miércoles, 30 de noviembre de 2011
Energía nuclear en el World Energy Outlook 2011
Acaba de publicarse el World Energy Outlook 2011, editado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA). En el leemos que, en un mundo con muchas incertidumbres, hay una certeza: la demanda de energía va a seguir creciendo de manera robusta, al ir aumentando la población mundial y al ir creciendo la aspiración de los países en desarrollo de alcanzar el nivel de vida occidental. La gran pregunta es si esta demanda podrá ser satisfecha de manera segura, sostenible y a un precio asequible.
Además, cuando las naciones se están preparando para la próxima ronda sobre el clima en Durban, cada vez parece menos claro que los legisladores estén poniendo el mundo en una trayectoria que limite el calentamiento global a 2ºC. El mensaje de la IEA es claro: o actuamos ahora, o estaremos encerrados en un futuro energético altamente carbonizado, que será inseguro e ineficiente.
El World Energy Outlook 2008 presentaba tres escenarios:
- el de referencia, en el que se seguía como hasta ahora, y en el que las emisiones de CO2 llegaban a más de 40.000 millones de toneladas en el año 2030.
- el escenario 550, en el que las emisiones de CO2 se limitan a 33.000 millones de toneladas a partir de 2020, y que, se calcula, limitarán la concentración de CO2 a 550 ppm.
- el escenario 450, en el que se calcula que se limitará la concentración de CO2 a 450 ppm, consecuente con un 50 % de probabilidad de limitar el aumento de la temperatura global respecto de la era preindustrial limitado a 2º C, y que necesita que las emisiones de CO2 se reduzcan a partir de 2020 para alcanzar los 26.000 millones de toneladas en 2030.
La reducción de emisiones entre los tres escenarios, como se ve en la figura, se obtiene por la captación de CO2 (CCS – Carbon Capture and Storage), por el aumento de la energía nuclear, de la energía renovable y de los biocarburantes, y por el aumento de la eficiencia energética.
Como en años anteriores, la IEA presenta en 2011 tres escenarios entre 2010 y 2035. El escenario 550 ha sido sustituido por el escenario llamado Nuevas Políticas, en el que se presume que los más recientes compromisos en materia de política energética se aplican de manera prudente, aunque no vengan avaladas todavía por medidas firmes.
A pesar de la incertidumbre reinante sobre las perspectivas de crecimiento económico a corto plazo, en el Escenario de Nuevas Políticas la demanda de energía global registra una fuerte alza y aumenta un tercio de 2010 a 2035. Asumiendo un aumento de la población mundial de 1.700 millones de personas y un crecimiento medio anual de la economía mundial del 3,5% para el período, se obtiene una demanda sin precedentes de servicios de energía y movilidad. La adopción de una tasa de crecimiento del PIB mundial a corto plazo inferior a la utilizada en esta publicación solo generaría una diferencia marginal en las tendencias a largo plazo.
Los países no pertenecientes a la OCDE determinarán cada vez más la dinámica de los mercados energéticos. El 90% del aumento de la población, el 70% del incremento del producto económico y el 90% del alza de la demanda de energía de 2010 a 2035 serán atribuibles a los países no pertenecientes a la OCDE. China consolidará su posición de máximo consumidor mundial de energía: en 2035, utilizará aproximadamente un 70% de energía más que Estados Unidos, el segundo consumidor mundial, aunque, para esa fecha, el consumo de energía per cápita en China representará aún menos de la mitad del de Estados Unidos. Los índices de crecimiento del consumo de energía en la India, Indonesia, Brasil y Oriente Medio serán incluso más rápidos que en China.
Será necesaria una inversión mundial de 38 billones USD (USD de 2010) en infraestructura energética durante el periodo 2011-2035. Casi dos tercios de la inversión total se realizarán en países no pertenecientes a la OCDE. El petróleo y el gas conjuntamente acapararán cerca de 20 billones USD del total, porque tanto la necesidad de inversión en exploración-producción como el coste inherente aumentarán a medio y largo plazo para estas dos fuentes de energía. La mayor parte de la inversión restante se destinará al sector eléctrico, y de esta un 40% de ella se dedicará a las redes de transmisión y distribución.
La era de los combustibles fósiles dista mucho de haber terminado, pero la preponderancia de estos disminuirá. Si bien aumentará la demanda de todos los combustibles, la proporción de los combustibles fósiles en el consumo mundial de energía primaria descenderá ligeramente, del 81% en 2010 al 75% en 2035; el gas natural será el único combustible fósil que aumente su presencia en la combinación energética mundial en el periodo que va hasta 2035. En el sector eléctrico, las tecnologías basadas en energías renovables, encabezadas por la energía hidroeléctrica y la eólica, representarán la mitad de la nueva capacidad que se instale para responder a la creciente demanda. La producción de energía nuclear también deberá crecer.
Iremos comentando este informe de la IEA. Empezamos por la energía nuclear.
El efecto Fukushima
Una gran incertidumbre que se cierne sobre nuestro futuro energético es lo que los gobiernos de todo el mundo pueden tomar decisiones sobre la energía nuclear tras la crisis nuclear en Fukushima Japón. En el Escenario de Nuevas Políticas se supone que la energía nuclear sigue creciendo con fuerza, sobre la base de que la mayoría de los países con ambiciosos programas de energía nuclear continuarán con sus planes, con pocos cambios. Estos países incluyen China, India y Corea del Sur.
Pero ¿y si esos gobiernos cambian de idea y disminuyen radicalmente o eliminan la energía nuclear? de La AIE examina los impactos de una reducción a la mitad, respecto del Escenario de Nuevas Políticas, de la componente nuclear del suministro de energía global (ver figura). Las consecuencias son alarmantes. Las energías renovables podrían llenar la brecha hasta cierto punto, pero el carbón y el gas natural serían los ganadores principales. Habría tres efectos desafortunados de un futuro con menos energía nuclear: sería malo para la economía de la producción de energía, malo para la seguridad energética y malo para el cambio climático. La demanda de carbón aumentaría hasta el doble de las exportaciones actuales de Australia. La demanda mundial de gas aumentaría en dos tercios de las actuales exportaciones de Rusia. Las emisiones de dióxido de carbono aumentarían en alrededor de una gigatonelada, lo que equivale a las emisiones actuales de Francia y Alemania juntos.
María van der Hoeven, Directora Ejecutiva de la IEA responde, cuando se le pregunta lo que World Energy Outlook tiene que decir sobre las posibilidades de reemplazar centrales de energía nuclear por centrales de energía renovable, que tienen una producción intermitente: "Todo gobierno tiene el derecho de decidir su mix energético. Pero si alguien decide eliminar la energía nuclear se tiene que hacer algunas preguntas. Y una de las preguntas es cómo cubrir la falta de energía. Tenemos que ser honestos con la gente. Si queremos eliminar la energía nuclear, ¿Cuánto cuesta? ¿Cómo vas a lidiar con las energías renovables? ¿Cómo vamos a prever la fiabilidad del sistema? ¿Qué vamos a hacer con respecto a la seguridad energética? No es sólo una cuestión de la eliminación nuclear. Es mucho más complicado que eso".
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