miércoles, 26 de diciembre de 2012
La Antártida Occidental se calienta más de lo que se creía
El Oeste de la Antártida se ha calentado, durante el último medio siglo, más de lo que los científicos habían pensado, un hallazgo inquietante, dado que la enorme capa de hielo puede ser vulnerable a un colapso a largo plazo, con efectos potencialmente drásticos en los niveles del mar.
Un artículo publicado el pasado domingo en Nature Geoscience, Central West Antarctica among the most rapidly warming regions on Earth, afirma que la temperatura en una estación de investigación en el centro del oeste de la Antártida ha aumentado 2,4 grados centígrados desde 1958. Eso es más o menos el doble de lo que pensaban los científicos y tres veces la tasa global del calentamiento global, por lo que el centro de la Antártida Occidental es una de las regiones de la Tierra cuyo calentamiento es más rápido.
Por supuesto, el calentamiento en la Antártida es un concepto relativo. La Antártida Occidental sigue siendo un lugar muy frío, con temperaturas medias anuales en el centro que son de cerca de 50 grados centígrados bajo cero. Sin embargo, la temperatura allí se eleva algunas veces por encima del punto de congelación en el verano, y la nueva investigación plantea la posibilidad de que esto podría comenzar a ocurrir con más frecuencia, lo que podría debilitar la capa de hielo. Capa de hielo que ya está sometida a ataques en sus bordes por el agua del océano, cada vez más cálida.
Un colapso potencial de la capa de hielo de la Antártida Occidental es uno de los riesgos a largo plazo que han llevado a los expertos a preocuparse por el calentamiento global. La base de la capa de hielo se encuentra bajo el nivel del mar, en una configuración que hace que sea especialmente vulnerable. Los científicos dicen que una ruptura de la capa de hielo, durante un período que presumiblemente iba a durar al menos varios cientos de años, podría elevar unos 3 metros el nivel del mar, posiblemente más.
Esta nueva investigación es un intento de resolver una controversia científica que surgió hace varios años sobre lo rápido que se calienta la Antártida Occidental. Con pocas estaciones meteorológicas automáticas y aún menos observadores humanos en la región, los científicos han tenido que utilizar técnicas estadísticas para inferir tendencias a largo plazo del clima a partir de datos dispersos. Un área cercana llamada la Península Antártica, que se adentra hacia el norte desde la Antártida Occidental, cuyos registros son bastante buenos y están disponibles, ya es conocida por tener un calentamiento rápido.
Un documento de 2009 (Warming of the Antarctic ice-sheet surface since the 1957 International Geophysical Year) ya encontró un calentamiento importante en buena parte de la Antártida Occidental, pero los resultados fueron cuestionados por un grupo de científicos (Improved methods for PCA-based reconstructions: case study using the Steig et al. (2009) Antarctic temperature reconstruction)
En un puesto solitario llamado Byrd Station, en el centro oeste de la Antártida, las personas y equipos automatizados han mantenido un registro de la temperatura y otras variables climáticas desde finales de los años 50. Debido a su ubicación cerca de 700 kilómetros del Polo Sur y cerca del centro del área correspondiente a la Antártida Occidental, las condiciones de Byrd Station son un indicador importante del cambio climático en la región.
En el pasado, los investigadores no han sido capaces de hacer mucho uso de las mediciones de la estación Byrd debido a las observaciones de temperatura incompletos. Desde su creación en 1957, la estación no se ha ocupado de manera continua. Una estación automatizada para que funcionara todo el año se instaló en 1980, pero ha sufrido frecuentes cortes de energía, especialmente durante la larga noche polar, cuando sus paneles solares no se pueden recargar.
Sin embargo es, con mucho, el registro más largo en el tiempo de esa región, pero al tener lagunas intermitentes y otros problemas, muchos investigadores desconfiaron de él. El grupo de científicos autor del artículo que estamos comentando decidió tratar de salvar el registro Byrd. Para ello se recuperó uno de los sensores y se ajustó de nuevo que en la Universidad de Wisconsin. Se descubrió un error de software que había introducido errores en el registro, que se corrigieron, y luego se usó un potente modelo de la atmósfera para llenar los huecos. El resultado se ve en la figura siguiente, en que los puntos rojos son los correspondientes a períodos para los que faltan más de 1/3 de los datos.
La conclusión es que el documento de 2009, lejos de calentamiento, lejos de sobreestimar el aumento de temperatura de la Antártida Occidental, es probable que lo haya subestimado, sobre todo en verano. Eric J. Steig, de la Universidad de Washington, el investigador que dirigió el trabajo de 2009, dijo en una entrevista que él consideraba que los resultados del estudio recientemente publicado son mejores que los que él había publicado, y que sus conclusiones deben ser adoptadas como la mejor estimación hasta el día de hoy.
Gran parte del calentamiento descubierto en el nuevo estudio sucedió en la década de 1980, prácticamente al mismo tiempo que el planeta se calentaba con más fuerza. Más recientemente, el clima en la Antártida occidental parece haberse convertido en algo errático. En el verano de 2005, el interior de la Antártida Occidental se calentó lo suficiente para que el deshielo superficial durara varios días.
Sería preocupante que este deshielo pudiera llegar a convertirse en una rutina, lo que aceleraría la fusión de la capa de hielo de la Antártida Occidental, aunque este calentamiento no es lo suficientemente rápido como para que eso suceda de inmediato. Estamos hablando de decenas de años antes de que esto pueda suceder.
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Parece difícil encontrar un ejemplo mejor de ciencia basura. Unos datos incompletos, con una nueva corrección, "rellenados" de una forma que no se puede replicar, y de una sola estación dentro de un continente. Y que probablemente están marcando enfriamiento, o nada, en los últimos 20 años. Pero sacamos conclusiones espectaculares de eso, y nos lo publican por todas partes.
ResponderEliminar¡Por favor!
Por cierto: En el verano de 2005, el interior de la Antártida Occidental se calentó lo suficiente para que el deshielo superficial durara varios días. ¿De dónde sale eso? Este estudio marca en Byrd una temperatura media de -13ºC para el verano de 2005. Y en verano allí no hay noche. ¿De qué deshielo hablamos? ¿A donde llegó esa agua? ¿Unos charquitos que se volvieron a helar en seguida, o qué?
Esta es la forma de que al final la ciencia se deje de tomar en serio.
Podríamos hacer la misma operación en la Penísula Ibérica. Una sola estación, en posición central y representativa. Y para mejorarlo, una estación poco urbanizada por comparación (al contrario que Byrd), y con los datos completos, sin necesidad de "relleno".
ResponderEliminarNavacerrada
http://data.giss.nasa.gov/cgi-bin/gistemp/gistemp_station.py?id=643082150000&data_set=14&num_neighbors=1
¿Conclusión? En la península no se nota el calentamiento global.
Datos de una única estación que funcionó mal (mientras funcionó), datos faltantes "llenados a dedo" y elección cuidadosa del punto de inicio (toma 1858; si hubiera tomado 1957, que es el año de inicio de la estación, o 1959, el resultado habría sido muy distinto.
ResponderEliminarAh, y desde 1980, el pico máximo de temperatura, ha habido un enfriamiento.