La extensión del hielo marino antártico alcanzó su mínimo anual el 19 de febrero, el día en que alcanzó los 2.604 millones de km2.
Las mediciones de la extensión del hielo marino están hechas de satélites, y dan la extensión de hielo a concentraciones superiores al 15%.
La extensión del hielo marino antártico, contrariamente a la del hielo marino ártico, no ha dado ninguna tendencia significativa desde que comenzaron estas mediciones satelitales en 1978.
La pregunta que podemos hacer es por qué la extensión del hielo marino sigue siendo relativamente constante en la Antártida, mientras que claramente está disminuyendo en el Ártico, en un contexto de aumento de las temperaturas globales.
Según las simulaciones realizadas, la causa más probable de que la extensión del hielo marino antártico no disminuya es el aumento de los vientos fríos en ciertas regiones del polo sur. La Antártida es un continente en medio del mar, lo que hace que el hielo, especialmente en invierno, reaccione más a los cambios de viento y menos a los cambios de temperatura. El Océano Ártico, por otro lado, es un océano cerrado por continentes, que hace que el hielo se derrita en respuesta al aumento de las temperaturas del aire.
Los vientos predominantes en Antártida son vientos circumpolares, que giran alrededor del polo sur, y en el interior del continente van en dirección oeste-este. Pero un estudio realizado hace cinco años mostró un aumento del viento que soplaba de sur a norte. Estos vientos, generados en las zonas más frías del continente antártico, soplan hacia la costa y favorecen la formación de más hielo en el mar, contrarrestando el efecto del calentamiento global. Sin embargo, no se ha podido explicar el aumento de estos vientos sur-norte.
De hecho, no sabemos demasiado sobre el clima del continente antártico, y esta ignorancia no nos permite hacer predicciones fiables sobre el comportamiento futuro del hielo marino antártico.
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