sábado, 22 de marzo de 2014

La acidificación de los océanos


Un 25 – 30 % de las emisiones de CO2 a la atmósfera van a los océanos. Es decir, de las más de 30.000 millones de toneladas de CO2 emitidas anualmente a la atmósfera, del orden de unos 10.000 millones se disuelven en los océanos.

El CO2 disuelto en el agua reacciona con ésta, dando lugar a un ión H+ y a un ión bicarbonato HCO3- , según la reacción

CO2 + H2O = H+ + HCO3-

En el agua del mar, los ión H+ formados en la reacción anterior reaccionan con los iones carbonato CO3= existentes en el agua (provenientes de la meteorización de las rocas), dando lugar a otro ión bicarbonato

H+ + CO3= = HCO3-

La reacción global es, pues

CO2 + CO3= + H2O = 2 HCO3-

Esta reacción no es completa, ya que el equilibrio entre el CO2 disuelto los iones carbonato y bicarbonato se sitúa, en las condiciones del Atlántico Norte, aproximadamente en un 90 % de bicarbonato, un 9 % de carbonato y un 1 % de CO2 disuelto. Al no ser completas, se produce un aumento de los iones H+ en el agua del mar, lo que se conoce como acidificación de los océanos. La concentración total de los tres es del orden de 2 × 10-3 mol/kg.

El pH mide la acidez del agua. Desde el inicio de la revolución industrial se estima que el pH del océano ha disminuido en 0,11, desde un pH inicial de 8,18. Puede parecer poco, pero, al ser el pH una función logarítmica, el incremento de los iones H+ en el agua de los océanos ha crecido un 29 %. Se calcula que, de seguir emitiendo CO2 a la atmósfera al ritmo actual, en el año 2100 el pH se habrá reducido de 0,3 a 0,4, lo que equivale a un aumento del 100 al 150 % de la concentración de iones H+.


Como buena parte de los organismos marinos necesitan calcificarse para existir, y un aumento del pH debido a la disolución de CO2 en el agua de los océanos conduce a una disminución de la concentración de iones carbonato, puede llegar un momento en que no haya suficientes iones carbonato para la calcificación de los organismos. Esto se produce cuando la concentración de iones carbonato no esté sobresaturada.

En algunas zonas de las aguas árticas y antárticas, donde se disuelve una mayor cantidad de CO2 en el agua, al estar ésta más fría, ya se ha alcanzado un nivel de concentración de iones carbonato inferior al de la concentración saturada, y ya se están empezando a encontrar pequeñas criaturas con indicios de disolución de sus caparazones cálcicos.

Pero la calcificación no es el único proceso que puede verse alterado por la acidificación de los océanos, ya que el aumento de la concentración de CO2 disuelto tiene el potencial de alterar la fisiología básica de cualquier organismo marino. Todos los organismos producen CO2 al respirar. Y tienen que desembarazarse de este CO2 para prevenir su propia acidificación. Nosotros tenemos unos mecanismos muy buenos para librarnos de este CO2, pero no todos los animales respiran del mismo modo que nosotros, y muchos de ellos tienen sistemas para desembarazarse del CO2 peores que el nuestro.

Los cangrejos, por ejemplo, se mueven mucho y producen, por tanto, mucho CO2. Se libran de él mediante la generación de bicarbonato en sus células.  Otros animales más sedentarios, como las lapas, no tienen sistemas tan sofisticados como los cangrejos para eliminar el CO2 que producen, ya que por su baja actividad producen poco. Este tipo de organismos es mucho más propicio a tener acidosis con una acidificación de los océanos.

La reproducción de los pequeños animales marinos es especialmente sensible a la acidificación de los océanos, ya que muchos huevos son fertilizados por el esperma en el agua. Al ser, tanto huevos como esperma, de tamaño muy reducido, son muy sensibles a las condiciones químicas del agua.

Otra fase del desarrollo de los invertebrados sensible a la acidificación es su fase larval, en la que desarrollan pequeños esqueletos de carbonato de calcio que les permiten nadar correctamente y, por consiguiente, poder comer. En las condiciones de pH que se esperan para fin de siglo, es muy probable que habrá menos larvas que podrán desarrollar este miniesqueleto, por lo que, al no poder alimentarse, no llegarán a convertirse en animales adultos.

Por todas estas razones, la acidificación de los océanos se conoce como el gemelo “malvado” del cambio climático.

2 comentarios:

  1. Sí, está muy bien hacer todo un rosario de afirmaciones contundentes que suenan a conocimiento científico, y olvidar que se trata de una ciencia aun más en la infancia que la del "calentamiento global". Por supuesto, escondiendo cuáles de las afirmaciones se basan en observaciones, y cuáles se basan en consideraciones teóricas (imaginarias) basadas en un conocimiento completamente inmaduro. El problema es que así se va consiguiendo lo que se está consiguiendo. En vez de llenar a la gente de miedo, como se pretende, se les llena de escepticismo hacia la ciencia en general. Porque no hace falta ser un Einstein para reconocer un conocimiento perfectamente inmaduro, ni para reconocer una mirada completamente unilateral guiada por un prejuicio - en el más literal significado del término pre-juicio.

    Para quien le interese un acercamiento a la experiencia contraria, una mirada con perspectiva, puede servir esta entrada de Judith Curry.

    Ocean acidification discussion thread

    Pongamos un ejemplo rápido:

    - Otra fase del desarrollo de los invertebrados sensible a la acidificación es su fase larval, en la que desarrollan pequeños esqueletos de carbonato de calcio que les permiten nadar correctamente y, por consiguiente, poder comer. En las condiciones de pH que se esperan para fin de siglo, es muy probable que habrá menos larvas que podrán desarrollar este miniesqueleto, por lo que, al no poder alimentarse, no llegarán a convertirse en animales adultos.

    ¿De dónde diablos sale ese "muy probable" que menos larvas podrán desarrollar un esqueleto? ¿Alguna observación? Hay muy pocas, de mala calidad, y son perfectamente contradictorias (en ambos sentidos). Y solo con una mirada unilateral, olvidando las observaciones "inconvenientes", se puede llegar a imaginar ese "muy probable". Peor; solo con una actitud competamente anticientífica se puede sacar un "muy probable" de un conocimiento cuyos mismos expertos reconocen que está en mantillas todavía.

    Llevaría algún tiempo encontrarlos todos, pero si quieres nos embarcamos en una "guerra" de estudios observacionales sobre esa incapacidad de crear esqueletos debida al CO2, y así conseguimos cierta perspectiva sobre el fundamento de ese alegre "muy probable".

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  2. Cery Lewis, Exeter University: marine invertebrate larvae are known to be very sensitive to any kind of change in the seawater. And there's a lot of ocean acidification studies being done now that show these are the most sensitive stages to ocean acidification. So for example, sea urchin larvae grow tiny calcium carbonate skeletons, which enable them to swim properly, and helps them feed.
    We know from ocean acidification experiments that these calcium carbonate skeletons in sea urchin larvae don't form properly when we're exposing them to the conditions we expect for the end of this century. So less of those urchin larvae are able to grow their skeletons properly. That means less of them make it to adult phases, because they're not feeding properly, and they die.
    So the numbers of urchin larvae that then make it to the adult population become significantly reduced. This has real implications for populations of all marine invertebrates, due to the numbers of settling larvae being reduced in ocean acidification conditions.

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