jueves, 15 de noviembre de 2012

Economía y energía


Hay una fuerte correlación entre la energía y la economía, como lo demuestra el gráfico que muestra la evolución de PIB mundial (medido en dólares de 2006) junto con la del consumo de energía primaria. Y no es de extrañar que esto sea sí, ya que la energía es la capacidad de hacer trabajo. Dado que disponemos de energía en grandes cantidades podemos aumentar el tamaño de nuestra economía.


El problema es que la energía de la que disponemos cuesta cada vez más cara. Leemos en el blog The Oil Crash que un profesor de economía de la Universidad de California San Diego, James Hamilton, ha estudiado con detalle cómo se propaga el coste de la energía, y particularmente el coste del petróleo, dentro de la estructura de costes de la economía de los EE.UU., y ha llegado a la conclusión de que cada vez que el precio del petróleo supera un cierto umbral, la economía empieza a sufrir. Este umbral se sitúa alrededor de los 90 dólares por barril, a precios de hoy, para economías desarrolladas, y alrededor de 110 para las economías emergentes. Como resultado, las economías desarrolladas tienen un freno a su crecimiento, mientras que las emergentes pueden continuar creciendo, ya que el precio actual se sitúa cerca de los 110 dólares por barril desde mediados de diciembre de 2010, hace casi dos años.

Sin embargo, esta estrecha correlación entre el PIB y el consumo de energía primaria no sucede en todos y cada uno de los países, como podemos ver en los gráficos siguientes. Observamos que en Alemania y en el Reino Unido el PIB ha crecido a pesar de que el consumo de energía no lo haya hecho, mientras que en otros países con economía desarrollada, como Francia, Italia o los EE.UU. la economía ha crecido a la vez que lo hacía la economía hasta hace tres o cuatro años, mientras que ahora el consumo de energía desciende a pesar de que el PIB se mantiene o continúa aumentando. Mientras que en España el consumo de energía sigue exactamente la evolución de PIB.


Para China y la India, podemos observar que el crecimiento del PIB y el del consumo de energía están muy correlacionados.


Podemos ver los mismos datos de otra manera, mediante la intensidad de energía primaria, es decir, la cantidad de energía primaria correspondiente a un PIB de un millón de dólares. Vemos que para China este valor era de 1,26 TEP en 1990, y ha sido de 0,62 en 2011. Para la India, estos valores son de 0,52 y de 0,42, respectivamente, y para los EE.UU., de 0,25 y de 0,17.

Por lo que respecta a los principales países europeos, Alemania ha pasado de 0,16 a 0,10, Francia de 0,13 a 0,11, el Reino Unido de 0,13 a 0,08, Italia se ha mantenido entre 0,10 y 0,11, mientras que España, que estaba en 0,12 en 1990, aumentó su intensidad de energía a 0,14 para volver a 0,12 en 2011, lo que la hace el país europeo, de los cinco citados, con más intensidad energética. Es decir, más vulnerable al aumento de precio de la energía.


Por tanto, con una política de eficiencia energética, por lo menos en teoría, podemos aumentar el PIB sin tener que aumentar, forzosamente, el consumo de energía.

La balanza comercial española de productos energéticos presenta sistemáticamente un saldo negativo. Debido al aumento de precio de los productos energéticos, que en España son importados en su gran mayoría, se ha disparado en los últimos años, a pesar de que el consumo de energía primaria ha disminuido.



Una de las salidas de la crisis económica de España pasa, pues, por disminuir la intensidad energética para poder tener un déficit comercial energético menor, que pueda ser compensado por las exportaciones, por el turismo y demás componentes de la balanza de pagos. Con una balanza de pagos positiva o, por lo menos, equilibrada, no tendremos necesidad de nueva financiación exterior, por lo que los que nos prestan tendrán mayor confianza en que podremos devolver lo que les debemos, lo que hará bajar el tipo de interés que pagaremos por la refinanciación de la deuda.

Para ello, el gobierno anterior publicó un documento llamado Plan de ahorro y eficiencia energética 2011 – 2020, que pretendía reducir la intensidad energética de España. Con el cambio de gobierno, nunca más hemos oído hablar de este plan. Será porque consideran que si lo hicieron los socialistas no servía para nada. Mientras tanto, estamos perdiendo el tiempo.

Datos PIB
Datos de consumo de energía - BP 2012
Plan de ahorro y eficiencia energética 2011-2020

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