lunes, 20 de febrero de 2012
Polvo atmosférico y temperatura durante el período glacial
Los testigos de hielo taladrados en la Antártida por el proyecto EPICA (European Project for Ice Coring in Antractica) proporcionan un registro de la temperatura y el polvo que se remonta a unos 800.000 años.
La figura muestra la variación del polvo contenido en el aire y la temperatura de los testigos de hielo. Esto muestra que hay una clara relación inversa entre la temperatura y el polvo. En general parece que hay una tendencia a que las tasas de deposición de polvo aumentan durante las glaciaciones y se reducir rápidamente durante el siguiente calentamiento interglacial. La correlación en el gráfico no es perfecta debido a la falta de sincronía en las estimaciones de la edad de hielo que se utilizan para la temperatura y el polvo.
Se cree que el aumento en polvo asociado con períodos de frío tiene tres causas:
• Aumento de la desertificación,
• Aumento de la superficie de la tierra (debido a la disminución del nivel del mar)
• Los vientos crecientes.
De ellos, el predominante es el aumento de la desertificación. El aumento de la superficie debido a la bajada del nivel del mar es pequeño en relación con la superficie total de la tierra emergida, y unas temperaturas más bajas que sugieren que debería haber menos energía disponible para generar vientos. Todo lo cual nos conduce a pensar que el aumento del polvo durante las glaciaciones es debido, principalmente, a un aumento de la desertificación.
El análisis del polvo muestra que la mayoría de los depósitos de polvo pertenecen al hemisferio donde se tomó la muestra de hielo, lo que sugiere que el aumento de la desertificación en las glaciaciones es un fenómeno mundial. La conclusión es que los períodos cálidos se asocian con menos desertificación.
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