jueves, 20 de enero de 2011

Identificación de la ruta de las inundaciones súbitas del lago Agassiz hasta el Océano Ártico que dieron origen al Young Dryas

Ya hemos hablado del Younger Dryas o Dryas Reciente, un enfriamiento brusco del hemisferio norte que se produjo hace unos 12.900 años. El origen de este súbito enfriamiento se discute todavía:

- por una parte, Broecker en 1989 lanzó la hipótesis de que un desbordamiento brusco del lago glaciar Agassiz fue el que originó el Younger Dryas, pero hasta el momento ha demostrado ser difícil aportar pruebas concretas, lo que llevó a Broecker en 2006 la conclusión de que ''nuestra incapacidad para determinar el camino seguido por la inundación es desconcertante''.

- por otra parte, científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara y de la Universidad de Oregón han descubierto diamantes microscópicos enterrados a pocos metros de la superficie de la isla de Santa Rosa, en la costa de Santa Bárbara. Tras ser analizados, los investigadores han concluido que pertenecen a un antiguo cometa que debió impactar en Norteamérica. Su datación corresponde con el inicio del Young Dryas.

Un artículo publicado en Science en el año 2010, titulado Identification of Younger Dryas outburst flood path from Lake Agassiz to the Arctic Ocean, aboga por la primera causa, y ha identificado la ruta del desbordamiento brusco del lago Agasiz. Resumimos este interesante artículo.

El derretimiento de la capa de hielo del macizo Laurentino descargó miles de kilómetros cúbicos de agua dulce cada año en los océanos circundantes, causando la supresión de la circulación meridional atlántica y desencadenando un cambio climático abrupto. Entender los mecanismos físicos que conducen a eventos como el intervalo frío Younger Dryas requiere la identificación de las rutas de acceso y el calendario de estas descargas de agua dulce. Los autores han podido identificar las rutas de estas inundaciones basándonse en evidencias encontradas en gravas y en una erosión de la superficie, en el sistema del río Mackenzie en la Llanura Costera del Ártico canadiense. Han realizado un modelo de la superficie ajustado isostáticamente en la región aguas arriba de Fort McMurray, y una ligera revisión del margen de hielo en este momento, les permite afirmar que el lago Agassiz se desbordó por la cuenca de drenaje del Mackenzie. A partir de la datación por luminiscencia ópticamente estimulada hemos podido determinar la edad aproximada de esta inundación del río Mackenzie hacia el Océano Ártico, que ocurrió hace unos 13.000 años, cerca del inicio del Younger Dryas.

Figura - Grandes lagos glaciales formados por la fusión del hielo del sistema Laurentino entre 12,65 y 12,75 miles de años antes de Cristo, cerca del inicio del Younger Dryas. Se indican tres salidas:

(1) al noroeste a lo largo del río Mackenzie, en el Océano Ártico,
(2) al este a lo largo del río San Lorenzo hacia el Océano Atlántico Norte, y
(3) al sur a lo largo del río Mississippi hacia el Golfo de México.
Azul fuerte = lagos; Blanco = hielo; Gris = tierra

La identificación de las inundaciones en la cuenca del Mackenzie aclara nuestra comprensión de la ruta del agua de deshielo y el cambio climático abrupto durante la última desglaciación de América del Norte. Estos resultados identifican la ruta de la inundación buscada por Broecker y que dio lugar al Younger Dryas. Las inundaciones catastróficas del lago Agassiz en el inicio del Younger Dryas ocurrieron preferentemente hacia el noroeste, porque esta salida se encuentra a una elevación menor que la oriental. Esto explica la falta de evidencias geomorfológicas del desbordamiento catastrófico hacia el este del lago durante el Younger Dryas, pero no se opone a algún drenaje hacia el este del lago Agassiz y otros lagos glaciales más al este. Por lo tanto, los autores rechazan la visión prevaleciente de que la ruta del agua glacial derretida del lago Agassiz en el inicio del Younger Dryas fue hacia el sur (Mississippi) o hacia la salida de la parte oriental (San Lorenzo). Los datos que han encontrado apoyan la hipótesis de que el disparador del Younger Dryas ocurrió a lo largo de la ruta ártica.
 
Después de eso, un avance de los glaciares, probablemente obligó a cambiar temporalmente la ruta de desbordamiento hacia el sur o, si la cuenca superior estaba libre de hielo, pasar hacia el este a través de los Grandes Lagos. Si este cambio se produjo durante el Younger Dryas y el desbordamiento fue hacia los Grandes Lagos se habría sostenido la supresión de la circulación meridional atlántica iniciada por la ruta del río Mackenzie al desbordarse súbitamente el lago Agassiz.

Con los datos aportados por este artículo, la teoría de un origen del Younger Dryas debido a un desbordamiento del lago Agassiz que interrumpió la corriente meridional del Atlántico adquiere una nueva actualidad.

jueves, 13 de enero de 2011

La temperatura global del año 2010, según la NOAA

La temperatura global del año 2010, según los datos de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), ha sido de 14,52 ºC, temperatura idéntica a la del año 2005, y ligeramente superior a la del 1998, en que fue de 14,50 ºC. Estas diferencias de temperatura no son significativas.



El gráfico que indica la tendencia del período 1975 – 2000, que es de + 0,17 ºC por década, muestra que el año 2010 se sitúa exactamente en la misma tendencia, de manera que se ppdría pensar que se ha terminado la tendencia de los últimos 8 o 10 años a la ralentización y hasta a la parada del aumento de las temperaturas medias anuales.


