miércoles, 16 de noviembre de 2022

Extensión del hielo marino ártico

El pasado 16 de septiembre, la extensión del hielo marítimo ártico alcanzó su mínimo, con 4,65 millones de km2.


La tendencia general del hielo ártico desde que empezaron las medidas por satélite, en 1979, es a perder cada año casi 58.000 km2. La tendencia de los mínimos es también negativa (-79.200 km2/año).


La curva diaria de este año sigue casi de forma milimétrica las de la década 2010-2019 y del año 2021. En 2020 destacó por ser un año con muy poco hielo ártico.



No vamos bien

En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, está claro que no vamos bien, ya que las previsiones de las emisiones de CO2 para el 2022 han vuelto a aumentar. Según Global Carbon Budget, las emisiones totales de CO2 previstas para este año serán de 40.600 millones de toneladas, prácticamente el mismo nivel que las del año 2020, que, por ahora, tiene el récord con 40.900 millones de toneladas. Como comparación, durante la década 2001-2010 se emitieron anualmente 34.200 millones de toneladas de CO2.


La mayor parte de estas emisiones (92 %) se deben a la combustión de combustibles fósiles. El resto se debe al cambio de uso de la tierra (por ejemplo, urbanizar zonas verdes que antes contribuían a absorber parte del CO2 atmosférico) ya la carbonatación que se produce en la industria del cemento.

Debemos notar que en 2020 hubo una disminución de las emisiones debida a la baja de actividad económica provocada por la pandemia, y que en 2010 también hubo otra debido a la crisis económica. 

En cuanto a las emisiones per cápita, se ha producido una disminución en los últimos años, pero esta disminución ha sido compensada por el aumento de la población mundial. Durante la década 2001-2010 estas emisiones fueron menores: 4,5 toneladas de CO2 por habitante.

 


Los países que emitieron más CO2 en 2021 fueron:

1) China, con 11.500 millones de toneladas, un 28,5% del total, en aumento. En la década 2001-2010 sus emisiones fueron de 6.123 millones de toneladas anuales.

2) Estados Unidos, que emitió 5.000 millones de toneladas, un 12,4% del total. Sus emisiones disminuyen. En la década 2002-2010 sus emisiones fueron de 5.941 millones de toneladas anuales. 

3) La Europa de los 27, con 2.800 millones de toneladas, un 6,9% del total, en disminución. Durante los años 2001-2010 las emisiones anuales fueron de 3.640 millones de toneladas.

4) La India, con 2.700 millones de toneladas, un 6,7% del total, aumentando. Las emisiones anuales de la década 2001-2010 fueron de 1.275 millones de toneladas.

5) Rusia, con 1.800 millones de toneladas, un 4,4% del total, estable n los últimos años. Durante la década de 2001-2010 emitió 1.570 millones de toneladas anuales.

6) Japón, con 1.100millones de toneladas, un 2,7% del total, con una ligera disminución. En los años 2002-2010 sus emisiones fueron de 1.257 millones de toneladas anuales.


Estas zonas económicas representaron, en 2021, el 62% del total de las misiones de CO2

Vemos que los países más desarrollados (Europa, Estados Unidos, Japón) han disminuido sus emisiones, mientras que los países en vías de desarrollo, principalmente China e India, as han aumentado. Esto se debe a que muchas de las industrias y actividades económicas productoras de gases efecto invernadero se han trasladado a otras zonas, principalmente China, India y otros países asiáticos. Si se corrigiese esta producción bruta por otra que tuviera en cuenta el consumo de productos que, para fabricarlos, han emitido CO2, probablemente los resultados serían muy diferentes: más CO2 en estas zonas y menos en los países productores.

En cuanto a España, las emisiones de CO2 del año 2021 fueron de 234 millones de toneladas, en neta disminución respecto de la década 2001-2010, en que fueron de 336 millones de toneladas anuales.

En definitiva, no lo estamos haciendo bien. Si seguimos así (y no cabe duda de que seguiremos más o menos igual, por mucho que se hable del coche eléctrico, de las energías limpias o del hidrógeno) nuestros hijos lo tendrán crudo.

lunes, 23 de mayo de 2022

Las temperaturas y precipitaciones en la España peninsular

Según los datos más recientes publicados por AEMET (Agencia Española de Meteorología), la temperatura media anual en la España peninsular ha ido aumentando estos últimos 60 años a una cadencia de + 0,21ºC por década. Es decir, en 60 años ha aumentado del orden de 1,2ºC. 

