El primer artículo se titula Extensive retreat and re-advance of the West
Antarctic Ice Sheet during the Holocene. Se pensaba que las capas de hielo
cerca de los polos terrestres se habían ido reduciendo continuamente durante
los últimos 20,000 años. Desde el pico del último período glacial hace unos
20,000 años, el planeta se ha estado calentando, los mares subiendo, y las
capas de hielo generalmente se reducen. En este artículo se afirma que la Capa
de Hielo de la Antártida Occidental se encogió más de lo que nadie sospechaba.
Hace unos 10.000 años, su límite se situaba 200 kilómetros más hacia el
interior que su ubicación actual, pero luego se recuperó.
Nuevos datos indican que el
retroceso de las masas de hielo de la Antártida Occidental después de la última
Edad de Hielo en algunas partes del continente se revirtió sorprendentemente
hace unos 10.000 años. La extensión máxima de la capa de hielo se muestra en
verde, la extensión mínima en rojo y la línea de tierra moderna después de la
recuperación en naranja.
A medida que el clima se calentaba después del último máximo glacial, el nivel del mar subía. El ascenso del nivel del mar iba levantando la plataforma de hielo, como un barco varado en una playa cuando llega la marea. El levantamiento causó que la línea de tierra (que es donde el borde de la capa de hielo deja de tocar el fondo marino y se convierte en una plataforma de hielo flotante) retrocediera, hasta situarse unos 200 kilómetros más al interior de su ubicación actual.
¿Cuál fue la causa de que
este retroceso no solo no siguiera, sino que se revirtiera? La hipótesis del
artículo citado es que, durante miles de años, a medida que la capa de hielo se
encogía, la corteza en esta área subió unos cientos de metros y la plataforma
de hielo flotante volvió a tocar el fondo marino, con lo que la línea de tierra
se recuperó. Durante miles de años, a medida que la capa de hielo se encogía,
la corteza en esta área rebotó por cientos de metros y la línea de tierra se
retiró. Es decir, fue el propio fenómeno de pérdida de hielo el que
impulsó esta recuperación.
Sin embargo, este mecanismo
probablemente no funcionará lo suficientemente rápido como para evitar que las
capas de hielo actuales disminuyan debido al calentamiento global actual.
Las observaciones de los
satélites muestran que el deshielo no ha sido uniforme en las distintas
regiones de la Antártida. La región más afectada es la Antártida Occidental
–también llamada Antártida Menor–, donde la pérdida de hielo se ha triplicado
desde los años noventa.
Aunque sólo contiene una
décima parte del hielo de la Antártida, es la región que más contribuye al
deshielo del continente. La tendencia se debe en gran parte al retroceso de los
glaciares de Pine Island y Thwaites, que se adentran en el océano y que se
están fundiendo por el aumento de la temperatura del agua.
También la estrecha península
Antártica, que se extiende hacia el norte en dirección a Tierra del Fuego, ha
registrado una pérdida de hielo acelerada en la última década. Si a mediados de
los años 90 perdía una media de unos 18 millones de toneladas de hielo al día,
en la actualidad pierde cinco veces más: 90 millones de toneladas diarias.
Por el contrario, la
Antártida Oriental, que concentra aproximadamente el 90% del hielo del
continente, no ha experimentado grandes cambios en los últimos 25 años. Allí
las variaciones se deben sobre todo a oscilaciones en los niveles de
precipitación de un año a otro, más que a una fusión acelerada del hielo como
en la Antártida Menor. Aunque en los últimos cinco años ha perdido una media de
75 millones de toneladas diarias de hielo, no es una cantidad muy grande cuando
se reparte sobre toda la superficie de la capa de hielo.
Los investigadores concluyen
que, si se adoptan medidas efectivas para contener el cambio climático y la
temperatura media global no aumenta más de 0,9 grados, el deshielo de la
Antártida sólo hará subir el nivel medio de los mares unos 6 centímetros hasta
el 2070. Pero si no se adoptan estas medidas y se deja que la temperatura
global aumente 2,9 grados, el nivel medio de los mares subirá 27 centímetros
hasta el 2070 por la contribución de la Antártida –a los que habría que añadir
los centímetros ganados por el aumento del volumen del agua debido a su
calentamiento.
En este segundo escenario,
que se producirá cuando los niños que nacen en la actualidad tengan poco más de
50 años, zonas densamente pobladas o de alto valor ecológico como los deltas del
Mekong, el Mississipi o el Ebro, quedarían sumergidas, lo que provocaría
migraciones de millones de personas que perderán sus hogares.