lunes, 24 de enero de 2022

Balance del año 2021 (3) - La crisis energética global

El año 2021, se ha caracterizado por una escasez de carbón a nivel mundial. Por una parte, ha habido dificultades para aumentar la producción de carbón para satisfacer las necesidades crecientes de energía y, por otra parte, debido a los sobrecostes que está originando el pico del diésel en la extracción del carbón y también, aunque en menor medida, de los sobrecostes medioambientales.

El consumo de carbón representa el 48% de la energía primaria total consumida, seguido del petróleo (26%), del gas natural (12%), de la energía hidroeléctrica (7%), de las renovables (5%) y de la energía nuclear (2%). De ahí la gran importancia, desde el punto de vista energético, de la escasez de carbón.

Los principales consumidores de carbón en el mundo son la China (54% del consumo total), la India (12%), los Estados Unidos (6%), Japón (3%), la Federación Rusa, Indonesia, África del Sur y Corea del Sur (2% cada uno)

No se ha hablado mucho de ello, pero tanto la China como la India están sufriendo desde hace meses apagones eléctricos repetidos (estamos hablando de dos países que engloban al 35% de la población mundial y que son el primer y el segundo consumidor mundial de carbón). La falta de electricidad está afectando a la producción industrial china, y le está llevando a acaparar otros combustibles, principalmente gas natural, para montar un plan de choque de transición energética.

Entre tanto, Sudáfrica sufre apagones rotatorios por incapacidad de generar suficiente electricidad, también por falta de carbón. Paquistán se ve obligada a usar productos petrolíferos para generar electricidad al tiempo que ha tenido que parar su sector industrial porque no consigue comprar suficiente gas en el mercado internacional.

Como resultado de esta escasez de carbón, la competencia para acceder al gas natural ha aumentado, dando como resultado un aumento muy importante del precio del mismo. El gas se ha convertido en el sustituto natural del carbón térmico. Tanto la China como la India han aumentado su demanda. En España, el precio ha pasado de los 15 a 20 €/MWh de los años anteriores a unos 80 €/MWh en los últimos meses.


Por otra parte, al suministro de gas natural a Europa no está asegurado. Los países centroeuropeos dependen del gas natural ruso para su suministro, pero por motivos políticos (la posible invasión de Ucrania por parte de los rusos impide la inauguración del gasoducto Nord Stream 2: una infraestructura estratégica que tiene 1.200 kilómetros de largo y podría transportar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año). Alemania contaba con él para asegurarse el suministro energético tras eliminar 16 centrales nucleares.

En cuanto a la segunda fuente energética global, el precio del barril de petróleo Brent se sitúa por encima de los 80 dólares, unos precios que no se veían desde hace varios años. La reciente estrategia de la OPEP buscando reducir la oferta para aguantar el precio, le comienza a dar beneficios y contribuye a que los países productores vuelvan a recuperar su poder frente a los consumidores. La previsión es una gran volatilidad de los precios del petróleo, ya que en los últimos 15 años no se ha invertido suficientemente en la prospección de nuevos yacimientos, debido a la amenaza de nuevas regulaciones para disminuir el consumo de combustibles fósiles.


Nos encontramos, pues, ante la tormenta perfecta que puede desencadenar una nueva crisis, cuyo alcance aún se desconoce, pero que, a día de hoy, ya se deja sentir en los bolsillos de los ciudadanos. Y es que no hay más que ver que la factura eléctrica no para de crecer. Hay que tener en cuenta que el ciclo combinado es el que marca el coste marginal eléctrico y, por tanto, es el responsable de mantener la estabilidad de los precios de la red.

El alza en el precio de las materias primas no solo es exclusiva de la energía, sino que también se ha visto en otros activos como el aluminio o el cobre, que consumen mucha energía para su producción. Todo apunta a que más pronto que tarde tendremos que apretarnos el cinturón ante todas nuestras decisiones de compra.

lunes, 10 de enero de 2022

Resumen del año 2021 (2) - La crisis del diésel

Hemos comprobado que durante el año 2021 los gobiernos han insistido en que los motores de gasoil (diésel) son más contaminantes que los de gasolina y que, por tanto, los coches con motor diésel debían ir suprimiéndose. Esto es una verdad a medias, y como todas las verdades a medias, pueden hacer más daño que una mentira. Lo cierto es que los motores diésel son más eficientes que los de gasolina, y por eso emiten menos CO2 que los de gasolina. En ese aspecto, pues, no nos dicen la verdad. El problema con los motores diésel es que emiten más compuestos de nitrógeno y azufre, así como partículas, que contaminan el aire. Sin embargo, con los filtros catalizadores actuales, este problema queda muy disminuido. La conclusión final es que los motores diésel, sobre todo los más modernos, con un mantenimiento correcto, no contaminan más que los de gasolina. 

