parecida a la del período 1980-2000, aunque la tendencia de los 10 últimos años (2001-2011) es a la disminución de la temperatura.




En el año 2009, Martin Wild, del Institute for Atmospheric and Climate Science, de Zurich, publicó el artículo Global dimming and brightening: A review, en el que se daba una explicación de por qué la temperatura no aumentó en el hemisferio norte pero sí lo hizo en el hemisferio sur. En el año 2011, el mismo autor ha publicado Enlightening Global Dimming and Brightening, que complementa el anterior, incluyendo el período 2001-2010. Su explicación se basa en la disminución de la radiación solar recibida por la superficie terrestre (SSR – surface solar radiation) durante el período 1950-1980, su aumento durante el período 1980-2000, y su posterior disminución.

Representación esquemática de los períodos de amortiguación (dimming) y de aumento (brightening) de la radiación solar en la superficie. Las cifras señalan los cambios en los flujos de energía en la superficie en vatios por metro cuadrado. Las cifras en rojo indican un aumento de las magnitudes de los flujos de energía en la dirección indicada por las flechas, mientras que las azules indican una disminución.

Durante el período 1950-1980, debido a los aerosoles de la atmósfera, la disminución de la radiación solar recibida en la superficie puede haber sido mayor que al aumento de radiación debido al crecimiento de la concentración de los gases de efecto invernadero (LW↓), contrarrestando el calentamiento global. Como resultado, la energía emitida por la superficie (LW↑) tuvo un aumento poco importante, lo que puede haber atenuado la evaporación y su energía equivalente, al flujo de calor latente (LH en la figura), conduciendo a una desaceleración del ciclo del agua.

Durante el período de aumento de la SSR, entre 1980 y 2000, con una atmósfera más limpia, el efecto de los gases de efecto invernadero quedó al descubierto, causando un calentamiento más rápido, mayor evaporación y calor latente (LH) y una intensificación del ciclo del agua.

La figura siguiente indica los cambios de la radiación solar recibida en la superficie observada en las regiones con una buena cobertura de estaciones de medida. Durante el período 1950-1980 hay un claro predominio de disminución de la SSR, durante el período 1980-2000 esta radiación se recupera en todas partes salvo en la India, mientras que, a partir de 2000 no hay una tendencia clara, aunque se observa una fuerte disminución en China e India. Las cifras son en vatios por metro cuadrado y por década.


Podemos estimar la emisión de aerosoles siguiendo las emisiones de azufre, que son mucho mayores en el hemisferio norte que en el sur, que aumentaron durante el período 1950-1970, para empezar a disminuir a partir de los años 90. El hecho de que las emisiones de azufre y, por tanto, de aerosoles, fue mucho menor en el hemisferio sur puede ser una explicación de porque la temperatura en el hemisferio sur siguió aumentando en el período 1950-1980, ya que los aerosoles no contrarrestaron el calentamiento debido a los gases de efecto invernadero.

Por último, podemos ver en la figura siguiente que las precipitaciones en el hemisferio norte siguen la pauta explicada anteriormente: una disminución durante el período de amortiguación de la radiación recibida por la superficie terrestre (1950-1980) y un aumento a partir de entonces, durante el período de aumento de la SSR. En esta figura vemos que la precipitación ha seguido aumentando durante el período 2001-2008, lo que representa una cierta contradicción con la desaceleración del aumento de las temperaturas.

Estimación de las anomalías anuales de precipitación durante el período 1950-2008 sobre las tierras emergidas del hemisferio norte, tomando como referencia el período 1961-1990. En azul, la media de 11 años. Las unidades son en mm.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un clima menos sensible al CO2 de lo que se creía


Hay un cierto consenso en poner como objetivo la limitación del aumento de la temperatura global en 2 ºC respecto de la era preindustrial para evitar problemas mayores, lo que, según los modelos, es el aumento de temperatura que se tendría con una concentración de 450 ppm de CO2.

Pero, ¿es cierto que una concentración de 450 ppm de CO2 daría como resultado un calentamiento de 2 ºC? Según un nuevo estudio publicado el pasado noviembre en Science, titulado Climate Sensitivity Estimated from Temperature Reconstructions of the Last Glacial Maximum, la sensibilidad del clima con respecto a la concentración de CO2 podría ser menor que lo que se creía.

Generalmente se acepta que al doblar la concentración de CO2 (es decir, al pasar de 300 a 600 ppm) se obtendría un aumento de temperatura de 3 ± 1,5 ºC, con una probabilidad del 66 %.

En este estudio, combinando las reconstrucciones de temperatura del océano y de la tierra emergida del último máximo glacial con simulaciones de un modelo climático de complejidad intermedia, se llega a la conclusión de que al pasar de 300 a 600 ppm de CO2, el aumento de temperatura mediano sería de 2,3 ºC, con una probabilidad del 66 % de que se encuentre entre 1,7 y 2,6 ºC, y con una probabilidad del 90 % de que se encuentre entre 1,4 y 2,8 ºC.