Por lo que respecta a las precipitaciones, han ido disminuyendo a una cadencia de 13 l/m2 por década. Así, en los últimos 60 años las precipitaciones han disminuido del orden de 100 l/m2. Teniendo en cuenta que la precipitación media de estos últimos 60 años ha sido de unos 650 l/m2, podemos decir que la caída ha sido del 15%.

La cosa se está poniendo complicada. 




miércoles, 13 de abril de 2022

El último informe del IPCC

Se está publicando el sexto informe de evaluación del IPPC (Intergovernmental Panel on Climate Change) sobre el cambio climático. Estos informes se publican cada seis o siete años. El último, el quinto, fue publicado entre 2013 y 2014. Este Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático fue creado en 1988 para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta.

Estos informes de evaluación son enormes, tienen miles de páginas, y su lectura es relativamente compleja por los no especialistas. Pero el propio IPPC hace resúmenes más cortos y al alcance de mucha más gente. 

La gran novedad de la edición actual es que los impactos que en informes anteriores se habían atribuido a un aumento de temperaturas superiores a los 2ºC, ahora se indica que se producirán a partir de un aumento de temperatura de 1,5ºC. Es decir, nos encontramos mucho más cerca de la catástrofe medioambiental de lo que pensábamos.

El calentamiento global, que alcanzará los 1,5°C a corto plazo, provocará inevitables aumentos de múltiples peligros climáticos que presentan muchos riesgos para los ecosistemas y los humanos. Aproximadamente entre 3300 y 3600 millones de personas viven en contextos muy vulnerables al cambio climático. Una alta proporción de especies es vulnerable al cambio climático. 

Para los 127 riesgos clave identificados, los impactos evaluados a medio y largo plazo son varias veces superiores a los observados actualmente, si se alcanza un calentamiento de 1,5ºC.

Actualmente, el calentamiento global se estima en 1,0ºC. Viendo la curva de aumento de las temperaturas, que han aumentado en 0,5ºC desde el año 2010 al 2020, es casi imposible que no lleguemos a los fatídicos 1,5ºC en el año 2040. Como quien dice, mañana por la tarde. 

Los que somos mayores probablemente ya no existiremos dentro de veinte años, pero los más jóvenes sufrirán sus efectos en sus propias carnes, y no serán efectos nada agradables. Está claro que algunos "optimistas" piensan que antes del año 2040 se producirá una catástrofe económica de tal magnitud por la falta de energía, que ese colapso (que se llevará millones de vidas humanas, por cierto) pueda ser suficientemente rápido para reducir muchísimo las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, para reducir también este aumento de la temperatura global.

jueves, 31 de marzo de 2022

No es la guerra entre Rusia y Ucrania

Mucha gente cree que la economía mundial continuará como antes, después de que uno u otro bando gane la guerra. En realidad, nos enfrentamos a una situación sin salida. No importa cuál sea el resultado, la economía mundial estará peor después de que termine la contienda. 

El problema al que se enfrenta la economía mundial es el agotamiento de muchos tipos de recursos simultáneamente. Este agotamiento se ve agravado por el aumento de la población, lo que significa que los recursos disponibles deben proporcionar una vida adecuada a un número cada vez mayor de habitantes del mundo. Debido al agotamiento, la economía mundial está llegando a un punto en el que ya no puede crecer como lo hacía en el pasado. Es probable que la inflación, la escasez de alimentos y los apagones continuos se conviertan en problemas cada vez mayores en muchas partes del mundo. Con el tiempo, es probable que la población disminuya.

En un mundo con recursos inadecuados en relación con la población, es probable que los conflictos armados sean cada vez más comunes.

El conflicto Rusia-Ucrania es un ejemplo de un conflicto asociado a los recursos. Los aliados que pertenecen a la organización de la OTAN han optado por escalar el conflicto Rusia-Ucrania, en parte, porque la existencia del conflicto ayuda a ocultar la escasez de recursos y los altos precios que ya se están produciendo. No importa cómo acabe la guerra, el problema de la escasez de recursos seguirá existiendo. Por lo tanto, el conflicto no puede terminar bien.

Existe un gran problema de agotamiento de recursos que las autoridades de muchos países conocen desde hace mucho tiempo. El problema es tan aterrador que las autoridades han optado por no explicarlo a la población en general.

Los medios convencionales prácticamente nunca mencionan que existe un problema importante con el agotamiento de los recursos. Además del petróleo, el carbón y el gas natural, los recursos con límites incluyen muchos otros minerales, como el cobre, el litio y el níquel. Otros recursos, incluidos el agua dulce y los minerales utilizados para fertilizantes, también están disponibles en cantidades limitadas. Los medios no nos dicen que no hay evidencia de que realmente se pueda hacer una transición a una economía baja en carbono.

