lunes, 18 de febrero de 2013

El consumo de gas en España


El consumo de gas en España ha disminuido en los últimos años desde su máximo en 2008. Esto es debido, no a la crisis económica, sino a la disminución de la producción de electricidad en las centrales de gas. En 2012, las centrales de gas de ciclo combinado produjeron 38.464 GWh. Al haberse empleado 84.449 GWh de gas en esta generación, el rendimiento ha sido del 45,5 %.



Es interesante comprobar como ha evolucionado este rendimiento con la disminución de la producción:


Nota: para medir la cantidad de gas se puede usar el volumen, el peso o la energía. He aquí la equivalencia de algunas unidades:
1 metro cúbico normal (0ºC y 760 mm de presión) = 11,86 kWh = 0,71 kg

Datos consumo gas en España
Datos producción energía eléctrica en España

viernes, 15 de febrero de 2013

El espesor del hielo marino del Ártico


Se sabe que la superficie de hielo polar ártico ha estado disminuyendo, pero quedaba por saber qué había pasado con su espesor. Según el estudio CryoSat-2 estimates of Arctic sea ice thickness and volume, recientemente publicado, el volumen de hielo marino del Ártico ha disminuido en un 36 por ciento en el otoño y el 9 por ciento en el invierno entre 2003 y 2012.

Los investigadores del Centro de Observación y Modelización Polar en la UCL, autores del estudio, han utilizado nuevos datos del satélite CryoSat-2, de la Agencia Espacial Europea, que abarcan de 2010 a 2012, y los datos de satélite de la NASA ICESat, de 2003 a 2008 para calcular el volumen de hielo marino en el Ártico.

El equipo, encontró que entre 2003 y 2008, el promedio de los volúmenes de hielo de otoño fueron de 11.900 km3. Pero a partir de 2010 a 2012, el volumen promedio había bajado a 7.600 km3, una disminución de 4.300 km3.

Los volúmenes promedio de hielo en invierno desde 2003 hasta 2008 fueron de 16.300 km3, bajando a 14.800 km3 entre 2010 y 2012, una diferencia de 1.500 km3.

Combinando las mediciones por satélite y la modelización, los científicos han llegado a la conclusión que el volumen de hielo marino del ártico en verano es sólo un 20 % del que era en 1980.

(a) – media del espesor del hielo de octubre y noviembre de 2003 a 2007 (ICESat)
(b) – media del espesor de hielo de febrero y marzo de 2004 a 2008 (ICESat)
(c) y (d) – espesor del hielo de octubre y noviembre de 2010 y de febrero y marzo 2011, respectivamente (CryoSat)
(e) y (f) – espesor del hielo de octubre y noviembre de 2011 y de febrero y marzo 2012, respectivamente (CryoSat)
(g) y (h) - espesor del hielo de octubre y noviembre de 2011 y de febrero y marzo 2012, respectivamente (PIOMAS - Pan-Arctic Ice-Ocean Modelling and Assimilation System)


lunes, 11 de febrero de 2013

Las temperaturas del 2012 según CRU


CRU (Climate Research Unit) ha publicado sus datos del mes de diciembre de 2012, lo que permite analizar las anomalías anuales. Recordemos que CRU toma como referencia la media de los años 1961-1990.


La anomalía global del año 2012 ha sido de + 0,44ºC, lo que representa el noveno año más cálido de la serie. La del hemisferio norte ha sido de + 0,57 ºC, también el noveno más cálido de la serie, mientras que la del hemisferio sur ha sido de + 0,31ºC, el décimo más cálido.


La anomalía global de la zona terrestre del año 2012 ha sido de + 0,71ºC, siendo el noveno año más cálido de la serie. La anomalía del hemisferio norte ha sido de + 0,85ºC, el décimo año más cálido, mientras qua la del hemisferio sur ha sido de + 0,42ºC, el octavo año más cálido.


La anomalía de los océanos en 2012 ha sido de + 0,35ºC, el noveno año más cálido. La anomalía de los océanos del hemisferio norte ha sido de + 0,42ºC, el séptimo año más cálido, y del hemisferio sur ha sido de + 0,29 ºC, el noveno año más cálido.


Durante el período 1970-2000, la tendencia de las anomalías de temperatura fue de un aumento de 0,16ºC por década, mientras que la tendencia del período 2001-2012 ha sido de una disminución de 0,02ºC por década. Sin embargo, cuando encuadramos el período 2001-2012 entre las dos rectas resultantes de añadir ± 2σ a la recta de regresión del período 1970-2000, vemos que el período 2001-2012 sólo presenta 5 valores mensuales fuera de estas dos rectas, un 3,4 % de los valores totales de este período. Al ser este porcentaje inferior al 5 %, no podemos afirmar que el período 2001-2012 sea diferente del 1970-2000.



Datos CRU

miércoles, 6 de febrero de 2013

La influencia del calor residual de las aglomeraciones urbanas en el clima regional


En un estudio reciente que muestra el grado en que las actividades humanas están influyendo en la atmósfera, los autores han llegado a la conclusión que el calor generado en las áreas metropolitanas altera el carácter de la corriente en chorro y otros sistemas atmosféricos importantes. Esto afecta a las temperaturas a una distancia de miles de kilómetros, calentando significativamente algunas áreas y enfriando otras.

El estudio se titula Energy consumption and the unexplained winter warming over northern Asia and North America.

El "calor residual" extra generado por edificios, automóviles y otras fuentes en las principales zonas del hemisferio norte urbano, causa un calentamiento durante el invierno en grandes zonas del norte de América del Norte y del norte de Asia. Las temperaturas en algunas zonas remotas aumentan hasta en 1ºC.

Al mismo tiempo, los cambios en la circulación atmosférica causada por este calor residual enfrían ciertas áreas en Europa hasta 1ºC, mayormente durante el otoño.

Tendencias de las diferencias, en ºC por década, entre las temperaturas medidas por HadCRUTv3 y las simulaciones NCAR y CCSM4 para el conjunto del siglo XX

El efecto neto en la temperatura media global es casi insignificante: un aumento promedio mundial de sólo 0,01ºC. Esto es porque el total de la producción humana de calor residual representa sólo un 0,3 por ciento del calor transportado a través de las latitudes más altas por las circulaciones atmosférica y oceánica.

Sin embargo, el impacto en las temperaturas regionales podría explicar por qué algunas regiones están experimentando un mayor calentamiento en invierno de lo proyectado por los modelos informáticos del clima, por lo que estos modelos deberán ajustarse para tener en cuenta la influencia del calor residual.