Decíamos en la última entrada dedicada a esta cuestión que teníamos que contestar a dos preguntas:
- ¿por qué, si la producción mundial de petróleo acababa de llegar a un pico, cayeron los precios del petróleo en los últimos cinco meses de 2008?
- y, si los precios del petróleo fueron un factor importante de la crisis económica, ¿por qué la economía no comenzó a volver a funcionar cuando los precios se habían suavizado?
Contestando a la primera pregunta, diremos que la tesis de Pico de Petróleo prevé que, cuando la producción mundial de petróleo alcance su máximo nivel y empiece a bajar, el precio del petróleo incrementará drásticamente. Pero también prevé un drástico aumento en la volatilidad de los precios.
El argumento es el siguiente. Cuando el petróleo se convierta en un bien escaso, su precio se elevará hasta que empiece a socavar la actividad económica en general. A continuación, vendrá una contracción económica que tendrá como resultado una reducción sustancial de la demanda de petróleo, que a su vez causará temporalmente la caída de su precio. Entonces pasará una de estas dos cosas:
(a) la economía se empezará a recuperar, aumentando la demanda de petróleo, llevando de nuevo a los precios altos que volverán a socavar la actividad económica,
(b) si la economía no se recupera rápidamente, la producción de petróleo irá cayendo gradualmente debido agotamiento hasta que la capacidad de producción sobrante (creada por la disminución de la demanda) se elimine, y, en consecuencia, otra vez los precios se elevarán y la contracción económica aumentará aún más.
En ambos casos, los precios del petróleo siguen volátiles y la economía se contrae. Este escenario se corresponde muy de cerca con la realidad que se está desarrollando, aunque queda por ver cuál de las situaciones (a) o (b) será la real.
En los últimos tres años, los precios del petróleo han aumentado de manera espectacular y han caído más de lo que habría sido el caso si no hubiera sido por la especulación generalizada en los futuros sobre el petróleo. Sin embargo, por ahora la tendencia general de los precios del petróleo (hacia arriba, y luego hacia abajo y, a continuación, parcialmente hacia arriba) es totalmente coherente con la tesis de Pico del Petróleo y el Diagnóstico Alternativo.
Contestando a la segunda pregunta: ¿Por qué la economía no se recuperó rápidamente, dado que los precios del petróleo son ahora sólo la mitad de lo que eran en julio de 2008? Una vez más, el Pico del Petróleo no es la única causa de la crisis económica actual. Enormes burbujas inmobiliarias y del sector de las finanzas se han transformado en graves accidentes económicos, y la implosión de estas burbujas ha creado una grave crisis de crédito (así como una crisis de solvencia monetaria), que probablemente tardará varios años en resolverse incluso si el suministro de energía no se convirtiera en un problema.
Pero la posibilidad de que vuelvan los altos precios del petróleo actúa como un límite máximo para la recuperación económica. Ahora que la economía mundial parece volver a dar signos de vida (como ha ocurrido en los últimos trimestres, con los valores de las acciones recuperándose y el ritmo de la contracción económica frenando a), los precios del petróleo volverán a subir cuando los especuladores del petróleo prevean una recuperación de la demanda. De hecho, los precios del petróleo han rebotado desde 30 dólares en enero a casi 90 actualmente, lo que ha provocado una preocupación generalizada, ya que los altos precios de la energía podrían cortar la recuperación.
Un barril de petróleo de fuentes nuevamente desarrolladas cuesta un mínimo de unos 60 dólares para producirlo, ya que todas las perspectivas más baratas ya han sido explotadas: encontrar hoy nuevos yacimientos en general significa kilómetros de perforación bajo el agua del océano, o bien perforar dentro de naciones políticamente inestables, donde el equipo y el personal tienen un riesgo muy alto. Por lo tanto, tan pronto como los consumidores exijan más petróleo, el precio deberá permanecer notablemente por encima de esta cifra con la finalidad de proporcionar el incentivo para que los productores perforen estos nuevos yacimientos.
Los precios volátiles del petróleo hacen daño cuando suben, pero también hacen daño a la baja. El colapso de los precios del petróleo de agosto a diciembre de 2008, así como el empeoramiento de la crisis de crédito, provocaron una drástica contracción de la inversión de la industria petrolera, dando lugar a la cancelación de alrededor de150 mil millones de dólares de nuevos proyectos de producción de petróleo (la capacidad potencial de producción de los que será necesaria para compensar la disminución de los campos petroleros si la producción mundial de petróleo se mantendrá estable). Esto significa que incluso si la demanda sigue siendo baja, la capacidad de producción es casi seguro que no será capaz de cumplir con los niveles de demanda, provocando que los precios del petróleo suban nuevamente, en términos reales, en algún momento, quizás dentro de dos o tres años. Los precios volátiles del petróleo también haría el desarrollo de energías alternativas, como se ha demostrado en los últimos meses, cuando la caída de los precios del petróleo dio lugar a problemas financieros de los fabricantes de etanol.
