sábado, 23 de junio de 2012

La capacidad del Ártico para alterar el clima de la Tierra


Las regiones árticas han sido un sumidero de carbono desde el final de la última Edad de Hielo, que con el tiempo ha sido responsable de entre cero y 25 por ciento del total del carbono que no ha quedado en la atmósfera, equivalente a 800 millones de toneladas anuales. En promedio, el Ártico representa entre el 10 y el 15 por ciento de sumidero de carbono de la Tierra. Sin embargo, el rápido ritmo del cambio climático en el Ártico, aproximadamente el doble que la de las latitudes más bajas, podría eliminar esta capacidad como sumidero de carbono y, quizás, convertir el Ártico en una fuente de dióxido de carbono. Esto dice un artículo publicado en octubre de 2009 por la revista Ecological Monographs, titulado Sensitivity of the carbon cycle in the Arctic to climate change.

El carbono pasa de la atmósfera a los océanos y las masas de tierra del Ártico, y en gran parte se acumula en el permafrost, la capa helada del suelo debajo de la superficie de la tierra. A diferencia de los suelos activos, el permafrost no descompone su carbono, por lo que el carbono queda atrapado en el suelo congelado. Las condiciones frías en la superficie también frenan el ritmo de descomposición de materia orgánica, lo que permite que la acumulación de carbono del Ártico sea superior al carbono que libera.

El ciclo de carbono actual en las regiones árticas

Sin embargo, la tendencia reciente de calentamiento podría cambiar este equilibrio. Las temperaturas más cálidas pueden acelerar la velocidad de descomposición en la superficie, liberando más carbono a la atmósfera. Lo más preocupante es que el permafrost ha comenzado a descongelarse, exponiendo el suelo previamente congelado a la descomposición y la erosión. Estos cambios podrían cambiar el papel histórico del Ártico como sumidero para el carbono.

A corto plazo, el aumento de las temperaturas podría dar lugar a la descomposición de más carbono del Ártico y, con la fusión del permafrost, habrá más carbono disponible para ser descompuesto.

A una escala de unas pocas décadas, el deshielo del permafrost también podría dar lugar a una superficie empapada de agua, una situación que podría alentar la actividad de producción de metano por microorganismos. En la actualidad, el Ártico es una fuente importante de liberación de metano a la atmósfera: se liberan hasta 50 millones de toneladas métricas de metano por año. Sin embargo, el metano es un gas de efecto invernadero muy potente, cerca de 23 veces más eficaz en atrapar el calor que el dióxido de carbono en una escala temporal de 100 años. Si la liberación de metano del Ártico se acelera, el calentamiento global podría aumentar a un ritmo mucho más rápido.
La figura muestra la estimación de la evolución de la extensión del permafrost en las regiones árticas

Sin embargo, la realidad es que no se conoce bien la dinámica del metano, cuya liberación a la atmósfera es menos regular y está menos estudiada que la del dióxido de carbono.

Todavía son muchas las incertidumbres acerca de la respuesta del sistema del Ártico al cambio climático. Por ejemplo, el calentamiento global puede producir períodos vegetativos más prolongados que promuevan la fotosíntesis de las plantas, lo que eliminaría dióxido de carbono de la atmósfera, sin embargo, unas condiciones cada vez más secas podrían contrarrestar y superar este efecto. Del mismo modo, estas condiciones más secas pueden dar lugar a un aumento de incendios, con la liberación de aún más carbono.

En resumen, si la respuesta del ciclo de carbono de las regiones árticas diera lugar a liberaciones netas significativas de gases de efecto invernadero, todos nuestros esfuerzos para mantener el control del ciclo de carbono global serían baldíos.

2 comentarios:

  1. En resumen, que ni idea.

    Un apunte. No sé de memoria la distrubición anual del calentamiento en la tierras del Ártico, que básicamente están por debajo del paralelo 80. Pero posiblemente este es un buen indicativo:

    http://ocean.dmi.dk/arctic/meant80n.uk.php

    Se puede comprobar que "calentamiento", sin más, no quiere decir gran cosa. Se trata de que en invierno hay 5 o 7 grados más de temperatura media (por ejemplo -23ºC en vez de -30ºC), y que en verano son iguales con calentamiento global que sin. Dudo mucho que un cambio de -30ºC a uno de -23ºC afecte gran cosa al permafrost. Claro que si no se trata de lo que se ha observado, sino de lo que "se estima" que puede pasar, cualquier cosa.

    También conviene recordar que, de momento, el permafrost ahora mismo ocupa zonas en Groenlandia que estaban libres cuando los vikingos.

    En fin, contexto; por así decir.

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  2. Como siempre, gracias por el comentario. En efecto, ni idea de como evolucionará el Ártico pero, en cambio, sí es bueno conocer las diversas oipiniones sobre el tema. En el artículo citado, además, es interesante el ciclo cuantificado del carbono en las zonas árticas.

    No hay duda que sobre la evolución del clima debido a los gases de efecto invernadero hay más dudas que certidumbres. Es lo que trato de expresar en este blog.

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