Según la función de probabilidad mostrada en la figura, tanto la temperatura global como la de los océanos presenta un máximo bastante ancho, con dos picos, a 2,0 y 2,6 ºC, dos picos menores a 1,3 y 2,8 ºC, y con probabilidades ya mucho menores de aumentos de temperatura menores de 1,0 ºC y superiores a 3,2 ºC. En cambio, para la tierra emergida, es decir, para los continentes, la función de probabilidad presenta un máximo más elevado (media y mediana = 3,4 ºC). La tabla siguiente presenta los intervalos para cada probabilidad y para cada caso (global, océano y continentes)


Los resultados de este estudio implican una menor probabilidad de un inminente cambio climático que lo que se pensaba previamente, por lo que el mundo tendrá más tiempo para enfrentarse al cambio climático, lo que dará alas a las naciones que no quieren comprometerse en acciones para reducir las emisiones de CO2.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El episodio frío del año 536 d.C.


En el año 536 d.C., la niebla seca más persistente y más densa de la historia registrada afectó a Europa, Oriente Medio, China, y probablemente a todo el mundo. El verano fue frío y hubo hambre, escasez y guerra. La cosecha insólitamente grande de 534 se consumió tratando de alimentar a la gente. Un gran porcentaje de la población de Europa murió y el número de habitantes de Europa disminuyó a su nivel más bajo entre los tiempos clásico y moderno.

Flavio Magno Aurelio Casiodoro Senator era el prefecto del pretorio, lo que podríamos llamar hoy en día el primer ministro del reino visigodo del siglo VI, que tenía su capital en Rávena, y que incluía Roma. En otoño de 536 escribió una carta desde su finca de campo a su asistente, Ambrosio. En ella, describe como era vivir en Italia durante este año: ¿Qué clase de experiencia es esta, te pregunto, de mirar al astro principal y no percibir su luz usual? ¿Mirar la luna totalmente llena pero sin su esplendor natural? Todos percibimos un sol coloreado de azul. Nos sorprendemos que a mediodía los cuerpos no tengan sombras, de que el calor más fuerte haya alcanzado la inercia de la tibieza extrema durante el espacio de un año entero.

Zacarías de Mitilena refirió las observaciones hechas en Constantinopla en el mismo año: El sol empezó a oscurecerse durante el día y la luna, por la noche… desde el 24 de marzo de este año hasta el 24 de junio del año que sigue.

El historiador bizantino Procopio, en su descripción de las guerras contra los vándalos, escribió, refiriéndose al año 536: “Durante este año tuvo lugar el signo más temible. Porque el sol daba su luz sin brillo, como la luna, durante este año entero, y se parecía completamente al sol eclipsado, porque sus rayos no eran claros tal como acostumbra. Y desde el momento en que eso sucedió, los hombres no estuvieron libres ni de la guerra ni de la peste ni de ninguna cosa que no llevara a la muerte. Y sucedió en el momento en que Justiniano estaba en el décimo año de su reinado”.

En Irlanda, los Anales de los cuatro maestros registran referencias en 536 y 539 d.C. de una escasez de pan. En los Anales cámbricos británicos, hay una referencia en 537 a mortalitas in Britannia et Hiberna, muerte en Bretaña e Irlanda. El período de hambruna fue seguido por el brote de plaga en 542 en la región del Mediterráneo, que llegó hasta Irlanda en 545.

En China, durante los equinoccios de primavera y otoño de cada año, los antiguos chinos buscaban a Canopus, la estrella más brillante de la constelación de Alfa Carina, para asegurarse buenos tiempos y para marcar las estaciones. Sin embargo, en 536 d.C. no se pudo ver Canopus. Los registros del gobierno Ching en el sur de China informan de frío y nieve en julio y agosto que acabó con el cultivo de granos, causando una grave hambruna el siguiente otoño. Las narraciones muestran que los efectos climáticos se notaron hasta 538. Otros reinos chinos informaron de desastres similares. Uno de ellos señaló que el tiempo fue tan severo que del 70 al 80 % de la gente de la región murió de hambre.

Los registros de la capa de hielo Quelccaya en los Andes del sur de Perú señalan un período de sequía severa alrededor de 540-560 d.C. y de 570-610 d.C. Un estudio ha sugerido que una era fría puede haber empezado alrededor del año 535.

El profesor Mike Bailley, experto en dendrocronología, encontró un crecimiento anormalmente pequeño en los anillos de los robles de Irlanda en el año 536, seguido de otra caída brusca en el año 540, después de una recuperación (Dendrochronology raises questions about the nature of the AD 536 dustveil event). Se han encontrado patrones semejantes en árboles de Suecia, Finlandia y California. En la figura siguiente se puede ver una cronología del crecimiento de los anillos de los árboles de los últimos 1000 años, en el que se aprecia, en la franja amarilla, el evento de 536 d.C.