De una manera u otra, por lo tanto, el crecimiento será muy problemático si no es inalcanzable.
Y hay todavía una tercera pregunta: ¿los economistas convencionales podrían tener razón al pensar que el crecimiento puede continuar para siempre? Intentaremos contestar más adelante.
lunes, 26 de julio de 2010
El Diagnóstico Alternativo de la crisis económica (1)
Todo el mundo está de acuerdo: la economía está enferma. Los síntomas incluyen disminuciones del gasto y de la confianza de los consumidores, junto con una contracción del comercio internacional y del crédito disponible. Añadamos un colapso en los valores inmobiliarios, en la industria del automóvil (que sólo vive a base de subvenciones) y en las líneas aéreas y nos encontramos con una imagen realmente triste.
Pero, ¿qué ha causado esta crisis economía mundial global? Entre los principales medios de comunicación, los dirigentes políticos y los economistas más importantes hay casi unanimidad de opinión: estos recientes problemas han aparecido debido a una combinación de préstamos inmobiliarios de muy baja calidad y de una mala regulación de los derivados financieros.
Este es el Diagnóstico Convencional. Si es correcto, entonces el tratamiento de la enfermedad de nuestra economía debería lógicamente incluir fuertes dosis de dinero de rescate para las instituciones financieras acosadas, los prestamistas hipotecarios, y para las empresas de automóviles, una mejor regulación de los mercados de futuros y derivados, y programas de estímulo para reactivar el gasto de los consumidores. Que es lo que está haciendo, provocando un aumento muy importante de las deudas públicas.
Pero, ¿y si este diagnóstico fuera fundamentalmente erróneo? Pasaría como en una enfermedad: todos sabemos la tragedia que se puede llegar a producir a causa de una interpretación errónea de los síntomas por parte del médico, si confunde una enfermedad con otra.
Algo parecido cabe decir de nuestra enfermedad económica nacional y mundial. Si no entendemos bien la causa de todo lo que está pasando, es poco probable que aplicamos la medicina correcta y, al hacerlo, podríamos terminar con un resultado mucho peor que si aplicáramos el verdadero remedio.
Hay una cosa segura: el Diagnóstico Convencional es claramente, al menos en parte, correcto. Las conexiones causales entre los préstamos hipotecarios subprime y las crisis de bancarias se han explorado a fondo y son bien conocidas. Es evidente que en los últimos años, las burbujas especulativas del sector inmobiliario y del sector financiero se han hinchado hasta dimensiones colosales, y que su ruptura era inevitable. Es difícil no estar de acuerdo con que las raíces de la crisis residen en los excesos de la década anterior. En ella el mundo disfrutó de un boom extraordinario. Pero el boom global se construyó en gran parte como un castillo de naipes, ya que, en muchos países occidentales, el boom se ha creado sobre una montaña de deuda de los consumidores, de las empresas y de algunos gobiernos. Podemos decir que durante 25 años, Occidente ha estado consumiendo más de lo que hemos estado produciendo y que, por tanto, hemos estado viviendo más allá de nuestros medios.
Pero, ¿esto solo nos puede dar la explicación para llegar raíz de la confusión económica mundial?
Hay quien hace la hipótesis de que los acontecimientos graves que nos han llevado a la crisis inmobiliaria, los mercados de derivados, de las industrias de automóviles y de las compañías aéreas eran sólo síntomas de una disfunción sistémica mucho más profunda, y que anuncia el fin del crecimiento económico tal como la hemos conocido.
En resumen, hay quien propone un Diagnóstico Alternativo. Esta explicación de la crisis económica no es para los débiles de corazón, porque, si es correcta, implica que el paciente está mucho más enfermo que el que hasta los economistas más pesimistas nos dicen. Pero si es correcto, entonces, si no hacemos caso corremos un riesgo mucho más importante.
Crecimiento económico, Crisis financiera y Pico del Petróleo
La teoría del pico de Hubbert, también conocida como cenit del petróleo, pico del petróleo o agotamiento del petróleo, es una teoría sobre la tasa de agotamiento a largo plazo del petróleo, así como de otros combustibles fósiles. Predice que la producción mundial de petróleo llegará a su cenit y después declinará tan rápido como creció, resaltando el hecho de que el factor limitador de la extracción de petróleo es la energía requerida y no su coste económico. Desde hace varios años, cada vez más comentaristas han previsto una crisis financiera, en base este pronóstico en la valoración de que la producción mundial de petróleo estaba a punto de llegar a su pico.
Su razonamiento es éste: la energía es el último facilitador del crecimiento económico. La expansión industrial durante los últimos dos siglos, en todos los casos se ha basado en el aumento del consumo de energía. Más concretamente, el crecimiento de la industria ha estado totalmente ligado a la disponibilidad y el consumo de energía barata a partir del carbón y del petróleo (y, más recientemente, del gas natural). Sin embargo, los combustibles fósiles, por su propia naturaleza se agotan, son recursos no renovables. Por lo tanto (según la tesis de Pico de Petróleo), la imposibilidad final de seguir incrementando los suministros de una energía fósil probablemente conducirá a una cesación del crecimiento económico en general, a menos que las fuentes de energía alternativas y la eficiencia de la uso de la energía se puedan desplegar rápidamente hasta un grado suficiente.