El gran problema del agotamiento es la asequibilidad de los productos finales elaborados con recursos de alto precio. El costo de extracción aumenta, pero la capacidad de los ciudadanos del mundo para pagar los productos finales elaborados con estos recursos de alto costo no aumenta. Los precios de las materias primas no suben lo suficiente para cubrir el costo creciente de extracción. Cuando se alcanza este límite de asequibilidad, son los países extractores de recursos, como Rusia, los que se encuentran en una situación terrible con respecto al bienestar de sus poblaciones.

El gran problema que surge debido al agotamiento es, por tanto, un conflicto de precios. Las empresas que extraen recursos necesitan precios elevados para poder reinvertir en nuevas minas, en ubicaciones cada vez más costosas, pero los consumidores no pueden permitirse estos precios elevados.

Como resultado del agotamiento, se necesitan más horas de trabajo, más tiempo de máquinas y un mayor uso de productos energéticos para extraer la misma cantidad de un recurso dado que antes se extraía en otro lugar. La eficiencia creciente tiende a ayudar a los salarios, pero la ineficiencia creciente tiende a funcionar de manera opuesta: los salarios no aumentan, ciertamente no tan rápido como los precios de los productos finales. 

Como resultado, los exportadores de materias primas, como Rusia, se ven atrapados: no pueden aumentar los precios lo suficiente para que las nuevas inversiones sean rentables. El problema es que los consumidores del mundo no pueden pagar los altos precios resultantes de artículos esenciales como alimentos, electricidad y transporte. Rusia afirma disponer de cantidades muy altas de reservas, especialmente de gas natural y carbón. Sin embargo, es dudoso que estas reservas puedan realmente extraerse. A medio y largo plazo, los precios de venta no pueden mantenerse a un nivel suficientemente alto para cubrir el enorme costo de extraer, transportar y refinar estos recursos. 

El crecimiento económico mundial depende en gran medida del aumento del consumo de energía. La razón de una fuerte asociación entre el crecimiento del PIB y el crecimiento del consumo de energía es una razón basada en la física. Producir bienes y dar servicios requiere el consumo de productos energéticos, porque las leyes de la física nos dicen que se requiere energía para mover cualquier objeto de un lugar a otro, o para calentar cualquier objeto. 

Es probable que nos enfrentemos a una economía mundial que colapsa debido a los límites que se están alcanzando. Agregar sanciones contra Rusia empujará aún más a la economía mundial en dirección a este colapso. 

El presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, advierte que es probable que haya escasez de alimentos en muchas partes del mundo como resultado de las sanciones impuestas contra Rusia. Europa se encuentra entre estas partes del mundo.

La historia del mundo muestra que las poblaciones de muchas civilizaciones han superado sus posibilidades de recursos y se han derrumbado. La física señala que este resultado es casi inevitable. 

Los líderes electos necesitan una historia de crecimiento eterno que puedan contarles a sus ciudadanos, por lo que se han desarrollado narrativas creativas que sugieren que los humanos pueden alejarse de los combustibles fósiles si así lo desean. Nadie se detiene a pensar que las economías no pueden seguir existiendo utilizando una cantidad de energía mucho menor, como tampoco un ser humano adulto puede arreglárselas con 500 calorías al día. Ambos son estructuras disipativas; requieren un consumo continuo de energía. Las fábricas cierran cuando se corta la electricidad, el diésel y otros productos energéticos. 

La economía mundial ya está al borde del colapso debido a los límites de recursos que está alcanzando. Detener intencionalmente la producción de Rusia de recursos como fertilizantes y uranio procesado seguramente empeorará la situación, no la mejorará. Una vez que se detenga la producción de Rusia, es probable que sea imposible reiniciar la producción al mismo nivel. Los trabajadores capacitados que pierden sus trabajos probablemente encontrarán trabajos en otros lugares. 

Otro problema importante es la enorme cantidad de deuda que tienen la mayoría de los países del mundo. Con una economía mundial que se desacelere rápidamente, el pago de la deuda con intereses será imposible. Los impagos de la deuda causarán aún más estragos en el sistema económico mundial. 

No sabemos exactamente cuando sucederá todo esto, pero será, probablemente, más pronto que tarde. La situación no pinta nada bien.

miércoles, 9 de marzo de 2022

La extensión mínima del hielo marino antártico

La extensión del hielo marino antártico alcanzó su mínimo anual el pasado 21 de febrero, con una superficie de 1,91 millones de km2. Este valor es el menor valor de la serie histórica. 

La tendencia a largo plazo, desde que se tienen medidas por satélite, es de una estabilidad, tanto en lo que se refiere a la extensión media anual como a la extensión mínima.