Durante los años 540 y 541 se extendió por toda Europa, el norte de África y parte de Asia, la llamada plaga de Justiniano (en aquel entonces emperador de Bizancio), que causó la muerte de millones de personas. La enorme mortandad de esta plaga se puede explicar por la debilidad de la población después del período de malas cosechas debidas al frío de los años anteriores.

¿Cuál fue la causa de este frío intenso, repentino y que afecto todos los continentes? Una causa puede ser una explosión volcánica que provocase la misteriosa nube de aerosol de 536 d.C. Hasta hace poco había dos candidatos para esta erupción: la caldera Rabaul, en Papúa Nueva Guinea, y El Chichón. Pero no hay pruebas evidentes para ninguno de ellos.

Se ha planteado la posibilidad de que la niebla seca de 536 d.C. no fuese el resultado de una erupción volcánica, sino más bien el efecto del choque de un asteroide o cometa contra uno de los océanos del mundo, o bien el del paso de la órbita de la Tierra a través de una nube de polvo interestelar. Puesto que no hay ningún volcán que sea un candidato indiscutible, y como la señal ácida en el hielo es mucho menor de lo que se esperaría de una erupción de tamaño suficiente para causar los efectos observados por todo el mundo, hay que considerar la posibilidad de un impacto o de una nube de polvo cósmico.

Últimamente han aparecido dos estudios sobre el tema. La novedad es que se ha mejorado mucho la precisión con la que se pueden datar los testigos de hielo. El primero, New ice core evidence for a volcanic cause of the A.D. 536 dust veil, publicado en el 2008, tras analizar el contenido en SO4 de los testigos de hielo de Groenlandia, en los que se encontró un depósito de SO4 en los años 533-534 ± 2, precedido de otro depósito de SO4 aún mayor datado el año 529 ± 2, como se ve en la figura, se formula la hipótesis de una erupción del volcán Haruna, en el Japón. Por la cantidad de SO4 encontrado, la explosión del año 529 debió ser mucho más importante que la del Tambora de 1815.


El segundo estudio está firmado en primer lugar por Dallas Abbott, de la Universidad de Columbia, y es del año 2008, Magnetite and Silicate Spherules from the GISP2 Core at the 536 A.D. Horizon. Este estudio se completa por otro de la misma autora, del año 2009, Comet smashes triggered ancient famine. En él, los autores han examinado los residuos sólidos del testigo de hielo de GISP 2 con una profundidad entre 361,45 y 361,55 metros, que cubre las fechas entre el 24 de febrero y el 28 de agosto del año 536 d.C. Esta muestra de hielo contiene la concentración de cloro no volcánico más elevada de los últimos 2.000 años (64 ppb). La zona correspondiente a principios del año 536 contiene, además, 5 esférulas perfectamente redondas, de las cuales 3 son de óxido de hierro puro, y miden entre 0,3 y 1,3 micras de diámetro. Otra es de silicato con óxido de hierro, y mide 0,5 micras. La última es un silicato sódico potásico de aluminio, y mide 2,6 micras. Estas esférulas, según los autores, tienen su origen en un impacto, aunque no provienen directamente del cuerpo causante del impacto, sino que su análisis hace pensar que se trata de restos terrestres lanzados a la atmósfera por el impacto. En el segundo estudio se añade que estas esférulas se hallan en testigos de hielo correspondientes a varios años, lo que hace suponer que se trata del impacto de un cometa, ya que estos cuerpos tienden a fragmentarse antes de llagar a la Tierra. Localizan la caída de un primer objeto de unos 640 metros en el golfo de Carpentaria, en Australia, y de un segundo objeto, más pequeño, en el Mar del Norte, cerca de Noruega. Microfósiles marinos encontrados junto con las esférulas son coherentes con un impacto oceánico.

De manera que, hoy por hoy, no tenemos la certeza de cual fue la causa del evento del año 536. Pudo ser una erupción volcánica o la caída de un cometa.


jueves, 1 de diciembre de 2011

Las manchas solares del ciclo 24 serán más numerosas que la previsión inicial


Habíamos visto en una entrada anterior la previsión de manchas solares del ciclo 24 que efectúa la NASA. Con los datos de manchas de mayo, la previsión era que el promedio mensual de manchas sería de unas 70 en el máximo, por 120 en el ciclo 23. Pues bien, la nueva previsión, con los datos de manchas de octubre, es que el número de manchas en el máximo del ciclo 24 será de 90.



Estas predicciones de la actividad del ciclo solar en curso son bastante precisas cuando el ciclo solar lleva tres años. En mayo, llevábamos 2 ,5 años dentro del ciclo solar 24, por lo que esta predicción debería afinarse antes de acabar el año 2011.

En los gráficos vemos, en rojo, el número promedio mensual de manchas del ciclo 23 y de lo que llevamos del ciclo 24, y en negro la predicción (el trazo grueso es la predicción promedio, y los dos trazos finos indican el intervalo donde se situarán el 90 % de los datos mensuales)

Parece, pues, que tendremos un ciclo 24 algo más activo que lo previsto inicialmente.

Volveremos sobre estas previsiones dentro de tres u cuatro meses.