miércoles, 3 de octubre de 2012
El enigma de la influencia de los aerosoles sobre el calentamiento global
El dióxido de carbono no es el único problema que debemos abordar si queremos entender y resolver el problema del cambio climático. Según un estudio publicado este mes en la revista International Journal of Global Warming, The aerosol-cloud-climate conundrum, todavía no entendemos adecuadamente el papel de los aerosoles, las nubes y su interacción.
Hay 10 elevado a la potencia 40 moléculas de dióxido de carbono en la atmósfera. Las moléculas de dióxido de carbono absorben y emiten radiación principalmente en la región infrarroja del espectro electromagnético y su presencia es lo que ayuda a mantener nuestro planeta en las temperaturas relativamente cálidas que disfrutamos hoy en día.
Si hubiera demasiado pocas moléculas que absorben el efecto invernadero decaería y experimentaríamos un enfriamiento global que convertiría a todo el planeta en un planeta sin vida, un planeta recubierto de hielo flotando en su órbita. A la inversa, los crecientes niveles de dióxido de carbono atmosférico conducen a un aumento de la temperatura. Este es el fenómeno que ha dado lugar al problema del cambio climático antropogénico. La humanidad ha consumido cantidades cada vez mayores de combustibles fósiles desde los albores de la revolución industrial, liberando a la atmósfera el carbono encerrado en los yacimientos, y aumentando el número de moléculas de dióxido de carbono en la atmósfera.
Sin embargo, estos niveles de dióxido de carbono no completan el panorama del cambio climático, ya que también se deben tener en cuenta las diminutas partículas en la atmósfera, los aerosoles, formados por condensación de vapores, hollín y polvo. No hay duda de que estas especies afectan a la cantidad de energía solar reflejada por la superficie terrestre y a cuanta energía queda atrapada. Según el estudio citado, el número de partículas de aerosol es de apenas 10 elevado a la potencia 26. El “peso”, en el sentido de su influencia en el calentamiento global, que se debe dar a una molécula de dióxido de carbono en comparación con una partícula de aerosol, que puede contener muchas moléculas, es un punto sujeto a discusión. En la figura siguiente vemos el “peso” que atribuye a cada uno el informe 2007 del IPCC: el intervalo de confianza de la suma es extremadamente elevado.
Es, al menos por ahora, un enigma entender los aerosoles atmosféricos y cómo afectan a la formación de nubes y en última instancia como influyen en el clima. Hay múltiples bucles de realimentación a considerar, así como el efecto de forzamiento climático debido a la elevación del nivel de dióxido de carbono en estos bucles y viceversa. El papel clave de los aerosoles y las nubes en el cambio climático antropogénico hace que las grandes incertidumbres relacionadas con ellos sean aún más decisivas.
Antes de realizar algunos proyectos de geoingeniería, consistentes en aumentar la cantidad de aerosoles en la atmósfera para limitar el calentamiento global, el enigma aerosol-nube-clima tiene que ser reducido a un nivel de incertidumbre comparable a los relacionados con los gases de efecto invernadero antropogénicos. Teniendo en cuenta la complejidad del sistema de aerosol-nube el reto será identificar el conocimiento necesario y diferenciarlo de los detalles marginales, concentrando los esfuerzos de investigación sobre estos elementos esenciales con el fin de simplificar el complejo sistema de aerosol-nube sin perder las características indispensables.
Todo esto demuestra que estamos lejos de tener unos modelos de predicción del calentamiento global que sean medianamente fiables.
Todo esto demuestra que estamos lejos de tener unos modelos de predicción del calentamiento global que sean medianamente fiables.
ResponderEliminarPues entonces tenemos un problema de índole muy diferente. Si los modelos no son medianamente fiables para la predicción, tampoco son medianamente fiables para la "explicación" del clima. La famosa "atribución" del IPCC: El calentamiento global desde finales del siglo pasado de debe principalmente (>50%) al aumento de los gases invernadero. Por la sencilla razón de que esos modelos que no son medianamente fiables, son la única base de tal atribución. Lo que la gente suele confundir con una demostración o prueba, que en realidad no existe.
Hay 10 elevado a la potencia 40 moléculas de dióxido de carbono en la atmósfera. Las moléculas de dióxido de carbono absorben y emiten radiación principalmente en la región infrarroja del espectro electromagnético y su presencia es lo que ayuda a mantener nuestro planeta en las temperaturas relativamente cálidas que disfrutamos hoy en día.
Hay un número espectacularmente mayor de moléculas de vapor de agua en la atmósfera. Y de agua misma, en las nubes. Que también absorben y emiten radiación principalmente en la región infrarroja del espectro electromagnético y su presencia es lo que ayuda a mantener nuestro planeta en las temperaturas relativamente cálidas que disfrutamos hoy en día, en muchísima mayor medida que el CO2.
De hecho si piensan que el aumento del CO2 puede subir las temperaturas a un nivel preocupante, es porque imaginan (de una forma completamente especulativa) que el pequeño irrelevante calentamiento que puede hacer ese CO2 que emitimos, aumenta la evaporación, y con ello el efecto invernadero. Por el agua sobre todo, no por el CO2. Y la pinta de lo que está pasando es que la especulación es incorrecta.
http://plazamoyua.files.wordpress.com/2012/09/temperatura-superficie-mar-global-agosto-20121.png
No parece que ese absurdo CO2-centrismo nos esté llevando a ninguna parte.
Precisamente éste es el problema, que los modelos del clima no son suficientemente fiables, fundamentalmente porque no saben modelizar el comportamiento del vapor de agua en la atmósfera y su conversión en lluvia (donde los aerosoles tienen un papel importante). La mayoría de ellos parten de la base de que la humedad relativa se mantendrá constante a pesar del aumento de la temperatura, lo que quiere decir que la concentración de vapor de agua en la atmósfera aumentará, aumentando el efecto invernadero. Pero esta hipótesis está lejos de estar confirmada, por lo menos por lo que yo sé. Pero tampoco se ha demostrado que sea falsa, por lo que no se puede calificar de absurda.
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