De los tres combustibles fósiles convencionales, el petróleo es posiblemente el más vital económicamente, ya que suministra el 95 por ciento de la energía todos los medios de transporte, así como la base de la importantísima industria de los plásticos. Además, el petróleo es el combustible con el que encontraremos problemas de suministro más pronto, ya que los descubrimientos de petróleo mundial han ido disminuyendo desde hace décadas, y la mayoría de los países productores de petróleo ya están viendo que su producción disminuye.
Así que, siguiendo esta lógica, el fin del crecimiento económico es inevitable, y el Pico de Petróleo es probablemente el disparador.
¿Por qué Pico de Petróleo debería conducir no sólo a problemas en la industria del transporte, sino una crisis económica y financiera más general? Durante el siglo pasado el crecimiento se ha institucionalizado como el nervio de nuestro sistema económico. Cada ciudad y cada negocio quieren crecer. Esto es comprensible sólo en términos de la naturaleza humana: casi todo el mundo quiere una ventaja competitiva respecto a otra persona, y el crecimiento ofrece la oportunidad de conseguirlo. Pero también hay un motivo de supervivencia financiera: sin crecimiento, las empresas y los gobiernos no están en condiciones de honrar sus deudas. Y la deuda se ha convertido en endémica en el sistema industrial. Durante el último par de décadas, la industria de servicios financieros ha crecido más rápidamente que cualquier otro sector de la economía. En esencia, el bienestar actual de la economía se apoya en la deuda, y la garantía de esta deuda consiste en una apuesta de que el próximo año los niveles de producción y de consumo serán superiores a los de este año.
Como el crecimiento no puede continuar indefinidamente en un planeta finito, esta apuesta, y su incorporación a las instituciones de financiación, se puede decir que constituyen la historia de una estafa piramidal a escala planetaria. Hemos justificado los préstamos actuales con la creencia irracional que el crecimiento perpetuo es posible, necesario, e inevitable. En efecto, hemos tomado prestado de las generaciones futuras para que pudiéramos jugar hoy con su capital.
Hasta hace poco, el argumento del Pico del Petróleo ha sido considerado sólo como una previsión de que la inevitable disminución de la producción mundial de petróleo, cuando llegue, matará el crecimiento. Pero aquí es donde la previsión se convierte en diagnóstico: durante el periodo de 2005 a 2008, la producción dejó de crecer y los precios del petróleo aumentaron a niveles récord. En julio de 2008, el precio de un barril de petróleo fue de cerca de $ 150 (superior a cualquier precio del petróleo en términos ajustados por inflación) y la economía mundial comenzó a caer. Las industrias del automóvil y las líneas aéreas vieron caer sus ventas, y los consumidores ordinarios tuvieron problemas para comprar gasolina para ir a trabajar sin dejar de pagar sus hipotecas. El gasto de los consumidores comenzó a declinar. En septiembre de 2008, la crisis económica ya era también una crisis financiera.
Este aumento tan importante del precio del petróleo sin que su producción aumentara nos hace pensar que ya hemos llegado o que ya no estamos muy lejos del Pico de Petróleo.
¿Cómo se puede afirmar que la crisis del 2008 está relacionada con el precio del petróleo? En primer lugar, examinando las recesiones anteriores y el precio del petróleo se puede establecer una correlación muy clara. Así pues, el aumento del precio del petróleo a mediados del 2008 se corresponde con la recesión que hemos sufrido. Y, en segundo lugar, hay un estudio muy interesante que explica que la disminución del precio de las casas en Estados Unidos no vino de golpe, sino que empezó por el de las viviendas situadas lejos de los puestos de trabajo, cosa lógica, ya que la aumento del precio del petróleo hacía difícil hacer frente al aumento del gasto para ir a trabajar.
Pero también podemos preguntarnos: ¿por qué, si la producción mundial de petróleo acababa de llegar a un pico, cayeron los precios del petróleo en los últimos cinco meses de 2008? Y, si los precios del petróleo fueron un factor importante de la crisis económica, ¿por qué la economía no comenzó a volver a funcionar cuando los precios se habían suavizado?
Iremos contestando estas preguntas y seguiremos avanzando en la tesis del Diagnóstico Alternativo en otras entradas, ya que esta empieza a ser demasiado larga.
Pero, ¿qué ha causado esta crisis economía mundial global? Entre los principales medios de comunicación, los dirigentes políticos y los economistas más importantes hay casi unanimidad de opinión: estos recientes problemas han aparecido debido a una combinación de préstamos inmobiliarios de muy baja calidad y de una mala regulación de los derivados financieros.
