Como cada año, la petrolera British Petroleum (BP) publica su Statistical Review of World Energy, con datos de consumo, precio y evolución de las reservas desde 1965.
Los hechos más notables del año 2011, por lo que respecta a la energía, fueron:
1 - La “Primavera Árabe” tuvo como consecuencia una importante interrupción del suministro de petróleo del norte de África, especialmente del petróleo libio.
2 - El terremoto y posterior tsunami en el Japón dejó fuera de combate a la mayoría de las centrales nucleares japonesas (tendencia que no solo no se ha revertido, sino que ha acabado con todas las centrales nucleares japonesas paradas actualmente). Como consecuencia del accidente nuclear y de los efectos del terremoto y el tsunami, las importaciones de petróleo y gas natural en Japón se han disparado.
Por otra parte, años de altos precios del petróleo están dando sus frutos con nuevo suministro de petróleo no convencional, especialmente en los Estados Unidos. Aunque las reservas probadas de petróleo han aumentado un 1,9% globalmente, el informe admite que "los largos tiempos de espera y diversas limitaciones en el acceso a ciertas regiones continúan creando desafíos para que el suministro pueda satisfacer la demanda a precios razonables".
El gas natural no convencional, aunque todo apunta a que se trata de otra burbuja a punto de estallar, también ha sido protagonista en el último año, con las expectativas de la hidrofracturación como método para aprovechar las reservas de gas de esquisto.
Aun así, el mundo en su conjunto consumió un 2,5% más energía en 2011 que en 2010, pero la evolución del consumo ha sido dispar según la región. Mientras que en Norteamérica (Canadá, EE.UU. y México) el consumo aumentó un 0,3%, con los EE.UU. disminuyendo el suyo en un 0,4%, en Europa el consumo disminuyó un 0,5%, con destacados retrocesos en el consumo entre 2010 y 2011, como es el caso de Irlanda (6,1%), Austria (5,4%), Reino Unido (5,2%), Alemania (5%), Suiza (4,9%), Bélgica (4,5%), Portugal (4,5%), Dinamarca (4,3%), Finlandia (4,2%), Grecia (3,9%), Hungría (3,3%), Italia (2,6%) o España (2,2%). Al mismo tiempo, otros países europeos sí han aumentado su consumo, y de manera notable: Bulgaria (8%), Lituania (4,7%), Noruega (3,2%), Polonia (3,2%), Rusia (2,5%) o Rumanía (2,1%).
Por su parte, el consumo de energía aumentó en Centroamérica y Sudamérica en un 5,2% (destacando el aumento en Perú, de un 10,2%), un 4,3% en Oriente Medio, un 0,6% en África y un 5,4% en la zona asiática del Pacífico, donde destaca el crecimiento en Australia (7,2%) y China (8,8%) y el retroceso en Japón (5%).
En el capítulo de las energías renovables, siguen los crecimientos importantes, con un crecimiento del 17,7 % en el conjunto de eólica, solar, geotérmica y biomasa. Destaca el crecimiento de la energía solar (86,3 %) y el de la eólica (25,8 %). Pese a estas tasas de crecimiento, las renovables suman tan solo el 1,6 % de la energía primaria global (un 8,0 % si sumamos la hidroelectricidad), por lo que difícilmente serán la solución a la crisis energética que, con toda probabilidad, se avecina.
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