miércoles, 10 de noviembre de 2010

La extensión del hielo antártico sigue aumentando

La paradoja antártica continúa. La extensión de hielo marino en los meses de octubre aumenta en el hemisferio sur a un ritmo de unos 100.000 km2 por década, un 0,8 %. El año 2010 se presenta, al día de hoy, con una extensión de hielo superior a la media de los años 1979-2000 más dos desviaciones tipo.


Sin embargo, en el Ártico las cosas son totalmente diferentes. La extensión de hielo marino en los meses de octubre disminuye de manera muy notable, unos 550.000 km2 por década, un 6,2 %. El año 2010, al día de hoy, tiene una extensión media inferior a la media de los años 1979-2000 menos dos desviaciones tipo.


La situación ártica es fácilmente explicable considerando el calentamiento global. La situación antártica lo es menos. Hace poco hemos discutido una explicación debida a Liu Jiping y Judith A. Curry, explicitada en su documento Accelerated Warming of the Southern Ocean and Its Impacts on the Hydrological Cycle and Sea Ice, donde se explica el incremento de la superficie helada de la Antártida por un calentamiento de las aguas del océano Austral. Asociado con este calentamiento de las aguas del océano, se ha producido una mayor ciclo hidrológico atmosférico en el Océano Austral que se ha traducido en nevadas, que han producido un aumento del hielo marino antártico durante las últimas tres décadas. A su vez, el aumento del hielo ha aumentado el albedo de la zona, lo que ha reducido la cantidad de energía solar absorbida por la superficie del continente antártico. Por tanto, el aumento de la superficie helada antártica sería, según los autores del documento, este aumento de la temperatura de la superficie marina.

Sin embargo, si tomamos las medidas de temperatura de las zonas polares medidas por satélite, observamos que, desde 1978, en que estas medidas comenzaron, la temperatura en la zona polar norte ha aumentado a un ritmo medio de 0,47 ºC por década, mientras que en la zona polar sur ha disminuido a un ritmo de 0,07 ºC por década. La variabilidad de las temperaturas registradas en la Antártida es, en cambio, mucho mayor que la del Ártico, lo que hace que la tendencia sea mucho menos significativa. Pero lo que sí parece evidente es que la anomalía antártica se encuentra, no solamente en la extensión de los hielos marinos, sino también en la temperatura, que no se puede decir que haya aumentado en los últimos 30 años.



No hay comentarios:

Publicar un comentario