sábado, 16 de junio de 2018

Dos artículos sobre el hielo de la Antártida

Se acaban de publicar dos artículos interesantes sobre la Antártida. Uno sobre el retroceso y el posterior avance de la placa de hielo de la Antártida Occidental durante el Holoceno, y el segundo sobre el balance de la cobertura de hielo antártico entre los años 1992 y 2017.

El primer artículo se titula Extensive retreat and re-advance of the West Antarctic Ice Sheet during the Holocene. Se pensaba que las capas de hielo cerca de los polos terrestres se habían ido reduciendo continuamente durante los últimos 20,000 años. Desde el pico del último período glacial hace unos 20,000 años, el planeta se ha estado calentando, los mares subiendo, y las capas de hielo generalmente se reducen. En este artículo se afirma que la Capa de Hielo de la Antártida Occidental se encogió más de lo que nadie sospechaba. Hace unos 10.000 años, su límite se situaba 200 kilómetros más hacia el interior que su ubicación actual, pero luego se recuperó.


Nuevos datos indican que el retroceso de las masas de hielo de la Antártida Occidental después de la última Edad de Hielo en algunas partes del continente se revirtió sorprendentemente hace unos 10.000 años. La extensión máxima de la capa de hielo se muestra en verde, la extensión mínima en rojo y la línea de tierra moderna después de la recuperación en naranja.

A medida que el clima se calentaba después del último máximo glacial, el nivel del mar subía. El ascenso del nivel del mar iba levantando la plataforma de hielo, como un barco varado en una playa cuando llega la marea. El levantamiento causó que la línea de tierra (que es donde el borde de la capa de hielo deja de tocar el fondo marino y se convierte en una plataforma de hielo flotante) retrocediera, hasta situarse unos 200 kilómetros más al interior de su ubicación actual.

¿Cuál fue la causa de que este retroceso no solo no siguiera, sino que se revirtiera? La hipótesis del artículo citado es que, durante miles de años, a medida que la capa de hielo se encogía, la corteza en esta área subió unos cientos de metros y la plataforma de hielo flotante volvió a tocar el fondo marino, con lo que la línea de tierra se recuperó. Durante miles de años, a medida que la capa de hielo se encogía, la corteza en esta área rebotó por cientos de metros y la línea de tierra se retiró. Es decir, fue el propio fenómeno de pérdida de hielo el que impulsó esta recuperación.

Sin embargo, este mecanismo probablemente no funcionará lo suficientemente rápido como para evitar que las capas de hielo actuales disminuyan debido al calentamiento global actual.


El segundo artículo se titula “Mass balance of the Antarctic Ice Sheet from 1992 to 2017”, en el que se presenta un nuevo cálculo sobre la evolución del hielo de la Antártida. Los resultados indican que la Antártida ha perdido casi tres billones de toneladas de hielo desde 1992, lo que ha provocado un aumento del nivel medio de los mares de 8 milímetros. Lo más preocupante, señalan los investigadores, no es tanto la cantidad de hielo perdida como la tendencia a perderlo cada vez más rápido. Un 40% de todo este hielo ha desaparecido en los últimos cinco años, lo que indica que el deshielo de la Antártida se está acelerando.



Las observaciones de los satélites muestran que el deshielo no ha sido uniforme en las distintas regiones de la Antártida. La región más afectada es la Antártida Occidental –también llamada Antártida Menor–, donde la pérdida de hielo se ha triplicado desde los años noventa.

Aunque sólo contiene una décima parte del hielo de la Antártida, es la región que más contribuye al deshielo del continente. La tendencia se debe en gran parte al retroceso de los glaciares de Pine Island y Thwaites, que se adentran en el océano y que se están fundiendo por el aumento de la temperatura del agua.

También la estrecha península Antártica, que se extiende hacia el norte en dirección a Tierra del Fuego, ha registrado una pérdida de hielo acelerada en la última década. Si a mediados de los años 90 perdía una media de unos 18 millones de toneladas de hielo al día, en la actualidad pierde cinco veces más: 90 millones de toneladas diarias.

Por el contrario, la Antártida Oriental, que concentra aproximadamente el 90% del hielo del continente, no ha experimentado grandes cambios en los últimos 25 años. Allí las variaciones se deben sobre todo a oscilaciones en los niveles de precipitación de un año a otro, más que a una fusión acelerada del hielo como en la Antártida Menor. Aunque en los últimos cinco años ha perdido una media de 75 millones de toneladas diarias de hielo, no es una cantidad muy grande cuando se reparte sobre toda la superficie de la capa de hielo.


Los investigadores concluyen que, si se adoptan medidas efectivas para contener el cambio climático y la temperatura media global no aumenta más de 0,9 grados, el deshielo de la Antártida sólo hará subir el nivel medio de los mares unos 6 centímetros hasta el 2070. Pero si no se adoptan estas medidas y se deja que la temperatura global aumente 2,9 grados, el nivel medio de los mares subirá 27 centímetros hasta el 2070 por la contribución de la Antártida –a los que habría que añadir los centímetros ganados por el aumento del volumen del agua debido a su calentamiento.

En este segundo escenario, que se producirá cuando los niños que nacen en la actualidad tengan poco más de 50 años, zonas densamente pobladas o de alto valor ecológico como los deltas del Mekong, el Mississipi o el Ebro, quedarían sumergidas, lo que provocaría migraciones de millones de personas que perderán sus hogares.