Estas últimas semanas se observan valores muy bajos, nunca vistos desde que se tienen datos de observaciones por satélite.






La extensión máxima del hielo marino ártico

La extensión del hielo marino ártico ha llegado a su máximo anual el pasado 22 de febrero, con una superficie de 14,923 millones de km2. Este valor es prácticamente la media de los últimos 4 años, en los que parece que esta extensión máxima se ha estabilizado, rompiendo la tendencia a la baja de los 4 años anteriores, en los que esta superficie máxima fue de solamente 14,5 millones de km2.

La tendencia a largo plazo, desde que se tienen medidas por satélite, es de una disminución de la superficie media anual de 56.000 km2/año, mientras que la tendencia de la extensión máxima es de 40.000 km2/año.












La guerra de Ucrania y los precios de la energía

El ataque de Rusia a Ucrania representa una demanda de un nuevo orden económico mundial que, a largo plazo, soporte precios más elevados de los combustibles fósiles, especialmente del petróleo. Esta economía probablemente se centraría en Rusia y China. El resto de la economía mundial, en la medida en que siga existiendo, deberá arreglarse en gran medida sin combustibles fósiles, aparte de los combustibles fósiles que los países sigan produciendo por sí mismos. La población y el nivel de vida caerán en la mayor parte del mundo. 

Si se puede desarrollar una economía centrada en Rusia y China, el dólar estadounidense dejará de ser la moneda de reserva del mundo. El comercio se realizará en la moneda del nuevo bloque Rusia-China. Fuera de este bloque, las monedas locales tendrán un papel dominante. La mayor parte de la deuda de hoy será finalmente impagada; en la medida en que esta deuda sea sustituida, se sustituirá por deuda en moneda local. 

El problema de fondo es que, a nivel mundial, el consumo de energía per cápita se está reduciendo. El consumo de energía es esencial para la creación de bienes y servicios. 

La disminución de la cantidad de energía por persona hace que, en promedio, se puedan producir cada vez menos productos terminados y servicios per cápita. Algunos países lo hacen mejor que la media; otros lo hacen peor. Con los bajos precios de los combustibles fósiles, Rusia ha ido peor que la media; quiere remediar la situación con unos precios más elevados a largo plazo. Si Rusia puede empezar a transferir sus exportaciones energéticas a China, quizás la nueva economía Rusia-China, con un apoyo limitado del resto del mundo, puede permitirse el lujo de pagar a Rusia los altos precios de los combustibles fósiles que Rusia necesita para mantener su economía.

El problema fundamental detrás de los bajos precios del petróleo recientes es el hecho de que actualmente los consumidores no pueden permitirse los bienes y servicios producidos con los altos precios del petróleo que los productores, como Rusia, necesitan para operar, pagar sueldos lo suficientemente altos y realizar una reinversión adecuada. Poniendo cifras: la economía mundial, sobre todo la economía occidental, no puede pagar por el petróleo más de 80 dólares por barril. Los productores necesitan un precio de más de 120 dólares por barril. 

Europa, en particular, no puede permitirse los elevados precios del petróleo. Si los tipos de interés aumentan en breve, esto empeorará aún más el problema. China parece tener ventajas definidas como socio económico de Rusia.

Teniendo en cuenta los problemas de Europa como importador de energía, China parecería tener la posibilidad de ser un mejor cliente que quizás tolerara precios más altos. Por un lado, China es más eficiente en el uso de productos energéticos que en Europa. Por ejemplo, muchas casas de la mitad sur de China no se calientan en invierno, ya que la gente se abriga en casa cuando llega el invierno. Además, las casas y empresas del norte de China se calientan a veces con el calor residual de las centrales eléctricas de carbón cercanas. Éste es un enfoque muy eficiente para la calefacción. 

China también utiliza más carbón en su combinación energética que Europa. Históricamente, el carbón ha sido mucho menos caro que el petróleo. Lo que se necesita es un precio medio bajo de la energía. Puede tolerarse una pequeña cantidad de petróleo de alto precio en una economía que utiliza principalmente carbón en su combinación energética. Cuando se cuentan todos los costes, la eólica y la solar son fuentes de energía muy caros, lo que contribuye a los problemas de Europa. 

Parece que Rusia ahora teme que esté cerca del colapso, no muy distinto al colapso del gobierno central de la Unión Soviética en 1991. Un colapso de este tipo llevaría a una gran caída del nivel de vida de Rusia, incluso desde el nivel relativamente bajo actual. Lo que parece haber estado detrás del colapso de 1991 es lo mismo que parece estar detrás del miedo actual de Rusia al colapso: los bajos precios del petróleo. 

