miércoles, 17 de junio de 2015

¿Una prueba en contra de un paréntesis de calentamiento global?


Un análisis de la NOAA utilizando datos de temperatura superficial global actualizados niega la existencia de una desaceleración del calentamiento global del siglo XXI. El nuevo análisis sugiere que no ha habido ninguna disminución apreciable en la tasa de calentamiento entre la segunda mitad del siglo XX, un período marcado por el calentamiento debido a los gases de efecto invernadero, y los primeros quince años del siglo XXI, un período en el que el calentamiento global ha sido puesto en duda.


Para ello se han homogeneizado las temperaturas globales de todas las épocas, teniendo en cuenta cuantas estaciones de medida había y donde estaban emplazadas, y se ha corregido el sesgo que, antes de la segunda guerra mundial, había en la forma de medir las temperaturas marinas. También se ha corregido el sesgo debido a la falta de estaciones de medida en las zonas polares, empleando datos obtenidos por satélite. Este sesgo es importante, ya que es en las regiones árticas donde más han subido las temperaturas.


Series de anomalías de temperatura superficial con el nuevo análisis, el análisis antiguo, y con y sin correcciones de sesgo dependientes del tiempo global (tierra y mar).

(A) El nuevo análisis (negro sólido) en comparación con el análisis antiguo (rojo).
(B) El nuevo análisis (negro sólido) comparado con el análisis sin ninguna corrección de sesgos dependientes del tiempo (cian).











La acidificación del Océano Ártico


Una nueva investigación de la NOAA, la Universidad de Alaska y el Instituto Oceanográfico Woods Hole, publicada en el Journal Oceanography, con el título de Acidification in the Surface Waters of the Pacific-Arctic Boundary Regions, muestra que las aguas superficiales de los mares de Chukchi y Beaufort podrían alcanzar en 2030 unos niveles de acidez que amenacen la capacidad de los animales para construir y mantener sus conchas, mientras que el Mar de Bering podría alcanzar este nivel de acidez hacia el año 2044.

Esta investigación muestra que dentro de 15 años,  estas aguas ya no podrán estar saturadas con suficiente carbonato de calcio para un buen número de animales desde pequeños caracoles de mar a los cangrejos Alaska King puedan construir y mantener sus conchas en ciertas épocas del año. Este cambio debido a la acidificación de los océanos no sólo afectaría a los animales con concha, sino que podría extenderse a buena parte del ecosistema marino.

Una forma de carbonato de calcio en el océano, llamado aragonita, es utilizado por animales de construir y mantener sus conchas. Cuando las concentraciones de iones de carbonato de calcio descienden por debajo de niveles tolerables, las conchas de aragonita pueden empezar a disolverse, particularmente en las etapas tempranas de la vida. A medida que la química del agua desciende por debajo de los valores actuales, que varían según la temporada, los organismos que construyen su concha y los peces que dependen de estas especies para la alimentación pueden ser afectados.



Saturación de aragonita (Ωarag) de las aguas superficiales según las muestras recogidas en 2011

Las plataformas continentales de los mares de Bering, Chukchi y Beaufort son especialmente vulnerables a los efectos de la acidificación de los océanos debido a que la absorción de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano no es el único proceso que contribuye a la acidez. La fusión de los glaciares, la surgencia de de las aguas profundas ricas en dióxido de carbono, la entrada de agua dulce de los ríos y el hecho de que el agua fría absorbe más dióxido de carbono que las aguas más cálidas influye en la acidificación del océano en esta región.

La región del Pacífico-Ártico, debido a su vulnerabilidad a la acidificación de los océanos, nos da un primer indicio de cómo el océano global responderá al aumento de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano que se absorben por el océano.

Esta región es una de las pesquerías más importantes comercialmente de los Estados Unidos, razón por la cual es una zona muy estudiada para poder dar la información medioambiental necesaria a los políticos para que puedan tomar las decisiones adecuadas.

Hay que recordar que el aumento de la acidificación de los océanos es una amenaza tan o más importante que el aumento de las temperaturas debido al efecto invernadero.