A este ritmo, a finales del siglo XXI la temperatura habría subido de 1,7 ºC respecto a la de la última década del siglo XX.

Sin embargo, examinando los datos de las anomalías mensuales de los últimos 10 años, también publicadas por la NOAA, se puede observar que el calentamiento global, a pesar de un año 2010 muy cálido, sigue estancado, como muestra la recta de regresión, cuya pendiente es de 0,0013 ºC/año, es decir, 0,13 ºC por siglo (!)


En próximas entradas iremos analizando los datos de la NOAA.

lunes, 10 de enero de 2011

La temperatura global del año 2010

La primera serie de datos de temperatura del año 2010 publicada es la de los datos medidos por satélite de la UAH (Universidad de Alabama en Huntsville). Según estos datos, la temperatura global del año 2010 terminó prácticamente empatada con la del año 1998, como el año más cálido en el registro de la temperatura por satélite desde hace 32 años. 2010 fue sólo 0,013 ºC más frío que 1998, una cantidad que no es estadísticamente significativa.

1998 y 2010, fueron años en los que un fenómeno El Niño en el Pacífico provocó un aumento de las temperaturas en todo el mundo. En los últimos meses, ha ido creciendo un fenómeno de enfriamiento en el Pacífico (La Niña), con lo que las temperaturas en los trópicos, tanto para noviembre como para diciembre, han sido más frías de lo normal.

Según estos datos, el mundo continúa calentándose de manera desigual, con un calentamiento cada vez mayor a medida que avanzamos hacia el norte: el Océano Ártico se ha calentado un promedio de 1,66 ºC en los últimos 32 años, mientras que el continente antártico se ha enfriado sobre 0,29 ºC durante el mismo tiempo.

Las tendencias de las diversas zonas de la Tierra son las siguientes:

sábado, 1 de enero de 2011

Las corrientes del Mediterráneo

La climatología hace del Mediterráneo una cuenca de concentración. En efecto, la gran evaporación que vientos e insolación producen, junto con el insuficiente aporte de agua de los ríos y lluvias, origina un déficit hídrico crónico que se compensa con la entrada de agua atlántica a través del estrecho de Gibraltar y de agua del Mar Negro a través del Bósforo. Esta generación de agua genera, a su vez, unas corrientes que circulan por el Mediterráneo en sentido antihorario.


El agua que entra del Atlántico forma una corriente superficial cuyo caudal oscila entre 63 y 146 km3/día, según la época del año. Una vez atravesado el estrecho, la corriente transcurre pegada a la costa africana por efecto de la fuerza de Coriolis, llegando hasta la parte más oriental de la cuenca, en el Líbano, donde gira al norte siguiendo la costa de Turquía.

En los Dardanelos, se encuentra con la corriente Este-Oeste formada por la aportación de aguas procedentes del Mar Negro. Esta circula por el Egeo y la costa de Grecia hasta el Adriático donde sube para descender por la costa de Italia subir de nuevo por el Mar Tirreno, golfo de Génova y bajar por la península Ibérica.

Las mareas es otro de los aspectos de la hidrología del Mediterráneo que lo hacen un mar algo peculiar. El reducido tamaño de la cuenca y la angosta comunicación con el Atlántico hacen que las mareas sean muy reducidas (unos 40 cm de media), ocurriendo a menudo que las variaciones de nivel debidas a cambios en la presión atmosférica (secas) o a la constancia de determinados vientos resultan de mayor importancia. La amplitud de mareas crece con la proximidad al estrecho.

La Comisión Europea puso en marcha en 1993 el proyecto MTP (Mediterranean Targeted Project), proyecto de investigación pluridisciplinar sobre las regiones orientales y occidentales de ese mar y que además se sitúa en el marco de los importantes esfuerzos de la Unión Europea para comprender mejor el Mediterráneo e identificar las actividades humanas susceptibles de perjudicar sus frágiles ecosistemas.

El proyecto MTP ha encontrado que la temperatura de las aguas profundas de la cuenca mediterránea occidental ha subido 0,13ºC en los últimos cuarenta años. Este calentamiento, aparentemente anodino, es importante porque se trata de un espacio de tiempo muy breve.

Las conclusiones más recientes del proyecto MTP sugieren que el aumento de la salinidad observado durante ese mismo período no es menos importante y que la causa es también el hombre. La construcción de gigantescos embalses (sobre todo los de Asuán en el Nilo y del Ebro en España) ha reducido la cantidad de agua dulce en el Mediterráneo durante los 50 últimos años, lo que explica el aumento general de la salinidad. Dado que el agua salada es más densa que la dulce, este cambio ha afectado a la circulación de corrientes importantes en la cuenca del Mediterráneo, así como entre el Mediterráneo y el Atlántico.

Una de las consecuencias más importantes se refiere a la corriente de agua salada que sale del Mediterráneo por el estrecho de Gibraltar y contribuye a la formación de la Corriente del Golfo, factor clave del clima europeo. Las consecuencias del aumento de la salinidad de esta corriente, directamente relacionadas con la de las aguas del Mediterráneo, son difíciles de predecir a largo plazo. Podrían empujar la Corriente del Golfo hacia el oeste, lo que causaría un grave enfriamiento de la Europa del Norte o, al revés, empujar a dicha Corriente hacia el este, lo que calentaría ese clima norteño. Frente a estas dos posibilidades, los científicos intensifican sus esfuerzos para llegar a previsiones más exactas.