Sólo recientemente los investigadores han encontrado pruebas concluyentes de un origen volcánico de la disminución de la luz solar del año 536, basándose en trazas de azufre volcánico en núcleos de hielo de Groenlandia y el Antártida, procedentes de dos grandes erupciones recientemente datadas en 536 y 540.
El impacto del doble acontecimiento volcánico de los años 536 y 540 sobre el clima del hemisferio norte fue más fuerte que cualquier otro acontecimiento documentado de los últimos 1200 años. Sólo una de las dos erupciones habría dado lugar a un significativo enfriamiento de la superficie de la Tierra. Pero dos erupciones, tan cercanas en el tiempo, causaron la que fue probablemente la década más fría de los últimos 2000 años.
Utilizando los datos disponibles de los núcleos de hielo y las descripciones de la claridad solar hechos por los estudiosos de aquella época, los científicos han podido simular el impacto de las erupciones de los años 536 y 540. Con estos datos se estimó la magnitud de las erupciones y su ubicación aproximada a la Tierra y, a continuación, simularon la propagación y los efectos de las nubes de aerosoles resultantes de la inyección volcánica de azufre a la estratosfera. Esto reveló que después de las erupciones, la radiación solar a la superficie de la Tierra se redujo fuertemente sobre el hemisferio norte durante varios años, y causó una disminución en la temperatura mediana hemisférica de hasta 2º C.
A – variación de las temperaturas al hemisferio norte
B
y C – variación geográfica de las temperaturas en verano (B) y en invierno (C)
La relación entre la "nube misteriosa" del 536 y la transición de la Antigüedad a la Edad Media es un tema de gran interés histórico. Las erupciones volcánicas en el pasado más reciente han impactado las sociedades humanas. Por ejemplo, en 1815 el volcán Tambora de Indonesia lanzó tanta ceniza y azufre a la atmósfera que en 1816 es conocido como "el año sin verano" en Europa y Norteamérica, donde las temperaturas inusualmente bajas condujeron a la pérdida de cosechas y a un hambre generalizada, tal como en Cataluña lo explica el Barón de Maldà.
Los científicos utilizaron sus simulaciones de modelos climáticos para estimar directamente el impacto de las erupciones sobre la agricultura en Europa, e identificaron el norte de Europa y, en particular, los países escandinavos como los lugares que probablemente sufrieron más bajo las condiciones de frío después de las erupciones. Este resultado apoya a la teoría de una conexión entre las erupciones y la evidencia arqueológica de una crisis social a gran escala en los países escandinavos al siglo VI.
Cuales fueron exactamente los volcanes responsables de estos aerosoles nubes sigue siendo un enigma. Se están discutiendo varios candidatos, incluyendo volcanes en América Central, Indonesia y Norteamérica. Futuros estudios serán necesarios para mostrar la fuente exacta de las nubes de aerosol de los años 536/540.
Climatic and societal impacts of a volcanic double event at the dawn of the Middle Ages