Este es el Diagnóstico Convencional. Si es correcto, entonces el tratamiento de la enfermedad de nuestra economía debería lógicamente incluir fuertes dosis de dinero de rescate para las instituciones financieras acosadas, los prestamistas hipotecarios, y para las empresas de automóviles, una mejor regulación de los mercados de futuros y derivados, y programas de estímulo para reactivar el gasto de los consumidores. Que es lo que está haciendo, provocando un aumento muy importante de las deudas públicas.
Pero, ¿y si este diagnóstico fuera fundamentalmente erróneo? Pasaría como en una enfermedad: todos sabemos la tragedia que se puede llegar a producir a causa de una interpretación errónea de los síntomas por parte del médico, si confunde una enfermedad con otra.
Algo parecido cabe decir de nuestra enfermedad económica nacional y mundial. Si no entendemos bien la causa de todo lo que está pasando, es poco probable que aplicamos la medicina correcta y, al hacerlo, podríamos terminar con un resultado mucho peor que si aplicáramos el verdadero remedio.
Hay una cosa segura: el Diagnóstico Convencional es claramente, al menos en parte, correcto. Las conexiones causales entre los préstamos hipotecarios subprime y las crisis de bancarias se han explorado a fondo y son bien conocidas. Es evidente que en los últimos años, las burbujas especulativas del sector inmobiliario y del sector financiero se han hinchado hasta dimensiones colosales, y que su ruptura era inevitable. Es difícil no estar de acuerdo con que las raíces de la crisis residen en los excesos de la década anterior. En ella el mundo disfrutó de un boom extraordinario. Pero el boom global se construyó en gran parte como un castillo de naipes, ya que, en muchos países occidentales, el boom se ha creado sobre una montaña de deuda de los consumidores, de las empresas y de algunos gobiernos. Podemos decir que durante 25 años, Occidente ha estado consumiendo más de lo que hemos estado produciendo y que, por tanto, hemos estado viviendo más allá de nuestros medios.
Pero, ¿esto solo nos puede dar la explicación para llegar raíz de la confusión económica mundial?
Hay quien hace la hipótesis de que los acontecimientos graves que nos han llevado a la crisis inmobiliaria, los mercados de derivados, de las industrias de automóviles y de las compañías aéreas eran sólo síntomas de una disfunción sistémica mucho más profunda, y que anuncia el fin del crecimiento económico tal como la hemos conocido.
En resumen, hay quien propone un Diagnóstico Alternativo. Esta explicación de la crisis económica no es para los débiles de corazón, porque, si es correcta, implica que el paciente está mucho más enfermo que el que hasta los economistas más pesimistas nos dicen. Pero si es correcto, entonces, si no hacemos caso corremos un riesgo mucho más importante.
Crecimiento económico, Crisis financiera y Pico del Petróleo
La teoría del pico de Hubbert, también conocida como cenit del petróleo, pico del petróleo o agotamiento del petróleo, es una teoría sobre la tasa de agotamiento a largo plazo del petróleo, así como de otros combustibles fósiles. Predice que la producción mundial de petróleo llegará a su cenit y después declinará tan rápido como creció, resaltando el hecho de que el factor limitador de la extracción de petróleo es la energía requerida y no su coste económico. Desde hace varios años, cada vez más comentaristas han previsto una crisis financiera, en base este pronóstico en la valoración de que la producción mundial de petróleo estaba a punto de llegar a su pico.
Su razonamiento es éste: la energía es el último facilitador del crecimiento económico. La expansión industrial durante los últimos dos siglos, en todos los casos se ha basado en el aumento del consumo de energía. Más concretamente, el crecimiento de la industria ha estado totalmente ligado a la disponibilidad y el consumo de energía barata a partir del carbón y del petróleo (y, más recientemente, del gas natural). Sin embargo, los combustibles fósiles, por su propia naturaleza se agotan, son recursos no renovables. Por lo tanto (según la tesis de Pico de Petróleo), la imposibilidad final de seguir incrementando los suministros de una energía fósil probablemente conducirá a una cesación del crecimiento económico en general, a menos que las fuentes de energía alternativas y la eficiencia de la uso de la energía se puedan desplegar rápidamente hasta un grado suficiente.
De los tres combustibles fósiles convencionales, el petróleo es posiblemente el más vital económicamente, ya que suministra el 95 por ciento de la energía todos los medios de transporte, así como la base de la importantísima industria de los plásticos. Además, el petróleo es el combustible con el que encontraremos problemas de suministro más pronto, ya que los descubrimientos de petróleo mundial han ido disminuyendo desde hace décadas, y la mayoría de los países productores de petróleo ya están viendo que su producción disminuye.
Así que, siguiendo esta lógica, el fin del crecimiento económico es inevitable, y el Pico de Petróleo es probablemente el disparador.
