sábado, 6 de octubre de 2012
La luna de miel de las renovables europeas
La energía renovable ha resultado ser un gran éxito en Europa en el sentido que las ayudas masivas de los gobiernos han conducido a un enorme aumento de la energía eólica y solar. Pero esta especie de luna de miel puede difícilmente continuar. En primer lugar, los gobiernos deben hacer frente a la necesidad de cortar sus gastos. En segundo lugar, existe un problema técnico, en el sentido de que, en algunos países, el sistema eléctrico puede difícilmente arreglárselas con la enorme variabilidad de la producción de energía eólica y solar. Y, en tercer lugar, hay un problema económico, ya que los subsidios están distorsionando el funcionamiento de los mercados eléctricos; en particular, están socavando la rentabilidad de las centrales convencionales, a las que las renovables han relegado a ser capacidades de respaldo, lo que hace que funcionen cada vez menos horas al año, como podemos ver el la figura siguiente, según datos de Red Eléctrica de España.
Pero esto no es todo. Gracias al aumento de las interconexiones entre los mercados nacionales de la Unión Europea, cada vez hay más intercambios de electricidad entre países. Como consecuencia, las políticas de subsidios de cada estado afectan cada vez más a los mercados de los países vecinos. Y como cada país de la UE tiene una política distinta de apoyo a las renovables, la “revolución” de las renovables distorsiona cada vez más el funcionamiento del mercado europeo en su conjunto.
La Comisión Europea está alarmada con este desarrollo de las energías renovables. En junio de este año presentó un comunicado al Parlamento Europeo, Renewable Energy: a major player in the European energy market, donde aboga por acercarse lo antes posible a esquemas que expongan a los productores de renovables al riesgo de los precios de mercado, especialmente para tecnologías maduras. Propugna, además, que se coordinen las distintas políticas de los países respecto de las energías renovables para evitar la fragmentación del mercado interno europeo.
En este mismo comunicado al Parlamento Europeo, la Comisión comunica su intención de preparar una guía sobre las mejores prácticas y experiencias en las energías renovables (una especie de IPPC para las renovables).
Todo esto hace pensar que la industria de las renovables, en los próximos años, deberá hacer frente a subsidios cada vez menores, por lo que estará menos aislada de los mercados, lo que incrementará la presión sobre las tecnologías maduras para ser competitivas en el mercado global, y sobre las tecnologías menos maduras para probar que son potencialmente rentables.
La luna de miel entre las energías renovables y Europa está llegando a su fin, lo que redundará en beneficio de todos.
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