domingo, 3 de abril de 2011

Tarifas eléctricas: hemos pagado 726 millones de más

Dentro de la inmensa maraña de los precios que pagamos por la electricidad, es interesante leer el artículo que publicó el diario económico Cinco Días el pasado día 23 de marzo. Para resumir, la tarifa que pagamos la mayoría de los consumidores (los que tenemos contratados menos de 10 kW de potencia), llamada Tarifa de Último Recurso (TUR), tiene dos componentes: el coste de la energía y la tarifa de acceso. Esta última es fijada por el gobierno y financia los costes del sistema (déficit de tarifa, primas a las renovables, primas al carbón nacional, primas a las centrales que tienen que estar paradas por si no hace viento, etc.).

El coste de la energía para la tarifa TUR se fija mediante subastas. A estas subastas, llamadas CESUR (Contratos de Energía para el Suministro de Último Recurso), van, como compradores, las cinco compañías habilitadas para comercializar esta tarifa (Endesa, Iberdrola, Gas Natural, HC Energía y Eon), y, como vendedores, deberían ir, en teoría, los productores de electricidad. Pues no, van entidades financieras como el Deutsche Bank, el Royal Bank of Scotland, Goldman Sachs o Morgan Stanley.

Estas entidades financieras especulan sobre el precio de la energía eléctrica, ya que la subasta CESUR es una subasta virtual, donde no hay venta física de electricidad. Una vez finalizada la subasta, estas entidades financieras actúan como tenedores de una prima de riesgo sobre el precio real al que las cinco compañías comercializadoras comprarán, día a día, la energía a los productores: si este precio es superior al de la subasta, pagan la diferencia a los comercializadores, pero si es inferior, se quedan con el margen. Como, desde que se ha implantado este sistema, el precio que han pagado las cinco comercializadoras a los productores ha resultado inferior al precio resultante de las subastas, el margen que se han llevado las entidades financieras ha sido positivo.

Naturalmente, la tarifa se calcula según el precio resultante de la subasta, y eso es lo que pagamos los consumidores. Naturalmente, también, los precios de cada subasta van aumentando cada vez, como puede verse en el gráfico.


Según dice el artículo al que hemos hecho referencia, desde la subasta del 22 de junio de 2009, la primera hecha con el nuevo sistema, estas entidades financieras se han embolsado 726 millones de euros. Que es lo que los consumidores hemos pagado de más.

Debemos felicitar al Profesor Franz de Copenhague (conocido también como Miguel Sebastián, Ministro de Industria) por su perspicacia a la hora de organizar la liberalización del mercado de energía eléctrica.

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