¿Por qué Pico de Petróleo debería conducir no sólo a problemas en la industria del transporte, sino una crisis económica y financiera más general? Durante el siglo pasado el crecimiento se ha institucionalizado como el nervio de nuestro sistema económico. Cada ciudad y cada negocio quieren crecer. Esto es comprensible sólo en términos de la naturaleza humana: casi todo el mundo quiere una ventaja competitiva respecto a otra persona, y el crecimiento ofrece la oportunidad de conseguirlo. Pero también hay un motivo de supervivencia financiera: sin crecimiento, las empresas y los gobiernos no están en condiciones de honrar sus deudas. Y la deuda se ha convertido en endémica en el sistema industrial. Durante el último par de décadas, la industria de servicios financieros ha crecido más rápidamente que cualquier otro sector de la economía. En esencia, el bienestar actual de la economía se apoya en la deuda, y la garantía de esta deuda consiste en una apuesta de que el próximo año los niveles de producción y de consumo serán superiores a los de este año.
Como el crecimiento no puede continuar indefinidamente en un planeta finito, esta apuesta, y su incorporación a las instituciones de financiación, se puede decir que constituyen la historia de una estafa piramidal a escala planetaria. Hemos justificado los préstamos actuales con la creencia irracional que el crecimiento perpetuo es posible, necesario, e inevitable. En efecto, hemos tomado prestado de las generaciones futuras para que pudiéramos jugar hoy con su capital.
Hasta hace poco, el argumento del Pico del Petróleo ha sido considerado sólo como una previsión de que la inevitable disminución de la producción mundial de petróleo, cuando llegue, matará el crecimiento. Pero aquí es donde la previsión se convierte en diagnóstico: durante el periodo de 2005 a 2008, la producción dejó de crecer y los precios del petróleo aumentaron a niveles récord. En julio de 2008, el precio de un barril de petróleo fue de cerca de $ 150 (superior a cualquier precio del petróleo en términos ajustados por inflación) y la economía mundial comenzó a caer. Las industrias del automóvil y las líneas aéreas vieron caer sus ventas, y los consumidores ordinarios tuvieron problemas para comprar gasolina para ir a trabajar sin dejar de pagar sus hipotecas. El gasto de los consumidores comenzó a declinar. En septiembre de 2008, la crisis económica ya era también una crisis financiera.
Este aumento tan importante del precio del petróleo sin que su producción aumentara nos hace pensar que ya hemos llegado o que ya no estamos muy lejos del Pico de Petróleo.
¿Cómo se puede afirmar que la crisis del 2008 está relacionada con el precio del petróleo? En primer lugar, examinando las recesiones anteriores y el precio del petróleo se puede establecer una correlación muy clara. Así pues, el aumento del precio del petróleo a mediados del 2008 se corresponde con la recesión que hemos sufrido. Y, en segundo lugar, hay un estudio muy interesante que explica que la disminución del precio de las casas en Estados Unidos no vino de golpe, sino que empezó por el de las viviendas situadas lejos de los puestos de trabajo, cosa lógica, ya que la aumento del precio del petróleo hacía difícil hacer frente al aumento del gasto para ir a trabajar.
Pero también podemos preguntarnos: ¿por qué, si la producción mundial de petróleo acababa de llegar a un pico, cayeron los precios del petróleo en los últimos cinco meses de 2008? Y, si los precios del petróleo fueron un factor importante de la crisis económica, ¿por qué la economía no comenzó a volver a funcionar cuando los precios se habían suavizado?
Iremos contestando estas preguntas y seguiremos avanzando en la tesis del Diagnóstico Alternativo en otras entradas, ya que esta empieza a ser demasiado larga.
martes, 20 de julio de 2010
La oscilación multidecadal del Atlántico Norte
La oscilación multidecadal del Atlántico (Atlantic Multidecadal Oscillation - AMO) es un modo de variabilidad que ocurre en el Océano Atlántico Norte y que tiene su principal expresión en la temperatura de la superficie del mar (TSM). Esta variación tiene una amplitud del orden de 0,7 ºC. Estos cambios son naturales y parece ser que han ocurrido durante los pasados mil años, como sugieren estudios del crecimiento de los árboles y de los cilindros de hielo (ice cores). Estos cambios de temperatura afectan al unísono el océano Atlántico entre Groenlandia y los trópicos. Parece que también afectan a una parte del Pacífico norte.
El AMO fue identificado en 2001 por Goldenberg en su escrito The Recent Increase in Atlantic Hurricane Activity: Causes and Implications.
Desde mediados de los años 90 nos encontramos en una fase cálida.
El índice del AMO se define generalmente a partir de la variabilidad de la temperatura en la superficie del mar en el Atlántico Norte, una vez que se ha eliminado cualquier tendencia lineal. Se suprimen las tendencias lineales para eliminar la influencia del calentamiento global inducido por los gases de efecto invernadero.