Rusia se ha dado cuenta de que el resto del mundo depende completamente de sus exportaciones de combustibles fósiles. Debido a esta dependencia, así como a la conexión entre la combustión de combustibles fósiles y la fabricación de productos y servicios terminados, Rusia tiene un gran poder sobre la economía mundial.

Pocas personas en América y Europa se dan cuenta de que la economía mundial depende por completo de las exportaciones de petróleo, carbón y gas natural de Rusia. Esta dependencia puede verse de muchas maneras. Por ejemplo, en 2020, el 41% de las exportaciones mundiales de gas natural provenían de Rusia. El gas natural es especialmente importante para equilibrar la electricidad del viento y solar. 

Sin las exportaciones de gas natural de Rusia y sus afiliados cercanos, no existe posibilidad de suministrar exportaciones de gas natural adecuadas al resto del mundo.

El gasóleo, creado por el refino del petróleo, es otro producto energético que escasea, especialmente en Europa. El combustible diésel se utiliza para alimentar camiones y tractores agrícolas, así como muchos automóviles europeos. Un informe de Argus Media indica que los suministros rusos representan entre el 50% y el 60% de las importaciones marítimas de gasóleo  de Europa, que suman entre 4 y 6 millones de toneladas de combustible al mes. Probablemente sería imposible sustituir estas importaciones, utilizando suministros de otros sitios, sin aumentar el precio de estos combustibles importados hasta un nivel mucho más alto que el actual. Incluso entonces, los países de fuera de Europa se quedarían con un suministro de gasóleo insuficiente. 

El ataque de Rusia a Ucrania parece haber sido realizado por muchas razones. Rusia estaba claramente frustrada con la situación actual, con la OTAN cada vez más asertiva en la propia Ucrania, aunque Ucrania no es miembro de la OTAN. Rusia también es consciente de que, en cierto sentido, tiene mucho más poder sobre la economía mundial de lo que la mayoría de la gente se da cuenta, porque la economía mundial depende por completo de las exportaciones de combustibles fósiles de Rusia. Las sanciones contra Rusia probablemente perjudicarán tanto o más a los países que las sancionan que a Rusia. 

Si las sanciones realmente hundieran a Rusia, el resultado tendería a empujar toda la economía mundial hacia el colapso, porque el resto del mundo depende mucho de las exportaciones de combustibles fósiles de Rusia. Existe una respuesta proporcional a la cantidad de energía "disipada": si se desea una mayor producción de bienes y servicios, se requiere más energía. Los cambios de eficiencia pueden ayudar un poco, pero los ahorros de eficiencia tienden a compensarse con las mayores necesidades energéticas del sistema más complejo necesario para conseguir estos ahorros.

Si los precios de la energía no suben lo suficiente, de alguna manera deberemos enfrentarnos a una situación con muy pocos combustibles fósiles. Es dudoso que las renovables duren mucho tiempo porque dependen de los combustibles fósiles para su mantenimiento y reparación. Si no se pueden conseguir precios más altos de la energía, existe una posibilidad significativa de que se vaya en la dirección de empujar a la economía mundial hacia el colapso. 

Vivimos hoy en un mundo con recursos energéticos per cápita cada vez más reducidos. Deberíamos ser conscientes de que estamos llegando a los límites de los combustibles fósiles y otros minerales que podemos extraer, salvo que de algún modo podamos encontrar la forma de conseguir que la economía tolere precios más altos. 

La reducción de las cantidades de energía disponible impulsará una reducción muy significativa del nivel de vida. Al mismo tiempo, desaparecerán programas como los planes de pensiones financiados por el gobierno y los planes de desempleo. Es probable que la electricidad sea intermitente y luego falle completamente. El comercio internacional se reducirá; las economías serán mucho más locales. El peligro al que nos acercamos es que los gobiernos, en todo el mundo, se colapsen o sean derribados por sus ciudadanos infelices. 

Nos han avisado de que llegaríamos a un período de tiempo con graves problemas energéticos. La economía mundial debería haberse dado cuenta de la importancia de los combustibles fósiles y la probabilidad de que la economía mundial se enfrentaría a problemas de agotamiento en la primera mitad del siglo XXI. El primero fue un discurso del contraalmirante Hyman Rickover en 1957. En este discurso, Rickover dijo:

Vivimos en lo que los historiadores podrían llamar algún día a la era de los combustibles fósiles. Con un alto consumo de energía va un alto nivel de vida. . . Una reducción del consumo de energía per cápita siempre ha supuesto en el pasado un declive de la civilización y una reversión a una forma de vida más primitiva. 

