El problema fundamental para decidir si el calentamiento global debido al
efecto de los gases de efecto invernadero será o no será significativo es
dilucidar cual es la sensibilidad del clima terrestre al aumento de la
concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
A pesar de décadas de investigación tratando de
reducir la incertidumbre, las estimaciones de la sensibilidad climática de los
modelos climáticos todavía dan valores comprendidos entre 1,5 a 5 ºC para una duplicación de la concentración de dióxido
de carbono en la atmósfera, lo que impide hacer proyecciones precisas del clima
futuro: una sensibilidad de 1,5
ºC haría que el calentamiento global fuera muy poco
relevante, mientras que una sensibilidad de 5 ºC haría que fuera
catastrófico. Este intervalo tan grande
en los valores de la sensibilidad del clima es en gran parte debida a las
diferencias en la respuesta de las nubes bajas, por razones que no se
entienden.
En un reciente estudio titulado Spread in climate sensitivity traces to atmosphere connective mixing se estudia el papel de la
formación de nubes y si esto tiene un efecto positivo o negativo sobre el
calentamiento global. En él se analizan 43 modelos climáticos, y reduce el
intervalo de la sensibilidad climática a uno comprendido entre 3 y 5 ºC al doblar la
concentración de CO2.
La clave para esta disminución del intervalo de la sensibilidad del clima
se encuentra en las observaciones reales sobre el papel del vapor de agua en la
formación de las nubes.
Estas observaciones muestran que las corrientes ascendentes del vapor de
agua absorbido por la atmósfera a través de la evaporación, pueden o bien llegar
a una altura de 15
kilómetros para formar nubes que produzcan lluvias
intensas, o bien pueden elevarse solo unos pocos kilómetros antes de regresar a
la superficie sin formar nubes de lluvia. Cuanto mayor sea la cantidad de estas
últimas corrientes ascendentes, más se reduce la cubierta total de nubes, ya
que dejan más vapor de agua lejos de las regiones más altas de formación de la
nube.
En líneas continuas, el ciclo hidrológico que lleva
a la formación de nubes. En líneas discontinuas, el que no lleva a la formación
de nubes
Todo el vapor de agua evaporado llegaría a las regiones de formación de nubes
si sólo existieran corrientes ascendentes de hasta 15 kilómetros . En
este caso, se formarían más nubes y la temperatura en la superficie sería
menor, ya que las nubes reflejan parte de la radiación solar hacia el exterior.
Al examinar los 43 modelos anteriormente citados, los autores del estudio
descubrieron que los modelos que muestran una sensibilidad climática menor
solamente contemplan las corrientes ascendentes de más de 15 kilómetros , por lo
que, en estos modelos, se producen más nubes, lo que da lugar a una mayor
reflexión de la luz solar. Como consecuencia, el clima global de estos modelos
resulta menos sensible a la concentración de CO2 en la atmósfera. Sin
embargo, afirman, las observaciones del mundo real muestran que este supuesto
es erróneo.
Cuando los procesos en los modelos climáticos se corrigen para que coincidan
con las observaciones en el mundo real, los modelos contemplan ciclos que tienen
vapor de agua en una gama más amplia de alturas en la atmósfera, causando que
se formen menos nubes cuando el clima se calienta. Esto aumenta la cantidad de
luz solar y de calor que entran en la atmósfera y, como resultado, aumenta la
sensibilidad de nuestro clima en dióxido de carbono o cualquier otra
perturbación.
El mecanismo aparente es que la mezcla de corrientes ascendentes de
diferentes alturas deshidrata la parte inferior de la región de formación de
nubes, y esta deshidratación aumenta a medida que el clima se calienta. En los
modelos, este aumento depende de la mezcla inicial de corrientes ascendentes,
lo que relaciona esta mezcla con la retroalimentación de las nubes.
El resultado es que cuando los procesos de vapor de agua se representan
correctamente, la sensibilidad del clima a una duplicación del dióxido de
carbono (que se producirá en los próximos 50 años) significa que podemos
esperar un aumento de temperatura de por lo menos 4 °C para el año 2100.
Si los autores de este estudio tienen razón (algunos ya lo consideran
basura, como es el caso de The k2p blog), las consecuencias de proseguir
quemando combustibles fósiles al ritmo que se está haciendo pueden ser muy
importantes. Seguramente veremos muchos comentarios sobre este estudio en las
próximas fechas.
Aquí tienes algunos detalles / motivos para pensar que no vale gran cosa:
ResponderEliminarhttp://clivebest.com/?p=5425