Mecanismos
En los modelos, la variabilidad AMO se asocia con pequeños cambios en la rama del Atlántico Norte de la circulación termohalina, sin embargo las observaciones oceánicas históricas no son suficientes para asociar el índice AMO a estas anomalías de circulación. De manera que no se puede afirmar que se conozcan los mecanismos de esta oscilación.
Esta circulación termohalina disminuye, aunque de forma mucho más exagerada que en las oscilaciones actuales, en los períodos glaciares.
Los impactos climáticos en todo el mundo
El índice AMO está correlacionado con la temperatura del aire y las precipitaciones sobre gran parte del Hemisferio Norte, en particular Norteamérica y Europa, así como del noreste de Brasil y África y con el clima del verano europeo. También se asocia con cambios en la frecuencia de las sequías de América del Norte y se refleja en la frecuencia de los grandes huracanes en el Atlántico.
Hay indicios de que el AMO está relacionado con la ocurrencia en el pasado de grandes sequías en el medio oeste de EE.UU. y el sudoeste. Cuando el AMO se encuentra en su fase de calentamiento, estas sequías tienden a ser más frecuentes o prolongadas. Ocurre lo contrario para fases negativas del AMO (fases frías). Dos de las sequías más graves del siglo XX se produjeron durante la fase positiva del AMO entre 1925 y 1965: la gran sequía de la década de 1930 y la sequía de 1950.
La oscilación AMO y el cambio climático
De manera alternativa, esta oscilación exagera o disminuye el calentamiento global provocado por el aumento de los gases de efecto invernadero. En el gráfico se puede ver como las curvas del índice AMO y de la temperatura global presentan similitudes notables: en las décadas de 1920 a 1950 la temperatura global aumentó de 0,4 ºC mientras el índice AMO aumentaba, de la misma manera que ha pasado en las décadas de 1970 al 2000. Hay quien predice que las temperaturas globales permanecerán estables durante treinta o cuarenta años, coincidiendo con la fase de enfriamiento de la oscilación.
La correlación entre el índice AMO anual y las temperaturas globales anuales es significativa.
Es posible, por tanto, que las estimaciones del aumento de la temperatura global hayan sido enmascaradas por esta oscilación. Si ello fuera así, podría suceder que, si del calentamiento observado hay una parte importante que no es culpa del CO2, y no se ha tenido en cuenta, le están atribuyendo al CO2 más calor del que produce. Y por tanto, es posible que se esté exagerando el posible calentamiento futuro. Y lo que hay que hacer es cuantificar eso, antes de lanzarse a locuras de lanzarse a las energías renovables, que hacen encarecer la alegremente el precio de la energía. Sobre todo con la crisis que estamos padeciendo.
Datos del índice AMO
Datos del índice AMO
lunes, 5 de julio de 2010
¿El calentamiento global de los últimos 50 años, debido a causas naturales?
Una de las principales conclusiones del informe 2007 del IPCC fue que el calentamiento de los últimos 50 años era debido principalmente a la acción humana, y más especialmente debido al efecto invernadero del CO2 emitido al quemar combustibles fósiles.
Sin embargo, hay una minoría de científicos que opinan que una parte de este calentamiento es debida a causas naturales. Algunos opinan que esta parte debida a causas naturales es mayoritaria.
La Oscilación del Pacífico Norte (PDO) y la Oscilación Atlántica Multidecadal (AMO), por ejemplo, son modos naturales de variabilidad del clima que tienen unas escalas de tiempo del mismo orden que los de los períodos de calentamiento y de enfriamiento del siglo XX. El Niño, conocido por sus efectos de calentamiento de la temperatura global, por otra parte, ha sido más frecuente en los últimos 30 años.
El profesor Roy Spencer, de la Universidad de Alabama, una de las bestias negras de los que creen a pies juntillas lo que dice el IPCC, ha publicado recientemente en su blog un artículo muy interesante sobre este tema. En este artículo muestra los resultados de un modelo que ha obtenido buscando una regresión lineal entre los valores medios de PDO, AMO y SOI y las variaciones interanuales de temperatura, tomando los datos de 1900 a 1960.
¿Por qué las variaciones interanuales de temperatura y no las anomalías de temperatura directamente, que es lo que se hace habitualmente? Pues porque si los ciclos naturales están relacionados con las variaciones de temperatura, esto significa que influyen en las causas del calentamiento o del enfriamiento, como pueden ser, por ejemplo, los cambios en la cobertura nubosa global (albedo).
La segunda parte del ejercicio es aplicar este modelo a los valores medios de PDO, AMO y SOI desde el año 1961 hasta el año 2009. El resultado es sorprendente: ¡el modelo basado en una correlación lineal del período 1900 – 1960 predice el calentamiento global del hemisferio norte a partir de los años 1970!
Si el profesor Roy Spencer no ha trucado ni forzado sus cálculos, no cabe duda de que el resultado que ha obtenido es un indicio de que el calentamiento observado los últimos 40 o 50 años puede ser debido a variaciones naturales del clima, más que a las actividades humanas. Si es así, la influencia del efecto invernadero sería mucho menor del que se cree oficialmente. Y la alarma que se ha suscitado sería muy exagerada.
