Se han realizado muchos
análisis para estimar los posibles daños y perjuicios monetarios de la
creciente concentración de CO2 atmosférico. Pocos, sin embargo, han
tratado de investigar sus beneficios. El principal beneficio monetario es el
valor económico agregado a la producción mundial de cosechas, debido a varias
propiedades que potencian el crecimiento de las plantas al aumentar CO2
atmosférico. Muchos estudios, tanto de laboratorio como de campo, han
demostrado de manera concluyente que un aumento del CO2 atmosférico
estimula la productividad y crecimiento de las plantas, así como un consumo
menor de agua por parte de las plantas. Para un aumento de 300 ppm en el contenido
de CO2 del aire, por ejemplo, la biomasa herbácea puede mejorar
en un 25 a
55%, lo que representa una importante externalidad positiva que está ausente de
los cálculos habituales de los cálculos del costo social del carbono.
Se acaba de publicar hace
unos días un estudio de este tipo, bajo el título de The positive externalities of carbon dioxide, en el que el autor estudia las 45 diferentes cosechas que
representan el 95 % de la producción mundial de comida. Para cada una de ellas,
a partir de los diferentes estudios realizados, estima el aumento de la
producción debido a un aumento de 300 ppm en la concentración de CO2
atmosférico: este aumento de producción va desde un 4,7 % para los melones
hasta un 77,8 % para las zanahorias y los nabos, pasando por un aumento del
34,9 % en el trigo, del 24,1 % en el maíz, del 36,1 % en el arroz y el 31,3 %
en las patatas.
A partir de estos datos
se calcula el aumento de la producción de cada una de estas cosechas, año por
año, debido al aumento de la concentración de CO2. Por ejemplo, para
el trigo, que según datos de la FAO, tenía una productividad de 1.088,9 kg por Ha en el
año 1961, teniendo en cuenta que la concentración de CO2 en el año
1961 fue de 317,4 ppm, lo que, con respecto a la concentración anterior a la
revolución industrial, que era de 280 ppm, representa un aumento de 37,4 ppp.
La contribución de este aumento de la concentración de CO2 al
aumento de la productividad de las cosechas de trigo del año 1961 será, por
tanto de
37,4/300 x 34,9 % = 4,35 %
Lo que significa que la
producción de trigo, sin el aumento de la concentración de CO2,
hubiera sido de
1.088,9/1,0435 = 1.043,5 kg por Ha
Es decir, en el año 1961,
la producción de trigo se vio incrementada en 1.088,9 – 1.043,5 = 45,4 kg por Ha debido al aumento de la concentración de CO2
Así se puede seguir por
cada una de las 44 cosechas restantes para determinar el aumento de producción
de cada una en el año 1961. Haciéndolo año a año de 1961 a 2011 se puede
calcular el aumento de producción de las cosechas que representan el 95 % del
total de la producción mundial de comida durante 50 años. Multiplicando este
aumento de producción por el precio de cada una de ellas de los años 2004-2006
(precio que da la FAO), se obtiene que, en el año 1961, el beneficio del
aumento de producción agrícola debido al incremento de la concentración de CO2
a partir de la concentración preindustrial (280 ppm) fue de 18.500 millones de
dólares. Al ir aumentando la concentración de CO2, este beneficio
aumentó año a año, llegando a ser de 140.000 millones en 2011. En el total del
período, el beneficio calculado ha sido de 3,17 billones de dólares (dólares
2004-2006).
El mismo cálculo, para
los años 2012 a
2050, si la concentración de CO2 atmosférico sigue aumentando, da
unos beneficios para este período de 9,76 billones de dólares (dólares
2004-2006).
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