Las corrientes en chorro (jet streams) son corrientes de aire en altura que circulan a gran velocidad alrededor del planeta, de este a oeste, causados por las discontinuidades entre las células convectivas. Se trata de unas corrientes impetuosas de aire, que se originan en el límite superior de la troposfera debido al contraste térmico entre dos masas de aire. Tienen forma aplanada y fluyen entre los 7.000 y 15.000 m de altitud, mayor en verano que en invierno.
Fueron descubiertas en 1944 por un aviador norteamericano al atravesar el Pacifico para ir al Japón, pero que no pudo llegar a su destino, al no permitírselo dichas corrientes.
Se presentan casi de un modo constante en las latitudes medias de ambos hemisferios. Su trayectoria suele ser de oeste a este, también pueden cambiar de rumbo incluso ser circulares. En el verano muestran un esquema zonal desplazándose de oeste a este a gran velocidad y formando una línea continua que impide el intercambio de masas de aire. En invierno es cuando presentan grandes perturbaciones (ondas de Rossby)
Existen cuatro corrientes en chorro que circundan el planeta, dos en cada hemisferio:
- La corriente en chorro polar, que circula a unos 60º de latitud, y que es responsable de la dinámica general atmosférica de las latitudes medias.
- La corriente en chorro subtropical que circula en torno a los 30º de latitud, y que tiene una influencia meteorológica menor.
La corriente en chorro polar tiene una estructura tubular aplanada de unos cientos de kilómetros de anchura y unos cinco de espesor. Su velocidad es variable, normalmente supera los 150 km/h, pero puede llegar y hasta sobrepasar los 400. Separa las masas de aire tropical y polar, por lo que experimenta un desplazamiento estacional en latitud: circula más al norte en verano (ya que la masa cálida de aire tropical es más potente) y más al sur en invierno (durante el que está más fortalecida la masa fría de aire polar).
El Chorro Polar se corresponde en superficie con el Frente Polar y sus ondulaciones, las ondas de Rossby, dan lugar a altas presiones a la derecha de la corriente y bajas presiones a la izquierda, que en superficie se reflejan como anticiclones (los anticiclones subtropicales, como el anticiclón de las Azores, que tiene una enorme influencia en la Península Ibérica) y borrascas (las borrascas atlánticas del Frente Polar), respectivamente.
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