Así pues, ¿por qué tanta insistencia en la supresión de los coches con motor diésel? Por una razón muy sencilla: porque no hay diésel para todos, y el transporte de mercancías (camiones y barcos) consume gasoil. Y el transporte de mercancías es prioritario. 

En el gráfico podemos ver la producción mundial de gasoil, y observaremos que esta producción tuvo un máximo en 2018, donde se alcanzó los 26 millones de barriles diarios, mientras que actualmente sólo se producen 23 millones. 



¿Cuál es la razón de esta baja tan importante de la producción de gasoil para motores diésel? La razón la podemos encontrar en que las compañías petrolíferas han dejado de invertir, desde hace más de diez años, en la búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo. Esto hace que no haya demasiados nuevos yacimientos de petróleo crudo, y los yacimientos existentes, por ley de vida, rinden menos que antes. El resultado es que la producción de petróleo crudo está disminuyendo desde 2016, donde fue de 75 millones de barriles diarios, llegando a la producción actual de 60 millones. 



Vemos en el gráfico que, desde el año 2009, a las estadísticas se añaden los NGL (Líquidos del Gas Natural, que son hidrocarburos líquidos o licuados recuperados de plantas de separación de gas e instalaciones de procesamiento de gas), y otros productos de petróleo primario (materias primas de refinería + aditivos/oxigenados + otros hidrocarburos). En 2021 se han producido 9 millones de barriles diarios de NGL y 1,5 millones de otros productos. A pesar de esto, el total de petróleo primario producido ha ido disminuyendo desde el año 2016 (85 millones de barriles diarios) hasta ahora (70 millones de barriles diarios). Una bajada muy significativa. 

Los líquidos de gas natural (NGL) son componentes del gas natural que se separan del gas en forma de líquidos. Esta separación se produce en una instalación ubicada en el mismo campo de extracción del gas o en una planta de procesamiento de gas, mediante absorción, condensación u otros métodos. Existen varios tipos de líquidos de gas natural y tienen muchas aplicaciones. 

Los líquidos de gas natural son valiosos como productos separados, siendo rentable eliminarlos del gas natural. Los líquidos se extraen primero del gas natural y después se separan en diferentes componentes. Los líquidos de gas natural son hidrocarburos. Un hidrocarburo es una molécula compuesta exclusivamente de carbono e hidrógeno. Como hidrocarburos, los NGL pertenecen a la misma familia de moléculas que el gas natural y el petróleo crudo. 

El problema es que, por lo general, los NGL son hidrocarburos de cadena corta, lo que no les hace buenos para producir gasóleo, que es una mezcla de hidrocarburos de cadena larga. De modo que la bajada de producción de petróleo crudo, que parece que va a seguir, ya que no se invierte en la prospección de nuevos yacimientos, es la verdadera causa de la disminución de la producción de gasóleo para motores diésel. 

Iremos cambiando nuestros coches diésel por coches de gasolina. Será mucho más difícil cambiar el gasóleo por el transporte de mercancías (barcos y camiones), lo que colapsará (ya empieza a hacerlo) este tipo de transporte. Y, sin un transporte eficiente de mercancías, el sistema de vida actual empezará, más pronto que tarde, a tambalearse.

Datos de JODI-Oil

sábado, 8 de enero de 2022

Resumen del año 2021 (1) - El cambio climático

Aparte de la Covid, el año 2021 ha sido protagonista de muchos hechos que, si nos proyectamos en el futuro, tienen probablemente más importancia que la pandemia. La pandemia, con todo su séquito de muertes y de desgracias, quedará, en unos años, como una anécdota. Otros hechos, en cambio, están dibujando un futuro, no nos atrevemos a decir más negro, pero sí muy distinto al que hemos vivido hasta ahora. Los podemos resumir en el cambio climático, los problemas de la cadena de suministros, el pico del diésel, la crisis energética y el problema de los materiales por la transición energética. 

Empezaremos por el cambio climático. La concentración de CO2 en la atmósfera ha seguido aumentando. La media del año 2021 ha sido de 416,5 ppm (partes por millón), con un crecimiento de 2,2 ppm respecto al año anterior. En 1959 la concentración era de 316 ppm, lo que quiere decir que, desde entonces, ha aumentado en 100 ppm, un aumento del 31%. El ritmo de aumento anual medio ha ido aumentando de 0,7 a 2,5 ppm.