. . . es algo desagradable que, según nuestras mejores estimaciones, las reservas totales de combustibles fósiles recuperables a no más del doble del coste unitario actual probablemente se agoten en algún momento entre los años 2000 y 2050, si se tienen en cuenta los niveles de vida actuales y las tasas de crecimiento de la población.

Ya hemos llegado a esa situación. La guerra actual en Ucrania es quizás la primera consecuencia importante del nuevo orden que se está implantando en un mundo con mucha menos energía disponible.

 

lunes, 24 de enero de 2022

Balance del año 2021 (3) - La crisis energética global

El año 2021, se ha caracterizado por una escasez de carbón a nivel mundial. Por una parte, ha habido dificultades para aumentar la producción de carbón para satisfacer las necesidades crecientes de energía y, por otra parte, debido a los sobrecostes que está originando el pico del diésel en la extracción del carbón y también, aunque en menor medida, de los sobrecostes medioambientales.

El consumo de carbón representa el 48% de la energía primaria total consumida, seguido del petróleo (26%), del gas natural (12%), de la energía hidroeléctrica (7%), de las renovables (5%) y de la energía nuclear (2%). De ahí la gran importancia, desde el punto de vista energético, de la escasez de carbón.

Los principales consumidores de carbón en el mundo son la China (54% del consumo total), la India (12%), los Estados Unidos (6%), Japón (3%), la Federación Rusa, Indonesia, África del Sur y Corea del Sur (2% cada uno)

No se ha hablado mucho de ello, pero tanto la China como la India están sufriendo desde hace meses apagones eléctricos repetidos (estamos hablando de dos países que engloban al 35% de la población mundial y que son el primer y el segundo consumidor mundial de carbón). La falta de electricidad está afectando a la producción industrial china, y le está llevando a acaparar otros combustibles, principalmente gas natural, para montar un plan de choque de transición energética.

Entre tanto, Sudáfrica sufre apagones rotatorios por incapacidad de generar suficiente electricidad, también por falta de carbón. Paquistán se ve obligada a usar productos petrolíferos para generar electricidad al tiempo que ha tenido que parar su sector industrial porque no consigue comprar suficiente gas en el mercado internacional.

Como resultado de esta escasez de carbón, la competencia para acceder al gas natural ha aumentado, dando como resultado un aumento muy importante del precio del mismo. El gas se ha convertido en el sustituto natural del carbón térmico. Tanto la China como la India han aumentado su demanda. En España, el precio ha pasado de los 15 a 20 €/MWh de los años anteriores a unos 80 €/MWh en los últimos meses.


Por otra parte, al suministro de gas natural a Europa no está asegurado. Los países centroeuropeos dependen del gas natural ruso para su suministro, pero por motivos políticos (la posible invasión de Ucrania por parte de los rusos impide la inauguración del gasoducto Nord Stream 2: una infraestructura estratégica que tiene 1.200 kilómetros de largo y podría transportar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año). Alemania contaba con él para asegurarse el suministro energético tras eliminar 16 centrales nucleares.

En cuanto a la segunda fuente energética global, el precio del barril de petróleo Brent se sitúa por encima de los 80 dólares, unos precios que no se veían desde hace varios años. La reciente estrategia de la OPEP buscando reducir la oferta para aguantar el precio, le comienza a dar beneficios y contribuye a que los países productores vuelvan a recuperar su poder frente a los consumidores. La previsión es una gran volatilidad de los precios del petróleo, ya que en los últimos 15 años no se ha invertido suficientemente en la prospección de nuevos yacimientos, debido a la amenaza de nuevas regulaciones para disminuir el consumo de combustibles fósiles.


Nos encontramos, pues, ante la tormenta perfecta que puede desencadenar una nueva crisis, cuyo alcance aún se desconoce, pero que, a día de hoy, ya se deja sentir en los bolsillos de los ciudadanos. Y es que no hay más que ver que la factura eléctrica no para de crecer. Hay que tener en cuenta que el ciclo combinado es el que marca el coste marginal eléctrico y, por tanto, es el responsable de mantener la estabilidad de los precios de la red.

El alza en el precio de las materias primas no solo es exclusiva de la energía, sino que también se ha visto en otros activos como el aluminio o el cobre, que consumen mucha energía para su producción. Todo apunta a que más pronto que tarde tendremos que apretarnos el cinturón ante todas nuestras decisiones de compra.

lunes, 10 de enero de 2022

Resumen del año 2021 (2) - La crisis del diésel

Hemos comprobado que durante el año 2021 los gobiernos han insistido en que los motores de gasoil (diésel) son más contaminantes que los de gasolina y que, por tanto, los coches con motor diésel debían ir suprimiéndose. Esto es una verdad a medias, y como todas las verdades a medias, pueden hacer más daño que una mentira. Lo cierto es que los motores diésel son más eficientes que los de gasolina, y por eso emiten menos CO2 que los de gasolina. En ese aspecto, pues, no nos dicen la verdad. El problema con los motores diésel es que emiten más compuestos de nitrógeno y azufre, así como partículas, que contaminan el aire. Sin embargo, con los filtros catalizadores actuales, este problema queda muy disminuido. La conclusión final es que los motores diésel, sobre todo los más modernos, con un mantenimiento correcto, no contaminan más que los de gasolina. 