Intentaremos entrar más en detalle sobre los cálculos del profesor Spencer, para poder tener una opinión más fundamentada.
Sin embargo, hay una minoría de científicos que opinan que una parte de este calentamiento es debida a causas naturales. Algunos opinan que esta parte debida a causas naturales es mayoritaria.
La Oscilación del Pacífico Norte (PDO) y la Oscilación Atlántica Multidecadal (AMO), por ejemplo, son modos naturales de variabilidad del clima que tienen unas escalas de tiempo del mismo orden que los de los períodos de calentamiento y de enfriamiento del siglo XX. El Niño, conocido por sus efectos de calentamiento de la temperatura global, por otra parte, ha sido más frecuente en los últimos 30 años.
El profesor Roy Spencer, de la Universidad de Alabama, una de las bestias negras de los que creen a pies juntillas lo que dice el IPCC, ha publicado recientemente en su blog un artículo muy interesante sobre este tema. En este artículo muestra los resultados de un modelo que ha obtenido buscando una regresión lineal entre los valores medios de PDO, AMO y SOI y las variaciones interanuales de temperatura, tomando los datos de 1900 a 1960.
¿Por qué las variaciones interanuales de temperatura y no las anomalías de temperatura directamente, que es lo que se hace habitualmente? Pues porque si los ciclos naturales están relacionados con las variaciones de temperatura, esto significa que influyen en las causas del calentamiento o del enfriamiento, como pueden ser, por ejemplo, los cambios en la cobertura nubosa global (albedo).
La segunda parte del ejercicio es aplicar este modelo a los valores medios de PDO, AMO y SOI desde el año 1961 hasta el año 2009. El resultado es sorprendente: ¡el modelo basado en una correlación lineal del período 1900 – 1960 predice el calentamiento global del hemisferio norte a partir de los años 1970!
Si el profesor Roy Spencer no ha trucado ni forzado sus cálculos, no cabe duda de que el resultado que ha obtenido es un indicio de que el calentamiento observado los últimos 40 o 50 años puede ser debido a variaciones naturales del clima, más que a las actividades humanas. Si es así, la influencia del efecto invernadero sería mucho menor del que se cree oficialmente. Y la alarma que se ha suscitado sería muy exagerada.
Intentaremos entrar más en detalle sobre los cálculos del profesor Spencer, para poder tener una opinión más fundamentada.
sábado, 3 de julio de 2010
La influencia de El Niño en la temperatura global
En julio del año pasado se publicó un trabajo que me ha parecido interesante, titulado Influence of the Southern Oscillation on Tropospheric Temperature. En él los autores comparan la variación del índice SOI (Southern Oscillation Index), que ya hemos citado al hablar del fenómeno de El Niño, y la variación de las temperaturas globales troposféricas (GTTA = Global Trpospheric Temperature Anomalies) durante el período 1958 – 2008. De la serie de datos de las variaciones de las temperaturas se eliminan aquellos que se pueden relacionar directamente con la actividad volcánica (Agung, de febrero del 1963 a enero del 1964, Awu, de agosto a octubre del 1966, El Chichón, de marzo a setiembre de 1982, y el Pinatubo, de abril a setiembre del 1991). Una vez eliminados estos datos, se encuentra una relación significativa entre el índice SOI y las temperaturas globales, con un retraso de 5 a 7 meses. Se puede decir que las variaciones del SOI explican del 68 al 72 % de las variaciones de la temperatura global.
Teniendo en cuenta que El Niño es un fenómeno que ejerce una especial influencia en los trópicos, los autores estudiaron la relación entre el SOI y la variación de temperatura en la zona tropical, entre los paralelos 20º N y 20º S. Siguiendo el mismo proceso (es decir, eliminando la influencia de los volcanes citados), encontraron que las variaciones del SOI explican el 81 % de las variaciones de la temperatura.
Si las variaciones de temperatura dependen en un 70 % del fenómeno El Niño, ¿será que sólo dependen un 30 % de los gases de efecto invernadero? En realidad, no. Estamos hablando de dos cosas diferentes: una es la variación interanual de las temperaturas y la otra es la tendencia a largo plazo. Como vemos en el gráfico, la tendencia a largo plazo del fenómeno El Niño es ir en aumento, pero no sabemos si este aumento forma parte de la variación natural o bien es debido al aumento global de las temperaturas. Para poder responder afirmativamente a la pregunta, tendríamos que estar seguros que la primera hipótesis es la cierta. Hoy por hoy, sin embargo, no sabemos porqué el Niño tiene tendencia a aumentar.
Teniendo en cuenta que El Niño es un fenómeno que ejerce una especial influencia en los trópicos, los autores estudiaron la relación entre el SOI y la variación de temperatura en la zona tropical, entre los paralelos 20º N y 20º S. Siguiendo el mismo proceso (es decir, eliminando la influencia de los volcanes citados), encontraron que las variaciones del SOI explican el 81 % de las variaciones de la temperatura.
