La fuerza de la corriente del Golfo se vio significativamente influenciada
por la situación del hielo marino en el estrecho de Fram en los últimos 30.000
años, según el estudio recién publicado cuyo título es High-resolution record
of late glacial and deglacial sea ice changes in Fram Strait corroborates
ice–ocean interactions during abrupt climate shifts. Sobre la
base del estudio de biomarcadores en los depósitos del fondo marino, los
autores lograron reconstruir por primera vez cuándo y cómo la región marina entre
Groenlandia y Svalbard estaba cubierta de hielo en el pasado y de qué manera la
corriente del Golfo reaccionó cuando esta cubierta de hielo marino se rompió de
repente. Llegaron a la conclusión de que cuando grandes cantidades de hielo del
Ártico derivaron a través del estrecho de Fram hacia el Atlántico Norte, el
transporte de calor de la corriente del Golfo se redujo notablemente.
En el lado oriental de este estrecho entre Groenlandia y Svalbard el agua
cálida del Atlántico fluye hacia el norte hacia el Océano Ártico, mientras que
en el lado oeste las masas de agua fría y el hielo marino del Ártico se abren
paso para salir del Ártico hacia el Atlántico Norte. Una parte considerable de
las aguas del Atlántico se enfría aquí en su camino hacia el norte y se hunde
hacia capas más profundas. La circulación del agua causada de esta manera controla
las corrientes oceánicas como una bomba gigante y tiene influencia, entre otras
cosas, sobre la cantidad de calor que la Corriente del Golfo transporta hacia
Europa.
Si cambia el funcionamiento de esta bomba da lugar a cambios directos en el
clima, como sucedió, por ejemplo, al final del período glacial pasado y durante
la transición a nuestro interglacial actual. En los últimos 30.000 años, la
corriente del Golfo ha perdido una cantidad extraordinaria de su fuerza al
menos dos veces: una vez hace 17.600 años y otra vez hace unos 12.800 años, y
en ambas ocasiones el clima de Europa, en consecuencia, se ha enfriado
significativamente. Y ahora también sabemos por qué.
Un testigo de nueve metros de largo perforado en los sedimentos sirvió a los
geólogos como una ventana hacia el pasado. Fue perforado en una expedición al Estrecho
Fram, y tiene sus capas tan bien definidas que los científicos pueden leerlo
como un libro. Este testigo se perforó en el talud continental occidental de
Svalbard, una región con una tasa inusualmente alta de sedimentación. Eso
significa que hay un número muy grande de partículas sedimentadas, que
proporcionan mucha información sobre el clima. En este testigo los datos
climáticos de cinco a diez años están en una longitud de un centímetro,
mientras que fácilmente, en regiones de menor sedimentación, un centímetro de sedimento podría representar nada menos que
1.000. Y, por supuesto, 1000 años son un período demasiado largo para poder
identificar claramente las fluctuaciones climáticas a corto plazo.
Hay dos tipos de fósiles, también designados como biomarcadores, que han
servido como indicios de la existencia y la duración de una capa de hielo. Un
tipo es el producido por las diatomeas que viven en el hielo marino, el otro
por las algas que prefieren el mar abierto. Los marcadores nos proporcionan
ideas sorprendentes en la historia del clima del estrecho de Fram. Por ejemplo,
ahora sabemos que no se formó una capa de hielo gruesa hasta después del máximo
del último período glacial, pero cuando se hubo formado se mantuvo durante unos
1.000 años, lo que influyó a largo plazo en las corrientes oceánicas del
Atlántico Norte.
La razón de esto es que esta capa de hielo marino retrasó la desintegración
de las grandes capas de hielo que cubrían gran parte de Europa y América del Norte
en ese momento. El hielo marino estabilizó los frentes glaciares de estas capas
de hielo como la pared de una presa, impidiendo que los icebergs se
desprendieran, con lo que la exportación de agua dulce del Ártico hacia el
Atlántico Norte, que de otro modo habría sido enorme, se retrasó durante un
cierto tiempo.
Cuando la capa de hielo se rompió hace 17.600 años se vertieron enormes
masas de hielo en el Atlántico Norte en un tiempo extremadamente corto, que al
fundirse liberaron grandes cantidades de agua dulce, alterando la estructura de
la densidad del agua y conduciendo a un debilitamiento significativo de la
circulación de retorno del Atlántico, o por decirlo de otra manera, a un
debilitamiento de la Corriente del Golfo.
Según el estudio, se produjo una reacción en cadena semejante otro momento
durante el Dryas Reciente hace unos 12.800 años, cuando enormes cantidades de
hielo marino del Ártico avanzaron de nuevo hacia el Atlántico Norte disminuyendo
el transporte de calor a través de la corriente del Golfo.
Estos mapas ofrecen una visión general de la reconstitución de los cambios en
las condiciones del hielo marino en el estrecho de Fram y sus consecuencias
para la distribución de la corriente de Retorno
del Atlántico Meridional.
- Hace 19,000 años se había formado una cobertura permanente de hielo marino,
lo que impidió cualquier exportación importante de hielo marino del Océano
Ártico (izquierda).
- 1,400 años más tarde esta cobertura de hielo se rompió durante un Evento
Heinrich 1 (centro), lo que empezó una deriva masiva de hielo marino y de
icebergs hacia el Atlántico Norte.
- Otro aumento de la formación de hielo marino y su descarga hacia el Atlántico
también pudo reconstruirse para el periodo del Younger Dryas, hace 12,800 años.
Las superficies verdes representan la extensión de las capas de hielo
continentales; los puntos representan los sitios de perforación de sedimentos.
El núcleo de sedimentos utilizado en este estudio fue perforado en la zona
marcada en amarillo.
Los resultados del estudio muestran lo importante que es el hielo marino del
Ártico para la circulación oceánica mundial y que los cambios repentinos en la
cubierta de hielo marino del océano Ártico están conectados directamente con
las fluctuaciones climáticas bruscas. Los resultados de este estudio permitirán
mejorar los modelos y, por consiguiente, hacer mejores previsiones sobre el
futuro de la corriente del Golfo.