Así pues, ¿por qué tanta insistencia en la supresión de los coches con motor diésel? Por una razón muy sencilla: porque no hay diésel para todos, y el transporte de mercancías (camiones y barcos) consume gasoil. Y el transporte de mercancías es prioritario. 

En el gráfico podemos ver la producción mundial de gasoil, y observaremos que esta producción tuvo un máximo en 2018, donde se alcanzó los 26 millones de barriles diarios, mientras que actualmente sólo se producen 23 millones. 



¿Cuál es la razón de esta baja tan importante de la producción de gasoil para motores diésel? La razón la podemos encontrar en que las compañías petrolíferas han dejado de invertir, desde hace más de diez años, en la búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo. Esto hace que no haya demasiados nuevos yacimientos de petróleo crudo, y los yacimientos existentes, por ley de vida, rinden menos que antes. El resultado es que la producción de petróleo crudo está disminuyendo desde 2016, donde fue de 75 millones de barriles diarios, llegando a la producción actual de 60 millones. 



Vemos en el gráfico que, desde el año 2009, a las estadísticas se añaden los NGL (Líquidos del Gas Natural, que son hidrocarburos líquidos o licuados recuperados de plantas de separación de gas e instalaciones de procesamiento de gas), y otros productos de petróleo primario (materias primas de refinería + aditivos/oxigenados + otros hidrocarburos). En 2021 se han producido 9 millones de barriles diarios de NGL y 1,5 millones de otros productos. A pesar de esto, el total de petróleo primario producido ha ido disminuyendo desde el año 2016 (85 millones de barriles diarios) hasta ahora (70 millones de barriles diarios). Una bajada muy significativa. 

Los líquidos de gas natural (NGL) son componentes del gas natural que se separan del gas en forma de líquidos. Esta separación se produce en una instalación ubicada en el mismo campo de extracción del gas o en una planta de procesamiento de gas, mediante absorción, condensación u otros métodos. Existen varios tipos de líquidos de gas natural y tienen muchas aplicaciones. 

Los líquidos de gas natural son valiosos como productos separados, siendo rentable eliminarlos del gas natural. Los líquidos se extraen primero del gas natural y después se separan en diferentes componentes. Los líquidos de gas natural son hidrocarburos. Un hidrocarburo es una molécula compuesta exclusivamente de carbono e hidrógeno. Como hidrocarburos, los NGL pertenecen a la misma familia de moléculas que el gas natural y el petróleo crudo. 

El problema es que, por lo general, los NGL son hidrocarburos de cadena corta, lo que no les hace buenos para producir gasóleo, que es una mezcla de hidrocarburos de cadena larga. De modo que la bajada de producción de petróleo crudo, que parece que va a seguir, ya que no se invierte en la prospección de nuevos yacimientos, es la verdadera causa de la disminución de la producción de gasóleo para motores diésel. 

Iremos cambiando nuestros coches diésel por coches de gasolina. Será mucho más difícil cambiar el gasóleo por el transporte de mercancías (barcos y camiones), lo que colapsará (ya empieza a hacerlo) este tipo de transporte. Y, sin un transporte eficiente de mercancías, el sistema de vida actual empezará, más pronto que tarde, a tambalearse.

Datos de JODI-Oil

sábado, 8 de enero de 2022

Resumen del año 2021 (1) - El cambio climático

Aparte de la Covid, el año 2021 ha sido protagonista de muchos hechos que, si nos proyectamos en el futuro, tienen probablemente más importancia que la pandemia. La pandemia, con todo su séquito de muertes y de desgracias, quedará, en unos años, como una anécdota. Otros hechos, en cambio, están dibujando un futuro, no nos atrevemos a decir más negro, pero sí muy distinto al que hemos vivido hasta ahora. Los podemos resumir en el cambio climático, los problemas de la cadena de suministros, el pico del diésel, la crisis energética y el problema de los materiales por la transición energética. 

Empezaremos por el cambio climático. La concentración de CO2 en la atmósfera ha seguido aumentando. La media del año 2021 ha sido de 416,5 ppm (partes por millón), con un crecimiento de 2,2 ppm respecto al año anterior. En 1959 la concentración era de 316 ppm, lo que quiere decir que, desde entonces, ha aumentado en 100 ppm, un aumento del 31%. El ritmo de aumento anual medio ha ido aumentando de 0,7 a 2,5 ppm.



