Una gran y antigua reserva de carbono, contenida en una forma poco estudiada del permafrost, llamada redoma, está siendo liberada por el deshielo a lo largo de la costa de Siberia septentrional, en una longitud aproximada de 7.000 kilómetros, según un artículo publicado esta semana en Science (Activation of old carbon by erosion of coastal and subsea permafrost in Arctic Siberia)
El equipo encontró que este antiguo carbono, formado hace decenas de miles de años, se convierte rápidamente en CO2 y que libera diez veces más carbono hacia el Océano Ártico de lo que se había estimado anteriormente. Este colapso térmico del permafrost rico en carbono se podría acelerar debido al calentamiento del clima ártico.
Colapso térmico y erosión de las antiguas masas de permafrost a lo largo de la costa ártica. La altura es de 20 a 30 metros
La liberación a la atmósfera de dióxido de carbono procedente de la descongelación del permafrost en el Ártico se identifica como un mecanismo de retroalimentación positiva del calentamiento climático. Alrededor de la mitad de las reservas de carbono en los suelos a nivel mundial se mantiene congelada en el permafrost superficial del Ártico (el doble que el CO2 contenido en la atmósfera), y la región está experimentando un aumento de temperaturas que es el doble del promedio mundial.
a – acantilados ricos en carbono en la costa de la isla Muostakh, en el mar de Laptev
b – Nubes con una turbidez inducida por la erosión envuelven varios miles de kilómetros de costa en el mar del este de Siberia. Las formas de la orilla son redondeadas.
Este carbono costero es probablemente más vulnerable a la liberación de carbono que otros tipos de permafrost, ya que no es solamente objeto de un colapso térmico desde arriba, debido al aumento de temperatura, sino que también se erosiona debido a las olas y al viento, cuya acción se ve reforzada por el aumento del nivel del mar y por períodos libres de hielo cada vez más largos.
Este tipo de carbono ha sido poco estudiado debido a la inaccesibilidad de la región.
La caracterización química detallada de las laderas erosionadas por el deshielo de una isla que está desapareciendo en el sudeste del mar de Laptev, sugiere una rápida conversión de los suelos antiguos en dióxido de carbono, incluso antes de ser arrastrados hacia el mar. La composición de la huella de carbono encontrada corresponde a un carbono antiguo (de 7.000 a 10.000 años). Al haberse encontrado este carbono en los sedimentos del fondo marino, revela que la erosión costera es la principal fuente de carbono, dejando muy atrás el carbono proveniente de fuentes marinas y de restos de vegetación y de productos de la erosión del suelo que, acarreados por los ríos, llegan al mar.
Aunque el presente ritmo de liberación de carbono de la costa noroeste de Siberia no afecta sustancialmente los niveles globales de CO2 atmosférico, este estudio demuestra que este proceso está en marcha.
Los autores estiman esta liberación de carbono antiguo en 44 ± 10 teragramos, de los que unos dos tercios (66 ± 10 por ciento) escapan a la atmósfera en forma de CO2, mientras que el resto se vuelve a enterrar como sedimento costero.
La erosión de esta zona de costa rica en carbono puede acelerarse con la amplificación que el aumento global de temperaturas sufre en el Ártico.