Si las variaciones de temperatura dependen en un 70 % del fenómeno El Niño, ¿será que sólo dependen un 30 % de los gases de efecto invernadero? En realidad, no. Estamos hablando de dos cosas diferentes: una es la variación interanual de las temperaturas y la otra es la tendencia a largo plazo. Como vemos en el gráfico, la tendencia a largo plazo del fenómeno El Niño es ir en aumento, pero no sabemos si este aumento forma parte de la variación natural o bien es debido al aumento global de las temperaturas. Para poder responder afirmativamente a la pregunta, tendríamos que estar seguros que la primera hipótesis es la cierta. Hoy por hoy, sin embargo, no sabemos porqué el Niño tiene tendencia a aumentar.
Contabilidades “creativas”
Esto de maquillar contabilidades, de hacer ingenierías financieras, en fin, de aportar creatividad a una cosa tan seria como es la contabilidad, nunca ha dado buenos resultados, al menos a largo plazo. De manera que, en estos momentos, no hay que confiar mucho en los números.
Viene esto a cuento por el tema de las estadísticas sobre el petróleo. En la Vanguardia se publicó hace unas semanas un artículo de Mariano Marzo sobre este tema. Comenta el autor dos de las “creatividades” que se dan el las estadísticas sobre el petróleo.
En la primera, dice que muchas estadísticas ya no contemplan el consumo de petróleo, sino el de combustibles líquidos (crudo, condensados, petróleos no convencionales, líquidos del gas natural y biocombustibles). Con este maquillaje estadístico consiguen demostrar que el suministro de líquidos no cesa de aumentar, por lo que se va adaptando a una demanda creciente. Sin embargo, no dicen que el contenido energético de un barril de crudo no es el mismo que el de otros líquidos (por ejemplo, un barril de líquidos de gas natural equivale a 0,7 barriles de crudo). De manera que, teniendo en cuenta que sólo el 85 % de la producción de líquidos es de petróleo crudo, si lo expresamos en unidades energéticas, el suministro está estancado desde hace cinco años.
Una segunda trampa es la que se refiere a las reservas de crudo. Se acostumbran a dar en millones de barriles, pero no se especifica su contenido energético. Dicho contenido energético resulta entre la energía bruta que suministrará un barril y la energía necesaria para su extracción.
Como el período del petróleo fácil ya se ha terminado, la extracción se está desplazando a zonas de extracción más difícil, que necesitan mayor energía, por lo que, aunque las reservas mundiales pueden aumentar en número de barriles, la energía neta disponible disminuye de manera acelerada.
De manera que la información sobre la que gobiernos y particulares basan sus estrategias está trucada, por lo que las conclusiones que se obtienen y las decisiones que se toman pueden ser completamente erróneas. Nos quieren ocultar que el pico del petróleo está cerca. Cualquier día caeremos en la cuenta de que, también con el petróleo, hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades. Las consecuencias no serán demasiado agradables.
Viene esto a cuento por el tema de las estadísticas sobre el petróleo. En la Vanguardia se publicó hace unas semanas un artículo de Mariano Marzo sobre este tema. Comenta el autor dos de las “creatividades” que se dan el las estadísticas sobre el petróleo.
En la primera, dice que muchas estadísticas ya no contemplan el consumo de petróleo, sino el de combustibles líquidos (crudo, condensados, petróleos no convencionales, líquidos del gas natural y biocombustibles). Con este maquillaje estadístico consiguen demostrar que el suministro de líquidos no cesa de aumentar, por lo que se va adaptando a una demanda creciente. Sin embargo, no dicen que el contenido energético de un barril de crudo no es el mismo que el de otros líquidos (por ejemplo, un barril de líquidos de gas natural equivale a 0,7 barriles de crudo). De manera que, teniendo en cuenta que sólo el 85 % de la producción de líquidos es de petróleo crudo, si lo expresamos en unidades energéticas, el suministro está estancado desde hace cinco años.
Una segunda trampa es la que se refiere a las reservas de crudo. Se acostumbran a dar en millones de barriles, pero no se especifica su contenido energético. Dicho contenido energético resulta entre la energía bruta que suministrará un barril y la energía necesaria para su extracción.
Como el período del petróleo fácil ya se ha terminado, la extracción se está desplazando a zonas de extracción más difícil, que necesitan mayor energía, por lo que, aunque las reservas mundiales pueden aumentar en número de barriles, la energía neta disponible disminuye de manera acelerada.
De manera que la información sobre la que gobiernos y particulares basan sus estrategias está trucada, por lo que las conclusiones que se obtienen y las decisiones que se toman pueden ser completamente erróneas. Nos quieren ocultar que el pico del petróleo está cerca. Cualquier día caeremos en la cuenta de que, también con el petróleo, hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades. Las consecuencias no serán demasiado agradables.