 

Aún no han salido los datos correspondientes al pasado mes de diciembre, por lo que consideramos la temperatura global del año 2021 de enero a noviembre. El año 2021 no ha sido, globalmente hablando, un año tan cálido como en los años 2019 y 2020, pero con una anomalía de + 0,85ºC respecto al período de referencia (1901-2000), ha sido el quinto año más cálido de la serie histórica. En el gráfico puede verse el salto que ha habido desde 2015. Estos datos son de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) 

Desde 1970, la temperatura media global ha aumentado de 0,9 ºC, a una velocidad de +0,18 ºC por década. 




¿Cuál ha sido la consecuencia de ese aumento de las temperaturas? Cada vez ocurren más fenómenos climáticos extremos. Los más importantes del año 2021 han sido:

A nivel nacional, recordaremos la borrasca Filomena, que colapsó el centro de España durante una buena semana debido a las fuertes nevadas, seguidas de un frío muy intenso. Fue la borrasca de nieve más fuerte en la península desde 1971. Hubo 7 muertos. Tras Filomena siguió una ola de frío de dos semanas y que dejó récords de temperaturas mínimas, como en Teruel con -21ºC o en Toledo, con -13°C. Incluso en Molina de Aragón el mercurio llegó a descender hasta -25,2 °C.

En febrero, la gran nevada en Texas, una gigantesca tormenta de nieve que afectó al sur de EEUU y que dejó a más de 20 muertos y millones de personas sin electricidad. Texas registró las temperaturas más bajas desde hacía más de 30 años, llegando a los -18 ºC 

En julio, las inundaciones en el centro de Europa. Del 14 al 15 de julio de 2021, cayeron fuertes precipitaciones en el oeste de Alemania y los vecinos Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Según el servicio meteorológico alemán, algunas de las regiones afectadas no habían registrado precipitaciones de esa magnitud desde hace más de cien años. Hubo 230 muertes.



La ola de calor en el oeste de Norteamérica de 2021, que fue una ola de calor extremo y continuado en el oeste de Norteamérica que afectó gran parte del noroeste del Pacífico y el oeste de Canadá a finales de junio de 2021, estableciendo en Canadá el récord de calor, +49,6ºC. Se calcula que hubo 850 muertes debido al calor.

En China las inundaciones dejaron más de 300 muertes también en julio. En la ciudad de Henan se recogieron hasta 617 litros por metro cuadrado de lluvia en un solo día, que es lo que normalmente cae en un año y las fuertes lluvias y desbordamientos afectaron a más de un millón de personas.

A mediados de noviembre, unas lluvias intensas causan estragos en la provincia canadiense de Columbia Británica. Varias zonas de la provincia rompieron récords de precipitaciones. Las inundaciones y los deslizamientos de tierra dejaron a miles de personas sin electricidad y muchas comunidades tuvieron que ser evacuadas.

En otoño se registraron 'Medicanes' (de Mediterráneo y hurricane), que son ciclones con características tropicales en otoño, y que hasta ahora eran muy raros en el Mediterráneo. Por ejemplo, el ciclón Apollo a su paso por Sicilia en octubre, que dejó tormentas con fuertes vientos e inundaciones, puesto que en pocas horas se recogieron 150 litros por metro cuadrado. El ciclón, que dejó víctimas mortales a su paso, presentó un aspecto similar al de un ciclón tropical e incluso desarrolló un ojo.

Pocas semanas después en Baleares, la persistente borrasca Blas no alcanzó la categoría de Medicane, pero sí adquirió ciertas características tropicales en el sur de Mallorca. Blas dejó durante más de una semana el triple de las precipitaciones normales en el archipiélago en este mes.

Uno de los últimos fenómenos del año en España han sido las abundantes precipitaciones que dejaron inundaciones durante el río Ebro. Las recientes inundaciones en Navarra con la crecida del río Ebro estuvieron causadas por las fuertes nevadas de diciembre en la cabecera del río y sus afluentes y el rápido deshielo al subir las temperaturas posteriormente. Se trata de un episodio sin precedentes en los últimos 50 años.

En resumen, tanto la concentración de CO2 como las temperaturas globales han seguido aumentando. Se están cumpliendo con las previsiones que pronosticaban que, con el aumento de las temperaturas globales, los fenómenos climáticos serían cada vez más extremos. Desgraciadamente, el año 2021 no ha sido más que un primer paso hacia un clima cada vez más descontrolado.