Aparte de la Covid, el año 2021 ha sido protagonista de muchos hechos que, si nos proyectamos en el futuro, tienen probablemente más importancia que la pandemia. La pandemia, con todo su séquito de muertes y de desgracias, quedará, en unos años, como una anécdota. Otros hechos, en cambio, están dibujando un futuro, no nos atrevemos a decir más negro, pero sí muy distinto al que hemos vivido hasta ahora. Los podemos resumir en el cambio climático, los problemas de la cadena de suministros, el pico del diésel, la crisis energética y el problema de los materiales por la transición energética.
Empezaremos por el cambio climático. La concentración de CO2 en la atmósfera ha seguido aumentando. La media del año 2021 ha sido de 416,5 ppm (partes por millón), con un crecimiento de 2,2 ppm respecto al año anterior. En 1959 la concentración era de 316 ppm, lo que quiere decir que, desde entonces, ha aumentado en 100 ppm, un aumento del 31%. El ritmo de aumento anual medio ha ido aumentando de 0,7 a 2,5 ppm.
Aún no han salido los datos correspondientes al pasado mes de diciembre, por lo que consideramos la temperatura global del año 2021 de enero a noviembre. El año 2021 no ha sido, globalmente hablando, un año tan cálido como en los años 2019 y 2020, pero con una anomalía de + 0,85ºC respecto al período de referencia (1901-2000), ha sido el quinto año más cálido de la serie histórica. En el gráfico puede verse el salto que ha habido desde 2015. Estos datos son de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration)
Desde 1970, la temperatura media global ha aumentado de 0,9 ºC, a una velocidad de +0,18 ºC por década.
¿Cuál ha sido la consecuencia de ese aumento de las temperaturas? Cada vez ocurren más fenómenos climáticos extremos. Los más importantes del año 2021 han sido:
A nivel nacional, recordaremos la borrasca Filomena, que colapsó el centro de España durante una buena semana debido a las fuertes nevadas, seguidas de un frío muy intenso. Fue la borrasca de nieve más fuerte en la península desde 1971. Hubo 7 muertos. Tras Filomena siguió una ola de frío de dos semanas y que dejó récords de temperaturas mínimas, como en Teruel con -21ºC o en Toledo, con -13°C. Incluso en Molina de Aragón el mercurio llegó a descender hasta -25,2 °C.
En febrero, la gran nevada en Texas, una gigantesca tormenta de nieve que afectó al sur de EEUU y que dejó a más de 20 muertos y millones de personas sin electricidad. Texas registró las temperaturas más bajas desde hacía más de 30 años, llegando a los -18 ºC
En julio, las inundaciones en el centro de Europa. Del 14 al 15 de julio de 2021, cayeron fuertes precipitaciones en el oeste de Alemania y los vecinos Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Según el servicio meteorológico alemán, algunas de las regiones afectadas no habían registrado precipitaciones de esa magnitud desde hace más de cien años. Hubo 230 muertes.
La ola de calor en el oeste de Norteamérica de 2021, que fue una ola de calor extremo y continuado en el oeste de Norteamérica que afectó gran parte del noroeste del Pacífico y el oeste de Canadá a finales de junio de 2021, estableciendo en Canadá el récord de calor, +49,6ºC. Se calcula que hubo 850 muertes debido al calor.
En China las inundaciones dejaron más de 300 muertes también en julio. En la ciudad de Henan se recogieron hasta 617 litros por metro cuadrado de lluvia en un solo día, que es lo que normalmente cae en un año y las fuertes lluvias y desbordamientos afectaron a más de un millón de personas.
A mediados de noviembre, unas lluvias intensas causan estragos en la provincia canadiense de Columbia Británica. Varias zonas de la provincia rompieron récords de precipitaciones. Las inundaciones y los deslizamientos de tierra dejaron a miles de personas sin electricidad y muchas comunidades tuvieron que ser evacuadas.
En otoño se registraron 'Medicanes' (de Mediterráneo y hurricane), que son ciclones con características tropicales en otoño, y que hasta ahora eran muy raros en el Mediterráneo. Por ejemplo, el ciclón Apollo a su paso por Sicilia en octubre, que dejó tormentas con fuertes vientos e inundaciones, puesto que en pocas horas se recogieron 150 litros por metro cuadrado. El ciclón, que dejó víctimas mortales a su paso, presentó un aspecto similar al de un ciclón tropical e incluso desarrolló un ojo.
Pocas semanas después en Baleares, la persistente borrasca Blas no alcanzó la categoría de Medicane, pero sí adquirió ciertas características tropicales en el sur de Mallorca. Blas dejó durante más de una semana el triple de las precipitaciones normales en el archipiélago en este mes.
Uno de los últimos fenómenos del año en España han sido las abundantes precipitaciones que dejaron inundaciones durante el río Ebro. Las recientes inundaciones en Navarra con la crecida del río Ebro estuvieron causadas por las fuertes nevadas de diciembre en la cabecera del río y sus afluentes y el rápido deshielo al subir las temperaturas posteriormente. Se trata de un episodio sin precedentes en los últimos 50 años.
En resumen, tanto la concentración de CO2
como las temperaturas globales han seguido aumentando. Se están cumpliendo con
las previsiones que pronosticaban que, con el aumento de las temperaturas
globales, los fenómenos climáticos serían cada vez más extremos. Desgraciadamente,
el año 2021 no ha sido más que un primer paso hacia un clima cada vez más
descontrolado.
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