El aumento de las
concentraciones atmosféricas de CO2 causa un desequilibrio en el
balance de calor de la Tierra: se retiene más calor del que se expulsa, lo que
a su vez genera un calentamiento global de la superficie. La sensibilidad
climática es un término utilizado para describir la cantidad de calentamiento
que se espera que resulte después de un aumento en la concentración de CO2.
Este número se calcula tradicionalmente utilizando modelos informáticos
complejos del sistema climático, pero a pesar de décadas de trabajo, el número
sigue siendo objeto de incertidumbre.
Los valores de la
sensibilidad climática a un aumento del 100 % del CO2 atmosférico varían entre
1 y 6 ᵒC.
Un nuevo estudio, “Non-linear
climate sensitivity and its implications for future greenhouse warming”, adopta
un enfoque diferente en el cálculo de la sensibilidad climática, utilizando
datos de la historia de la Tierra. Los investigadores examinan varias
reconstrucciones de temperaturas pasadas y niveles de CO2 para
determinar cómo el sistema climático ha respondido a cambios previos en su
balance energético.
El primer paso fue
reconstruir la historia de las temperaturas medias globales durante los últimos
784.000 años, que cubren los últimos ocho ciclos glaciales.
El segundo paso consistió en
calcular el balance energético de la Tierra para este período de tiempo,
utilizando estimaciones de las concentraciones de gases de efecto invernadero
extraídas de burbujas de aire en núcleos de hielo e incorporando factores
astronómicos conocidos como Ciclos Milankovitch que afectan el balance de calor
planetario.
Los resultados que han
encontrado implican que la sensibilidad de la Tierra a las variaciones del CO2
atmosférico aumenta a medida que el clima se calienta.
En la actualidad, nuestro
planeta está en una fase cálida -un período interglacial- y la creciente
sensibilidad climática asociada debe tenerse en cuenta para proyecciones
futuras de calentamiento inducidas por las actividades humanas.
Utilizando estas estimaciones
basadas en la sensibilidad paleoclimática de la Tierra, los autores han
calculado el calentamiento durante los próximos 85 años, en un escenario de
emisión de gases de efecto invernadero RCP8.5, representativo de unas emisiones
crecientes de gases de efecto invernadero, con una concentración de CO2
a finales de siglo de 900 ppm, y han encontrado que, para el año 2100, las
temperaturas globales aumentarán 5.9 °C por encima de los valores
preindustriales. Esta magnitud del calentamiento se encuentra en el rango
superior de estimaciones presentado por el Panel Intergubernamental sobre el
Cambio Climático (IPCC).
Se trata de la temperatura
más alta alcanzada en el planeta en los últimos 784.000 años.