 

Aún no han salido los datos correspondientes al pasado mes de diciembre, por lo que consideramos la temperatura global del año 2021 de enero a noviembre. El año 2021 no ha sido, globalmente hablando, un año tan cálido como en los años 2019 y 2020, pero con una anomalía de + 0,85ºC respecto al período de referencia (1901-2000), ha sido el quinto año más cálido de la serie histórica. En el gráfico puede verse el salto que ha habido desde 2015. Estos datos son de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) 

Desde 1970, la temperatura media global ha aumentado de 0,9 ºC, a una velocidad de +0,18 ºC por década. 




¿Cuál ha sido la consecuencia de ese aumento de las temperaturas? Cada vez ocurren más fenómenos climáticos extremos. Los más importantes del año 2021 han sido:

A nivel nacional, recordaremos la borrasca Filomena, que colapsó el centro de España durante una buena semana debido a las fuertes nevadas, seguidas de un frío muy intenso. Fue la borrasca de nieve más fuerte en la península desde 1971. Hubo 7 muertos. Tras Filomena siguió una ola de frío de dos semanas y que dejó récords de temperaturas mínimas, como en Teruel con -21ºC o en Toledo, con -13°C. Incluso en Molina de Aragón el mercurio llegó a descender hasta -25,2 °C.

En febrero, la gran nevada en Texas, una gigantesca tormenta de nieve que afectó al sur de EEUU y que dejó a más de 20 muertos y millones de personas sin electricidad. Texas registró las temperaturas más bajas desde hacía más de 30 años, llegando a los -18 ºC 

En julio, las inundaciones en el centro de Europa. Del 14 al 15 de julio de 2021, cayeron fuertes precipitaciones en el oeste de Alemania y los vecinos Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Según el servicio meteorológico alemán, algunas de las regiones afectadas no habían registrado precipitaciones de esa magnitud desde hace más de cien años. Hubo 230 muertes.



La ola de calor en el oeste de Norteamérica de 2021, que fue una ola de calor extremo y continuado en el oeste de Norteamérica que afectó gran parte del noroeste del Pacífico y el oeste de Canadá a finales de junio de 2021, estableciendo en Canadá el récord de calor, +49,6ºC. Se calcula que hubo 850 muertes debido al calor.

En China las inundaciones dejaron más de 300 muertes también en julio. En la ciudad de Henan se recogieron hasta 617 litros por metro cuadrado de lluvia en un solo día, que es lo que normalmente cae en un año y las fuertes lluvias y desbordamientos afectaron a más de un millón de personas.

A mediados de noviembre, unas lluvias intensas causan estragos en la provincia canadiense de Columbia Británica. Varias zonas de la provincia rompieron récords de precipitaciones. Las inundaciones y los deslizamientos de tierra dejaron a miles de personas sin electricidad y muchas comunidades tuvieron que ser evacuadas.

En otoño se registraron 'Medicanes' (de Mediterráneo y hurricane), que son ciclones con características tropicales en otoño, y que hasta ahora eran muy raros en el Mediterráneo. Por ejemplo, el ciclón Apollo a su paso por Sicilia en octubre, que dejó tormentas con fuertes vientos e inundaciones, puesto que en pocas horas se recogieron 150 litros por metro cuadrado. El ciclón, que dejó víctimas mortales a su paso, presentó un aspecto similar al de un ciclón tropical e incluso desarrolló un ojo.

Pocas semanas después en Baleares, la persistente borrasca Blas no alcanzó la categoría de Medicane, pero sí adquirió ciertas características tropicales en el sur de Mallorca. Blas dejó durante más de una semana el triple de las precipitaciones normales en el archipiélago en este mes.

Uno de los últimos fenómenos del año en España han sido las abundantes precipitaciones que dejaron inundaciones durante el río Ebro. Las recientes inundaciones en Navarra con la crecida del río Ebro estuvieron causadas por las fuertes nevadas de diciembre en la cabecera del río y sus afluentes y el rápido deshielo al subir las temperaturas posteriormente. Se trata de un episodio sin precedentes en los últimos 50 años.

En resumen, tanto la concentración de CO2 como las temperaturas globales han seguido aumentando. Se están cumpliendo con las previsiones que pronosticaban que, con el aumento de las temperaturas globales, los fenómenos climáticos serían cada vez más extremos. Desgraciadamente, el año 2021 no ha sido más que un primer paso hacia un clima cada vez más descontrolado.