miércoles, 7 de enero de 2015

Los bosques tropicales absorben más CO2 del que se creía


Una nueva investigación de la Jet Propulsion Laboratory, titulado Effect of increasing CO2 on the terrestrial carbon cycle llega a la conclusión que los bosques más cercanos al ecuador están absorbiendo mucho más CO2 que los bosques boreales del hemisferio norte. Estos resultados ponen de relieve una razón más para mejorar la protección contra la deforestación y sugieren que los bosques tropicales podrían retrasar significativamente los cambios climáticos debido al calentamiento global si trabajamos para conservarlos.

El ciclo del carbono no solo juega un papel importante en la determinación del futuro cambio climático, sino que también aporta una gran cantidad de incertidumbre debido a nuestra falta de comprensión de cómo operan sus sistemas de retroalimentación. El ciclo terrestre consta de carbono emitido a la atmósfera por la respiración de los animales y plantas, las emisiones industriales, etc., y por la absorción terrestre del CO2 atmosférico, en gran parte debido a la fotosíntesis en las plantas, que requiere CO2. Esta fotosíntesis conduce en teoría a una retroalimentación negativa sobre el cambio climático, ya que el aumento de CO2 en la atmósfera conduce a cambios en los estomas y las enzimas de las plantas que permiten que éstas puedan absorber más CO2.

Se sabe que las tasas de fotosíntesis aumentan con más CO2 en la atmósfera, y esta tasa aumenta a un grado mayor en los climas más cálidos. Así los trópicos deben ser muy importantes para este sistema de retroalimentación negativa.

Sin embargo, el aumento del CO2 atmosférico también conduce a temperaturas más altas y las regiones más secas posiblemente sean más susceptibles a los incendios forestales, lo que lleva a la pérdida de bosques y la disminución de absorción terrestre, una retroalimentación positiva que puede conducir a aumentar el CO2 de la atmósfera.

Por lo tanto, la comprensión del equilibrio de estos dos bucles de retroalimentación, uno negativo y uno positivo, es fundamental para crear modelos precisos para el futuro cambio climático. Algunos trabajos teóricos anteriores han sugerido que los bosques tropicales deben ser un gran sumidero de CO2, pero los estudios experimentales realizados hasta ahora no han apoyado esta conclusión.

Para entender el papel de los bosques tropicales de absorción terrestre, los autores han combinado los datos sobre los niveles de CO2 en la atmósfera  y los datos experimentales disponibles de la biosfera.

El mayor problema para cuantificar el papel de los bosques tropicales en la captación de CO2 es el enorme grado de incertidumbre en muchas predicciones teóricas. Los autores del estudio citado atribuyen esta incertidumbre a enormes flujos en el uso del suelo, dando lugar a grandes aumentos y disminuciones de la cantidad de bosque que se han producido durante los mismos años en que se ha medido la absorción terrestre. Por lo tanto, es muy difícil extraer exactamente de los datos si los bosques tropicales están absorbiendo más CO2 al aumentar su concentración en la atmósfera, o si el uso del suelo es el efecto dominante.

Debido a que muchos de estos estudios teóricos últimos incluían resultados con altos grados de incertidumbre, los autores escogieron solo los modelos que parecían reproducir mejor las medidas experimentales. Este método proporciona un método más riguroso para elegir los modelos que convergen con los hallazgos experimentales y así poder reducir la incertidumbre observadas en estudios teóricos anteriores.




El resultado principal se muestra en la figura. El efecto del CO2, en negro, cuantifica la cantidad de aumentos de captación con el aumento de CO2, y la producción primaria bruta (GPP, gross primary production)), en rojo, mide la cantidad de biomasa. Un GPP grande básicamente indica más bosque. Ambos se representan gráficamente como una función de la latitud (eje x) para determinar dónde es mayor la captación de CO2 en el planeta.

El gráfico muestra dos puntos principales.

ú       En primer lugar, el efecto del CO2 en la absorción terrestre está dominado por los bosques tropicales situados cerca del ecuador en latitudes cercanas a cero. También hay un pico menor en el hemisferio norte, en torno a 50º de latitud, que corresponde a los bosques boreales que se extienden por grandes extensiones de tierra en Canadá y Siberia.

ú       En segundo lugar, hay una fuerte correlación entre la forma del efecto de CO2 en GPP negro y en rojo, lo que indica que el efecto CO2 es más fuerte en las regiones con más bosque. Esta correlación es importante, ya que sugiere que los bosques aumentan la absorción de CO2 debido al aumento de las tasas de fotosíntesis cuando hay más CO2 en la atmósfera (aunque correlación no quiere decir causalidad)

Esta es la primera evidencia clara de los modelos teóricos respaldados por medidas experimentales que los bosques tropicales juegan un papel muy importante en la absorción terrestre, mucho mayor de la que se creía anteriormente. Se creía que os bosques boreales eran el principal factor de absorción, y aunque en este nuevo estudio los datos muestran que desempeñan un papel, es muy probable que los bosques tropicales sean más importantes. Esto era de esperar de los conocimientos básicos que indican que las tasas fotosintéticas aumentan en climas más cálidos, dando lugar a más absorción de CO2, pero nunca antes se ha demostrado de modo tan claro como en este estudio.

Los autores predicen que alrededor del 30% de todas las emisiones antropogénicas de CO2 es absorbido por los bosques. Estos nuevos resultados muestran la importancia de los bosques tropicales son para continuar con la captación de todo este CO2. La continua deforestación dará lugar a menos absorción de CO2, por lo que las políticas de conservación en los trópicos que dejan la mayor parte de la selva intacta, si tienen éxito, podrían proporcionarnos un valioso sumidero de CO2 y posiblemente retrasar los cambios del calentamiento global, lo que nos daría más tiempo para adaptarse, preparar y desarrollar las fuentes energía sin emisión de carbono.

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