El último informe del IPCC (2007) proyectaba una subida del nivel del mar de entre 18 y 59 cm para el año 2100. Este dato es, de los que publica el citado informe, a la vez el más importante (más que el aumento de las temperaturas, por el impacto directo que causaría en las poblaciones litorales) y el que tiene menos base científica. Actualmente se están publicando estudios que aumentan a 2 metros el aumento del nivel del mar previsto para finales de siglo.
Leemos en el artículo Identifying the causes of the sea level change: “Con cerca de 200 millones de personas viviendo en las llanuras aluviales costeras y con 2 millones de km2 de tierra y 1 billón de dólares en activos encontrándose a menos de 1 m sobre el nivel del mar actual, la subida del nivel del mar es uno de los principales riesgos socio-económicos asociados con el calentamiento global. La velocidad de esta subida del nivel del mar es, sin embargo, muy incierta. Mientras que el último informe del IPCC sugiere una intervalo de 0,18-0,59 m en la subida del nivel del mar entre 1980-1999 y 2090-2099, se hace hincapié en que la contribución de los cambios dinámicos de hielo es muy incierta y ofrece tres hipótesis “ilustrativas” que sugiere una posible aumento de hasta 0,17 m de esta subida de nivel. Desde entonces, varios estudios han sugerido que no se puede descartar un aumento de más de 1 m. Aumentos del nivel del mar de este orden (metros por siglo) no son infrecuentes en las reconstrucciones de cambio del nivel del mar del pasado usando la evidencia geológica, y recientemente se ha sugerido que aumentos similares ocurrieron durante el anterior período interglaciar cálido de hace 120.000 años, cuando el volumen de hielo de la tierra era similar a la que en la actualidad”.
El nivel del mar se mide en una de dos formas: en relación con el fondo del mar (conocida como “nivel relativo del mar”) o en relación con el centro de la Tierra de masa (conocida como “nivel absoluto del mar”). La altimetría por satélite es el único método que proporciona una medida del nivel absoluto del mar. Tanto el nivel del mar relativo como el absoluto se ven afectados por una gran variedad de procesos: fusión del hielo, interacción océano – atmósfera, almacenamiento de agua en la superficie terrestre, circulación oceánica, cambios de densidad y movimientos verticales de la tierra.
Hay que tener en cuenta, también, que el nivel absoluto del mar se ve afectado indirectamente por la deformación de la litosfera debido a las modificaciones correspondientes en el campo de gravedad y el volumen de la cuenca del océano global.
Hay dos procesos relacionados con el clima que tienen un papel central en el gobierno de los cambios del nivel del mar en las próximas décadas y en los próximos siglos: la fusión del hielo terrestre (contribución de la masa) y la variación de la densidad del agua del océano debida a cambios de temperatura y salinidad (contribución del volumen específico).
Las observaciones del nivel del mar más completas son las más recientes. Desde 1992, los satélites han proporcionado mapas altimétricos casi globales del nivel absoluto del mar cada 10 días, permitiendo determinar la tendencia del nivel del mar para la mayoría de las zonas oceánicas (ver figura). Estas mediciones muestran el carácter no uniforme del cambio durante más de 14 años. Aunque el promedio es de alrededor de 3 mm/año, hay regiones con tendencias de más de 10 mm/año y áreas importantes (sobre todo en el noreste del Pacífico) donde el nivel del mar se ha reducido en este período.
Recientemente, se han puesto en funcionamiento dos sistemas de observación que complementan los datos altimétricos. La primera, la red Argo, es una serie de flotadores autónomos que se hunden y ascienden, controlando la temperatura y la salinidad en la parte superior (1-2 km) del océano. Desde el año 2000, la red Argo se ha incrementado a más de 3.000 flotadores. El segundo, Gravity Recovery And Climate Experiment (GRACE, del que ya hemos hablado), un conjunto de dos satélites gemelos lanzados en 2002, mide cada mes el campo gravitatorio global. Los mapas resultantes se pueden utilizar para controlar mes a mes los cambios de gravedad que estén dominados por el movimiento del agua en toda la Tierra. En conjunto, Argo y GRACE pueden, en principio, separar las contribuciones al cambio del nivel del mar de los cambios en la densidad del agua del océano y de los cambios en la masa oceánica. En el caso de GRACE, también es posible determinar la transferencia del agua con base en tierra hacia el mar.
Desde el informe más reciente del IPCC, se han producido dos avances principales:
1) la corrección de los sesgos en la temperatura del océano que reducen en gran medida la aparente enfriamiento visto en algunos años, así como la reducción de la aparente variabilidad interdecadal en el volumen específico de los mares.
2) la capacidad de utilizar tres sistemas de observación (altimetría, GRACE y Argo) para comprobar el grado de convergencia de los flujos de masa y de variación de volumen específico.
Sin embargo, dado el corto tiempo de observaciones (4 años) y los períodos de tiempo necesarios para el cálculo de las tendencias, no es sorprendente que las estimaciones varíen de manera muy notable entre los diferentes estudios publicados.
Este es, probablemente, el tema más importante y que hay que seguir más de cerca en todo lo que concierne el cambio climático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario