miércoles, 17 de junio de 2015

La acidificación del Océano Ártico


Una nueva investigación de la NOAA, la Universidad de Alaska y el Instituto Oceanográfico Woods Hole, publicada en el Journal Oceanography, con el título de Acidification in the Surface Waters of the Pacific-Arctic Boundary Regions, muestra que las aguas superficiales de los mares de Chukchi y Beaufort podrían alcanzar en 2030 unos niveles de acidez que amenacen la capacidad de los animales para construir y mantener sus conchas, mientras que el Mar de Bering podría alcanzar este nivel de acidez hacia el año 2044.

Esta investigación muestra que dentro de 15 años,  estas aguas ya no podrán estar saturadas con suficiente carbonato de calcio para un buen número de animales desde pequeños caracoles de mar a los cangrejos Alaska King puedan construir y mantener sus conchas en ciertas épocas del año. Este cambio debido a la acidificación de los océanos no sólo afectaría a los animales con concha, sino que podría extenderse a buena parte del ecosistema marino.

Una forma de carbonato de calcio en el océano, llamado aragonita, es utilizado por animales de construir y mantener sus conchas. Cuando las concentraciones de iones de carbonato de calcio descienden por debajo de niveles tolerables, las conchas de aragonita pueden empezar a disolverse, particularmente en las etapas tempranas de la vida. A medida que la química del agua desciende por debajo de los valores actuales, que varían según la temporada, los organismos que construyen su concha y los peces que dependen de estas especies para la alimentación pueden ser afectados.



Saturación de aragonita (Ωarag) de las aguas superficiales según las muestras recogidas en 2011

Las plataformas continentales de los mares de Bering, Chukchi y Beaufort son especialmente vulnerables a los efectos de la acidificación de los océanos debido a que la absorción de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano no es el único proceso que contribuye a la acidez. La fusión de los glaciares, la surgencia de de las aguas profundas ricas en dióxido de carbono, la entrada de agua dulce de los ríos y el hecho de que el agua fría absorbe más dióxido de carbono que las aguas más cálidas influye en la acidificación del océano en esta región.

La región del Pacífico-Ártico, debido a su vulnerabilidad a la acidificación de los océanos, nos da un primer indicio de cómo el océano global responderá al aumento de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano que se absorben por el océano.

Esta región es una de las pesquerías más importantes comercialmente de los Estados Unidos, razón por la cual es una zona muy estudiada para poder dar la información medioambiental necesaria a los políticos para que puedan tomar las decisiones adecuadas.

Hay que recordar que el aumento de la acidificación de los océanos es una amenaza tan o más importante que el aumento de las temperaturas debido al efecto invernadero.


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