miércoles, 16 de noviembre de 2022

No vamos bien

En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, está claro que no vamos bien, ya que las previsiones de las emisiones de CO2 para el 2022 han vuelto a aumentar. Según Global Carbon Budget, las emisiones totales de CO2 previstas para este año serán de 40.600 millones de toneladas, prácticamente el mismo nivel que las del año 2020, que, por ahora, tiene el récord con 40.900 millones de toneladas. Como comparación, durante la década 2001-2010 se emitieron anualmente 34.200 millones de toneladas de CO2.


La mayor parte de estas emisiones (92 %) se deben a la combustión de combustibles fósiles. El resto se debe al cambio de uso de la tierra (por ejemplo, urbanizar zonas verdes que antes contribuían a absorber parte del CO2 atmosférico) ya la carbonatación que se produce en la industria del cemento.

Debemos notar que en 2020 hubo una disminución de las emisiones debida a la baja de actividad económica provocada por la pandemia, y que en 2010 también hubo otra debido a la crisis económica. 

En cuanto a las emisiones per cápita, se ha producido una disminución en los últimos años, pero esta disminución ha sido compensada por el aumento de la población mundial. Durante la década 2001-2010 estas emisiones fueron menores: 4,5 toneladas de CO2 por habitante.

 


Los países que emitieron más CO2 en 2021 fueron:

1) China, con 11.500 millones de toneladas, un 28,5% del total, en aumento. En la década 2001-2010 sus emisiones fueron de 6.123 millones de toneladas anuales.

2) Estados Unidos, que emitió 5.000 millones de toneladas, un 12,4% del total. Sus emisiones disminuyen. En la década 2002-2010 sus emisiones fueron de 5.941 millones de toneladas anuales. 

3) La Europa de los 27, con 2.800 millones de toneladas, un 6,9% del total, en disminución. Durante los años 2001-2010 las emisiones anuales fueron de 3.640 millones de toneladas.

4) La India, con 2.700 millones de toneladas, un 6,7% del total, aumentando. Las emisiones anuales de la década 2001-2010 fueron de 1.275 millones de toneladas.

5) Rusia, con 1.800 millones de toneladas, un 4,4% del total, estable n los últimos años. Durante la década de 2001-2010 emitió 1.570 millones de toneladas anuales.

6) Japón, con 1.100millones de toneladas, un 2,7% del total, con una ligera disminución. En los años 2002-2010 sus emisiones fueron de 1.257 millones de toneladas anuales.


Estas zonas económicas representaron, en 2021, el 62% del total de las misiones de CO2

Vemos que los países más desarrollados (Europa, Estados Unidos, Japón) han disminuido sus emisiones, mientras que los países en vías de desarrollo, principalmente China e India, as han aumentado. Esto se debe a que muchas de las industrias y actividades económicas productoras de gases efecto invernadero se han trasladado a otras zonas, principalmente China, India y otros países asiáticos. Si se corrigiese esta producción bruta por otra que tuviera en cuenta el consumo de productos que, para fabricarlos, han emitido CO2, probablemente los resultados serían muy diferentes: más CO2 en estas zonas y menos en los países productores.

En cuanto a España, las emisiones de CO2 del año 2021 fueron de 234 millones de toneladas, en neta disminución respecto de la década 2001-2010, en que fueron de 336 millones de toneladas anuales.

En definitiva, no lo estamos haciendo bien. Si seguimos así (y no cabe duda de que seguiremos más o menos igual, por mucho que se hable del coche eléctrico, de las energías limpias o del hidrógeno) nuestros hijos lo tendrán crudo.

1 comentario:

  1. Desde mi perspectiva como usuario, es alarmante ver que las emisiones de CO2 continúan en niveles tan altos y no muestran signos significativos de disminución. Aunque hay un aumento en la conciencia sobre la importancia de las energías limpias y las soluciones como el coche eléctrico, parece que los esfuerzos actuales no están logrando el impacto necesario. Es especialmente preocupante que los países en desarrollo, como China e India, estén aumentando sus emisiones debido a la transferencia de industrias desde los países desarrollados. Esto resalta la necesidad de un enfoque global y coordinado para abordar el cambio climático, en lugar de depender de iniciativas aisladas. Si no actuamos de manera más decisiva y rápida, estamos dejando un legado problemático para las futuras generaciones. Es crucial que los gobiernos y las empresas tomen medidas más ambiciosas y que nosotros, como individuos, también hagamos nuestra parte para reducir nuestra huella de carbono.

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